Contenido
- 0.1 La razón por la que los mayores de 65 años experimentan cambios en la personalidad, según la psicología
- 0.2 La razón por la que las personas mayores de 65 años no quieren cuidar a sus nietos, según la psicología
- 0.3 La razón por la que los mayores de 70 años sienten que estorban en casa de sus hijos, según la psicología
- 1 Qué comportamientos son más frecuentes entre las personas narcisistas
- 2 ¿Cuál es el impacto en la vida laboral y social de ser narcisista?
- 3 ¿Cómo se diagnostica a una persona narcisista y cuáles son las posibles complicaciones?
Las personas narcisistas no forman parte de un simple estereotipo social. A veces, padecen del trastorno de la personalidad narcisista, una afección de salud mental descrita por instituciones médicas como Mayo Clinic que implica una visión distorsionada de uno mismo y del entorno. Las personas narcisistas suelen exhibir un sentimiento excesivo de importancia personal, una necesidad constante de atención y una profunda dificultad para establecer vínculos empáticos.
Aunque pueden proyectar seguridad y control, en muchos casos experimentan emociones intensas cuando se enfrentan a la crítica o al fracaso. El desequilibrio que caracteriza a estas personas genera un impacto directo en su entorno social y profesional. Sus relaciones suelen deteriorarse con rapidez, y el malestar interno que padecen tiende a mantenerse oculto tras una fachada de autosuficiencia.
Qué comportamientos son más frecuentes entre las personas narcisistas
Las personas narcisistas comparten una serie de comportamientos que, según la Mayo Clinic, son señales claras del trastorno de personalidad narcisista. Muchos de estos hábitos se manifiestan de forma cotidiana y pueden resultar difíciles de identificar como problemáticos.
Estos son seis de los hábitos más habituales que comparten las personas narcisistas sin ser conscientes de ello:
- Necesidad constante de admiración: no se trata de un simple deseo de reconocimiento. Las personas narcisistas suelen exigir atención continua y aprobación incondicional. Este hábito se manifiesta tanto en entornos personales como profesionales. La falta de reconocimiento suele generar frustración o comportamientos agresivos.
- Distorsión de logros: tienden a exagerar sus capacidades, éxitos o habilidades. Es común que presenten una imagen inflada de sí mismas, en la que todo lo que hacen adquiere una dimensión exagerada. Esta forma de autovaloración irreal suele ir acompañada de un desprecio hacia los logros ajenos.
- Fantasías de perfección: suelen imaginar escenarios donde alcanzan el éxito absoluto, el poder total o relaciones ideales. Estas fantasías forman parte de su visión del mundo, en la que se sitúan por encima de los demás. Este rasgo los lleva a mostrar una actitud idealista que no se corresponde con la realidad.
- Relaciones selectivas: escogen cuidadosamente con quién se relacionan, buscando personas que refuercen su autoestima o que perciben como admirables. En su concepción, solo las personas especiales están a su altura. El resto puede ser ignorado, despreciado o considerado irrelevante.
- Falta de empatía: una de las características más significativas. Las personas narcisistas no suelen conectar con las emociones ajenas. Les cuesta identificar el malestar que pueden provocar y, cuando lo hacen, rara vez les importa. Esta desconexión emocional dificulta sus vínculos afectivos.
- Reacción desproporcionada a la crítica: cualquier señal de desacuerdo o cuestionamiento puede interpretarse como un ataque. Suelen reaccionar con ira, desprecio o distanciamiento. Este comportamiento defensivo responde a una inseguridad estructural, aunque no lo reconozcan abiertamente.
Según el portal Mayo Clinic, este tipo de comportamiento no se limita al ámbito personal. El trastorno de la personalidad narcisista también afecta a la vida laboral y social. Las personas narcisistas presentan dificultades para trabajar en equipo, aceptar normas o someterse a jerarquías.
Además, suelen enfrentarse a sentimientos de frustración y vacío cuando no se les concede un trato especial. Esta percepción distorsionada de la realidad provoca problemas constantes con compañeros, familiares y figuras de autoridad.
El entorno puede percibirlas como arrogantes, exigentes o incluso manipuladoras. Las relaciones suelen estar marcadas por el conflicto y la desconfianza. A largo plazo, esto desemboca en aislamiento o rechazo, aunque la persona narcisista difícilmente asocie estos efectos a su comportamiento.
¿Cómo se diagnostica a una persona narcisista y cuáles son las posibles complicaciones?
El trastorno de la personalidad narcisista suele comenzar en la adolescencia o en los primeros años de adultez. Aunque algunos rasgos pueden aparecer en la infancia, esto no implica necesariamente la presencia del trastorno. El diagnóstico suele darse cuando los patrones son persistentes y afectan de forma clara a la vida diaria. Sin embargo, es frecuente que estas personas no busquen ayuda profesional.
Cuando lo hacen, a menudo es por síntomas asociados, como depresión, ansiedad o problemas con el alcohol u otras sustancias. El tratamiento más habitual es la psicoterapia. A través de esta herramienta, se trabaja la autopercepción, la empatía y la regulación emocional.
Diversos estudios indican que las causas del trastorno son complejas. La combinación de factores genéticos, neurológicos y ambientales influye de manera significativa. Las experiencias de la infancia, especialmente aquellas vinculadas al exceso de crítica o de adoración, también desempeñan un papel relevante.
Entre las complicaciones frecuentes se encuentran:
- Dificultades crónicas en las relaciones interpersonales
- Trastornos del estado de ánimo
- Comportamientos autodestructivos o suicidas
- Consumo problemático de sustancias
El abordaje temprano de los problemas emocionales en la infancia, así como la educación emocional adecuada, pueden contribuir a evitar la consolidación de estos patrones en la adultez.