Contenido
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- 0.2 Si una persona evita el contacto visual al hablar contigo, es porque no tiene habilidades sociales, según la psicología
- 0.3 Si mantienes esta postura, tienes mejor relación con el poder: lo dice un experto en comunicación no verbal
- 1 Esta es la razón por la que los mayores de 65 años sufren trastornos del sueño, según la psicología
- 2 ¿Qué pasa cuando no se duerme bien a los 65 años?
- 3 ¿Qué hacer para dormir bien después de los 65 años?
Dormir no es sólo uno de los grandes placeres de la vida, es una necesidad biológica. Cuando dormimos, el cuerpo y la mente entran en una fase profunda de reparación: se regeneran tejidos, se equilibra el sistema nervioso… Por eso, cuando se duerme poco o mal, se nota. Se está más irritable, el humor cambia sin motivo, cuesta concentrarse, no hay energía para nada. Y eso, a los 65, sucede más de lo que parece.
A esa edad, dormir de forma continua empieza a ser más complicado. Lo normal es despertarse en mitad de la noche, dar vueltas entre las sábanas y frustrarse viendo el reloj. Influyen los cambios fisiológicos del envejecimiento, sí, pero la psicología también juega un papel crucial.
Esta es la razón por la que los mayores de 65 años sufren trastornos del sueño, según la psicología
A partir de cierta edad, está demostrado que el sueño empieza a complicarse. Según un estudio publicado en The Journal of Clinical Sleep Medicine, hasta el 50 % de los adultos mayores tienen dificultades para conciliar o mantener el sueño. Pero, ¿por qué ocurre esto con tanta frecuencia?
La respuesta no está únicamente en el cuerpo. De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología (APA), factores como la ansiedad, el duelo o la depresión tienen un peso enorme en la calidad del descanso.
Un ejemplo es la jubilación. Si bien se puede ver como un descanso merecido, muchas veces representa un cambio drástico en la rutina que deja un vacío enorme difícil de llenar. A eso se suman la pérdida de seres queridos, el deterioro físico o la reducción de independencia. Todo eso genera un estado emocional difícil de sostener.
Por otro lado, el reloj biológico se adelanta: da sueño antes y, en consecuencia, los madrugones se hacen más habituales. Si hay además enfermedades crónicas, dolor o tratamientos farmacológicos de por medio, el descanso se vuelve más superficial. Y si la mente no encuentra calma, dormir bien deja de ser un hábito y se convierte en un reto.
¿Qué pasa cuando no se duerme bien a los 65 años?
A esa edad, no dormir suficiente puede ser un problema grave. Aparece la fatiga crónica, se ralentiza la memoria, aumenta el riesgo de caídas y bajan las defensas.
También afecta al estado de ánimo: aumenta la irritabilidad, la tristeza y, en casos más severos, puede llevar a la depresión o empeorar cuadros de deterioro cognitivo.
Además, dormir mal a largo plazo se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y una disminución global de la calidad de vida.
¿Qué hacer para dormir bien después de los 65 años?
Lo primero es descartar causas físicas y ajustar el entorno: una habitación tranquila, ventilada, sin pantallas ni distracciones. Establecer un horario fijo, evitar cenas livianas, suprimir la cafeína por la tarde y salir a caminar a la luz del día también son claves.
Por otro lado, se recomienda prestar atención a los pensamientos. Si hay angustia o tristeza prolongada, lo mejor es pedir ayuda profesional. Eso es mejor que acabar dependiendo de pastillas, que a la larga suelen traer más problemas de los que resuelven.
Asimismo, moverse ayuda. Pasear, hacer ejercicios suaves, tener rutinas. Todo lo que estructure el día protege también la noche.