Contenido
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- 1 Así moldea nuestros comportamientos la influencia del entorno para la clase media-baja
- 2 ¿Cómo funcionan la empatía y compasión en la clase media-baja?
- 3 Conductas altruistas y su relación con la clase social
- 4 Implicaciones sociales de pertenecer a la clase media-baja
La clase social a la que se pertenece influye en múltiples aspectos de la vida, desde la manera de pensar hasta la forma de relacionarse con los demás. La clase media-baja, en particular, ha sido objeto de estudios que buscan comprender cómo las limitaciones económicas y sociales moldean ciertas conductas.
El concepto de clase media-baja abarca un conjunto de características que trascienden los ingresos. Según el psicólogo Ginés Navarro-Carrillo, la percepción de la propia posición social influye en la forma de ver la vida y en la manera de interactuar con el entorno, incluso determinando la predisposición hacia conductas altruistas y compasivas.
Así moldea nuestros comportamientos la influencia del entorno para la clase media-baja
El contexto en el que crece y se desarrolla una persona de clase media-baja está marcado por incertidumbre, vulnerabilidad y amenazas constantes. Según Kraus, Piff, Mendoza-Denton, Rheinschmidt y Keltner (2012), estos factores condicionan una orientación cognitiva basada en el contexto: las acciones y los eventos se perciben como influenciados por elementos externos, fuera del control individual.
En contraste, los individuos de clase alta suelen desarrollarse en entornos caracterizados por estabilidad y recursos abundantes, donde predominan la sensación de control y la orientación individualista. Esto genera una diferencia notable en la manera en que ambas clases sociales interpretan la realidad y toman decisiones.
La percepción de control también se refleja en la sensibilidad hacia los demás. Las personas de clase media-baja muestran mayor atención a la información social, mientras que las de clase alta tienden a centrarse en sus propias metas y resultados, según Fritsche y colaboradores (2017).
¿Cómo funcionan la empatía y compasión en la clase media-baja?
Diversos estudios señalan que la empatía y la compasión se manifiestan de manera más intensa en individuos de clase media-baja. Kraus, Côté y Keltner (2010) demostraron que estas personas identifican con mayor precisión las emociones de quienes les rodean, un rasgo vinculado directamente con su atención a factores contextuales.
Stellar, Manzo, Kraus y Keltner (2012) añadieron que la compasión surge como respuesta a la exposición frecuente a situaciones amenazantes, tanto propias como ajenas. Los individuos de clase media-baja, al estar más alerta ante posibles riesgos, tienden a mostrar mayor sensibilidad ante el sufrimiento de otros, mientras que esta respuesta es menos marcada en personas de clase alta.
La propensión a la conducta altruista también se asocia a la posición socioeconómica. Según Piff, Kraus, Côté, Cheng y Keltner (2010), los estudios de laboratorio evidencian que las personas de clase baja y media-baja participan más en acciones altruistas. Este comportamiento puede interpretarse como una estrategia adaptativa frente a la inestabilidad y la escasez de recursos en su entorno.
Estas conductas incluyen desde apoyo directo a otros hasta formas de cooperación más generalizadas, reforzando la cohesión social dentro de comunidades donde los recursos son limitados. Así, la clase media-baja desarrolla patrones de interacción que priorizan la colaboración y la sensibilidad hacia las necesidades ajenas.
Por último, la orientación hacia factores contextuales y la mayor sensibilidad social tienen implicaciones de largo alcance. Becker, Kraus y Rheinschmidt-Same (2017) indican que la percepción de menor control puede reducir la participación política y la iniciativa para generar cambios sociales. Sin embargo, también fomenta la creación de redes de apoyo y solidaridad dentro de la comunidad.
Así, y en términos generales, las características asociadas a la clase media-baja reflejan una interacción constante entre entorno, emociones y comportamiento. La combinación de empatía, compasión y altruismo, junto con la percepción de control limitada, define patrones de conducta que contrastan con los de la clase alta y contribuyen a mantener diferencias sociales existentes.