Contenido
- 0.1 Si tu amigo hace esto es porque habla mal de ti y no hay discusión: lo dicen los psicólogos
- 0.2 ¿Qué significa sentarnos en el borde de la silla mientras hablamos con otra persona, según la psicología?
- 0.3 Sólo necesitas unos minutos: el truco de los expertos para saber si una persona es mala
- 1 Lo que revelan los labios sobre la autoconfianza y la expresividad
- 2 Otros rasgos faciales que definen la personalidad según estos expertos
El rostro humano siempre ha sido mucho más que una suma de rasgos físicos. En él se han buscado señales del carácter, de las emociones e incluso de la forma de ser. Una de las disciplinas que más ha explorado este terreno es la morfopsicología.
Aunque no cuenta con una base científica sólida, esta corriente sostiene que ciertos elementos del rostro como los labios podrían estar vinculados con aspectos de la personalidad, especialmente en lo que respecta a cómo nos perciben los demás.
La clave de este enfoque no radica tanto en establecer verdades absolutas sobre la personalidad a partir de la forma del rostro, sino en comprender cómo estas características físicas influyen en la impresión que generamos en los demás. Esa percepción puede llegar a tener un peso significativo en aspectos clave de nuestra vida, como la seguridad en uno mismo o las relaciones sociales.
Lo que revelan los labios sobre la autoconfianza y la expresividad
Dentro de los rasgos faciales, los labios ocupan un lugar destacado por su capacidad de comunicación, tanto verbal como no verbal. Según la morfopsicología, la forma de la boca y el grosor de los labios pueden reflejar claridad en la forma de pensar y expresarse.
Más allá de su papel en la comunicación, los labios son percibidos como símbolos de confianza y seguridad personal. Según el Instituto Dermoestético Ilahy, quienes tienen labios bien definidos, con una forma equilibrada, proyectan mayor seguridad en sí mismos.
Además, su aspecto puede estar vinculado a la facilidad con la que alguien transmite sus ideas o sentimientos. A estos elementos se les suma una dimensión casi universal: la sensualidad. En conjunto, estos factores convierten a los labios en uno de los indicadores más poderosos de nuestra imagen social.
Otros rasgos faciales que definen la personalidad según estos expertos
Aunque los labios destacan por su expresividad, no son los únicos rasgos con carga simbólica dentro de la morfopsicología. Los ojos, por ejemplo, son considerados espejos de las emociones.
Unos ojos grandes pueden ser interpretados como signo de sinceridad y ambición, mientras que los pequeños evocan inteligencia e inquietud. Por otra parte, hay que destacar que el tamaño del iris podría asociarse a la capacidad de mostrar emociones.
La nariz también juega un papel importante. Una nariz respingada sugiere nobleza, una recta transmite orden y una aguileña es asociada con la sensualidad. La forma de las orejas, su altura y posición, se ha vinculado con la rapidez mental o la valentía y unas orejas bajas podrían relacionarse con la indecisión.
Otro elemento considerado son las arrugas, vistas como huellas emocionales. Las líneas en la frente pueden reflejar tristeza o mal humor, mientras que las del entrecejo remiten a obsesión. Las llamadas «patas de gallo» suelen relacionarse con la preocupación, y las arrugas cerca de la boca, con el orgullo.
Finalmente, la forma general del rostro también influye. Los rostros redondos se asocian a la iniciativa, los cuadrados al optimismo y los ovalados a la creatividad. La mandíbula ancha se interpreta como signo de firmeza, mientras que un mentón prominente refleja un carácter competitivo.