La inteligencia se mide por diversos parámetros. No siempre quien tiene un coeficiente intelectual alto sabe desenvolverse en la vida. Pero sí hay varios factores que indican que eres menos inteligente que la media. Y esto también tiene que ver con los hábitos y las rutinas que realiza cada uno.
Muchas veces lo que sucede es que los menos inteligentes suelen tener cierta inmadurez emocional. Según estudios de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid, la inmadurez emocional puede estar relacionada con la manera de educar, experiencias de vida y hasta con factores neurobiológicos. Identificar estas características es esencial para entender mejor a quienes las presentan y, en algunos casos, ayudarlas a evolucionar hacia una mayor estabilidad emocional. Uno de los rasgos más evidentes de una persona emocionalmente inmadura es su dificultad para asumir la responsabilidad de sus actos. En muchas ocasiones, culpan a los demás por sus errores o buscan excusas en lugar de enfrentar las consecuencias de sus decisiones.
Las cosas que haces si eres menos inteligente
¿Qué es la inteligencia?
La inteligencia no es un concepto único ni cerrado. Durante años, diversos expertos han propuesto múltiples teorías para explicar qué la define. Tradicionalmente, se asociaba con el coeficiente intelectual (CI), una medida estandarizada que evalúa habilidades como la lógica, la comprensión verbal, la memoria y la capacidad de resolver problemas.
Así lo ven en Psicologo Infantil, donde aclaran que Howard Gardner, por ejemplo, propuso la teoría de las inteligencias múltiples, donde identificó al menos ocho tipos distintos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal-cinestésica, interpersonal, intrapersonal y naturalista.
Criticar de manera constante
La crítica excesiva es otro rasgo que suele acompañar a las personas con limitadas competencias sociales. No se trata de una crítica constructiva que impulse el crecimiento, sino de una observación negativa continua que resalta errores, defectos o fracasos. Como resultado, se producen conversaciones tensas y desmotivadoras.
Según el área de Educación y Formación de la Comisión Europea, el respeto y la valoración positiva son esenciales para establecer relaciones colaborativas. Cuando predomina la crítica, se genera un clima de desconfianza que limita la cooperación y la posibilidad de entablar vínculos sólidos. La persona que critica de manera recurrente transmite rigidez y falta de flexibilidad, lo que a largo plazo la aísla de su entorno.
Más ignorantes, más inteligencia percibida
Un artículo de Psicología y Mente trata este tema y concluye que el individuo que alardea de saber cantar como un ángel pero sus “conciertos” siempre quedan desiertos, está siendo una clara muestra del efecto Dunning-Kruger. También podemos observar este fenómeno cuando los expertos en alguna materia ofrecen opiniones y consideraciones deliberadas y sosegadas sobre algún problema, mientras las personas ignorantes en el asunto creen tener respuestas absolutas y sencillas a las mismas cuestiones.
Prefieren tareas prácticas o rutinarias
Les puede resultar más fácil desenvolverse en entornos donde las reglas y los pasos son claros, como trabajos manuales o con procedimientos establecidos.
Se dejan influenciar por el resto
A veces confían más en la opinión o guía de otros, lo que puede hacerlos más vulnerables a la manipulación si en este caso no cuentan con un entorno protector.
Procrastinar mucho más
Hablamos del acto de posponer voluntariamente algo que sabes que deberías hacer, incluso sabiendo que te traerá consecuencias negativas. Es un comportamiento muy común —no tiene que ver solo con “pereza”—, sino con cómo funciona nuestra mente frente al malestar, la motivación y el autocontrol.
Quienes procrastinan constantemente suelen tener baja energía mental o emocional. El cansancio, el estrés o la falta de sueño reducen la capacidad de tomar decisiones y mantener el enfoque.
No aceptar otras opiniones
Quienes no aceptan otras opiniones suelen compartir ciertos rasgos psicológicos y emocionales, aunque los motivos pueden variar. No es necesariamente que “sean malas personas”; muchas veces se trata de mecanismos de defensa, educación, o inseguridad interna. Y se es menos inteligente.
Cómo son las personas inteligentes
Por el contrario, los más inteligentes suelen tener actitudes distintas.
Creatividad y pensamiento destacables
La creatividad no es solo para artistas o escritores; las personas inteligentes también utilizan la creatividad para resolver problemas complejos. Esto le permite ver las soluciones desde diferentes ángulos y pensar fuera de lo común. Cuando se enfrentan a preguntas complejas, las personas inteligentes buscan nuevas formas de abordar el problema.
Adaptabilidad al cambio
La flexibilidad cognitiva —la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias, modificar hábitos o cambiar de opinión cuando se presentan nuevos datos— es otro signo claro de inteligencia.
Mientras que otros se aferran a sus creencias por comodidad o miedo, las personas inteligentes aceptan el cambio como parte del crecimiento.
Como vemos todos estos actos definen a los menos inteligentes y esto les posiciona como los que además tienen una inteligencia emocional también más baja.