Contenido
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- 1 Por qué bajamos la música al aparcar el coche
Las personas necesitamos mantener la concentración al máximo mientras conducimos un coche para prevenir accidentes y lograr un desarrollo seguro del tráfico. Una situación frecuente es conducir por la ciudad reproduciendo música y, en cuanto llegas al lugar donde vas a estacionar, bajar el volumen o apagar la radio. Se trata de un gesto que se hace de forma inconsciente y tiene una explicación psicológica. Según los expertos, bajar la música al aparcar es una estrategia inconsciente del cerebro para reducir la carga cognitiva en situaciones que requieren concentración.
Los especialistas aseguran que no se trata de una manía sin fundamento, sino de una manifestación clara de cómo gestionamos nuestra carga cognitiva. Es una estrategia inconsciente que permite optimizar la atención, mejorar la precisión y reducir errores en situaciones que exigen concentración. Se trata de un patrón mental eficiente y adaptativo que le permite a tu cerebro tomar decisiones en silencio. Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mente humana no puede procesar todo al mismo tiempo. «Los canales sensoriales compiten por recursos, y cuando se supera cierto umbral de estímulos, el rendimiento cognitivo cae», mencionan. Desde el Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro investigan cómo la atención auditiva puede competir con la visual, algo problemático cuando ambas se necesitan al mismo tiempo. “Aparcar requiere una atención visual intensa como calcular distancias, detectar obstáculos, ajustar el ángulo del coche. En ese momento, el canal auditivo se vuelve redundante o incluso disruptivo”, comentan los referentes.
Por qué bajamos la música al aparcar el coche
La carga cognitiva y el procesamiento limitado
La psicóloga española Victoria Bayón explica que bajar la música al aparcar el coche responde a la necesidad del cerebro de centrar todos sus recursos en una sola tarea. «Al estacionar, se requiere una coordinación visual y espacial precisa, atención dividida y toma de decisiones rápida», asegura.
En ese instante, cualquier estímulo que no sea útil para la tarea, como la música, puede interferir. «Por lo tanto, el cerebro reacciona eliminando el sonido para liberar capacidad mental. Es una actitud que se inscribe dentro del concepto de reducción de la carga cognitiva», según Bayón.
A su vez, destaca que este gesto revela un funcionamiento sofisticado de nuestro cerebro: la autorregulación del entorno para mejorar el rendimiento. En ese sentido, bajamos la música porque el cerebro necesita centrarse en una tarea concreta, y la música interfiere en ese proceso.
«Cuando hacemos maniobras como entrar en un espacio estrecho o evitar una columna, nuestro sistema cognitivo decide reducir la estimulación auditiva. Es una forma de facilitar la toma de decisiones, minimizar errores y aumentar la eficacia», comentan desde el Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro.
Un acto automático y funcional
Los especialistas indican que este tipo de decisiones no siempre se toma de forma consciente y que muchas personas ni siquiera piensan que están bajando la música hasta que lo hacen.
Además, destacan que la clave está en que el cerebro, de manera instintiva, actúa para optimizar el rendimiento. Bajar el volumen se convierte en una respuesta automática y funcional, resultado de millones de años de evolución del sistema nervioso humano.
¿Qué es la metáfora del filtro atencional?
El psicólogo Donald Broadbent propuso en 1958 una teoría estudiada en la Universidad de Melbourne. En ella, sostuvo que la atención humana funciona como un filtro: de todo el torrente sensorial que recibimos, solo una parte logra ser procesada con significado y lo demás queda relegado a un nivel superficial.
Según Broadbent, cuando una tarea exige un procesamiento más profundo, como leer una señal de tránsito en medio del caos urbano, ese “filtro” se vuelve más restrictivo.
En esos casos, se baja la “señal” de otros sentidos, como el auditivo, para amplificar la eficacia de la visual. Por lo tanto, aparcar en un espacio reducido se convierte en un ejercicio de gestión de la atención, en donde recortamos estímulos para maximizar la claridad.
¿Cómo se relaciona la música y la concentración?
Hay millones de personas que se concentran mejor con música de fondo, pero esto depende del tipo de tarea. En el caso de las actividades repetitivas o automáticas, como limpiar o correr, la música puede ser beneficiosa.
Sin embargo, para tareas complejas que exigen análisis, cálculo y precisión, suele actuar como distractor. De esta manera, aparcar entra en la segunda categoría porque requiere una planificación espacial en tiempo real, coordinación motriz y atención a múltiples variables cambiantes.
Para la psicóloga Victoria Bayón, bajar la música ilustra cómo el cerebro humano regula de forma eficiente los recursos mentales. Es una estrategia de economía cognitiva: mantener solo los estímulos relevantes y suprimir los que no aportan a la tarea.
«Este mecanismo está vinculado con una forma de “multitarea selectiva” donde, aunque no podamos eliminar todos los estímulos del entorno, sí podemos reducir su intensidad en la acción de bajar el volumen», menciona Bayón.