Contenido
- 0.1 El significado de interrumpir siempre una conversación, según la psicología
- 0.2 La teoría de la cebolla: el secreto de la psicología que usan las parejas que más se quieren
- 0.3 Llega a España el orbiting, la tendencia que está destrozando relaciones en España
- 1 ¿Por qué nos gusta llamar la atención de otras personas aunque tengamos pareja?
Cuando estamos en una relación de pareja estable y satisfactoria, podría parecer que la necesidad de atraer o agradar a otras personas debería disminuir. Sin embargo, muchas personas experimentan un disfrute o una satisfacción adicional al recibir atención externa, incluso cuando están comprometidas en una relación. Este comportamiento, aunque aparentemente contradictorio, es más común de lo que se piensa y puede surgir de varias razones psicológicas y emocionales que van más allá del vínculo amoroso en sí. Es decir, el deseo de gustar a otros no necesariamente implica una carencia dentro de la relación o una intención de ser infiel, sino que responde a necesidades personales y sociales que han sido estudiadas por psicólogos y expertos en comportamiento humano.
Desde una perspectiva psicológica, gustar a los demás activa en nosotros una sensación de validación y pertenencia que se relaciona con nuestra autoestima. Durante la vida cotidiana, solemos exponernos en contextos laborales, sociales o incluso digitales en los que nuestra apariencia, personalidad o habilidades pueden llamar la atención de otros. Esta respuesta positiva de los demás se traduce en una especie de recompensa psicológica que nos hace sentir valorados y reconocidos. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Qué hay en nuestro cerebro o en nuestra cultura que nos lleva a querer ser atractivos o agradables para otros, incluso cuando ya tenemos pareja? Hay diversos factores que influyen en este fenómeno y es importante entenderlos para ayudarnos a llevar relaciones más saludables y satisfactorias. Uno de los aspectos fundamentales detrás de esta conducta es la necesidad de validación social, un impulso que ha sido ampliamente estudiado en el ámbito de la psicología
¿Por qué nos gusta llamar la atención de otras personas aunque tengamos pareja?
Según la American Psychological Association, la validación social se refiere al deseo de ser aceptado, valorado y reconocido por las personas que nos rodean. Este deseo no desaparece simplemente porque tengamos una pareja; por el contrario, se mantiene como una parte activa de nuestra identidad y, en muchos casos, es independiente del compromiso amoroso.
Ser atractivo o interesante para otros nos proporciona una sensación de valor personal y refuerza nuestra autoestima, incluso cuando esa validación externa no tiene intenciones románticas.
La autoestima y el refuerzo positivo
La autoestima juega un rol crucial en nuestra percepción de ser atractivos para otros. Cuando alguien externo muestra interés o admiración, nuestro cerebro experimenta una especie de «refuerzo positivo». Este refuerzo puede compararse con el que sentimos al recibir un cumplido o una aprobación en el ámbito laboral; es una señal de que estamos siendo valorados.
Las relaciones de pareja pueden brindar apoyo y seguridad, pero a nivel individual, aún buscamos señales externas que alimenten nuestra autopercepción. Así, gustar a otros puede ser una forma de mantener la autoestima elevada y de sentir que somos deseados o admirados más allá del entorno de pareja.
Además, el refuerzo positivo generado por la atención externa activa el sistema de recompensa de nuestro cerebro, un proceso que refuerza la búsqueda de experiencias que nos hagan sentir bien. Esta respuesta está ligada a la dopamina, el neurotransmisor responsable de las sensaciones de placer y satisfacción.
La dopamina nos impulsa a repetir acciones que percibimos como positivas, lo cual puede hacer que busquemos, de forma natural, situaciones que refuercen nuestra autoestima. En este sentido, el deseo de gustar es menos una necesidad de aprobación externa y más un reflejo del deseo humano de sentirse valioso y apreciado en distintas esferas de la vida.
Hoy en día, las redes sociales juegan un papel importante en la manera en que buscamos gustar a los demás. La constante exposición en plataformas como Instagram o TikTok refuerza la necesidad de obtener «me gusta» o comentarios positivos, lo cual actúa como una validación rápida y accesible.
Para algunas personas, esto puede convertirse en una extensión de su vida real, donde el deseo de agradar trasciende la relación de pareja y se manifiesta en el ámbito digital.
Esta tendencia, según los expertos de Psicología y Mente, no necesariamente indica un problema en la relación, sino que responde a la cultura actual de reconocimiento constante.
Diferenciar entre autoestima saludable y dependencia
Es importante entender que el deseo de gustar no siempre es perjudicial. Sin embargo, cuando este deseo se convierte en una dependencia de la validación externa, puede generar problemas tanto personales como en la pareja.
El equilibrio radica en diferenciar una autoestima saludable de una dependencia excesiva. Mientras que la primera se basa en una percepción positiva de uno mismo que no depende únicamente de la aprobación externa, la segunda puede llevar a comportamientos poco saludables y a conflictos dentro de la relación.
En todo caso, podemos ver que no es nada malo si no una condición más de los humanos pero sin que ello pueda interferir en nuestra relación de pareja.