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El uso de los dispositivos portátiles como los móviles generan cambios en la manera de relacionarnos con los demás. móvil ende introversión o de ansiedad social. Sin embargo, la respuesta combina factores psicológicos, hábitos digitales y preferencias de comunicación. Según investigaciones de Penn State, la Universidad Estatal de Pensilvania, silenciar el teléfono no siempre reduce el uso, e incluso puede generar un impulso mayor por revisarlo. No obstante, otras instituciones destacan que esta práctica también puede relacionarse con autorregulación, necesidad de límites y búsqueda de tranquilidad.
En un mundo hiperconectado, el sonido de una notificación puede interrumpir conversaciones, alterar la concentración o incrementar la ansiedad en algunas personas. Por eso, mantener el móvil en silencio resulta una estrategia para lograr calma y tranquilidad. A su vez, no todos los usuarios lo silencian por las mismas razones. Por un lado, se encuentran los que sienten “miedo a perderse algo” (FoMO) o una fuerte necesidad de pertenencia y tienden a revisar más sus teléfonos cuando no suenan. Por otro lado, desde Global English Editing los describen como individuos con gran responsabilidad, autocontrol y preferencia por entornos menos invasivos. Asimismo, Psychology Today señala que los adultos jóvenes utilizan con frecuencia el modo “No molestar” para disminuir la ansiedad social y evitar presiones externas. Por lo tanto, entender estas diferencias permite comprender mejor a quienes prefieren usar el móvil en silencio, especialmente en las interacciones grupales.
Por qué hay quien mantiene el móvil en silencio al estar con otras personas
La acción de silenciar el dispositivo puede ser una herramienta para quienes desean controlar mejor sus hábitos digitales. Global English Editing destaca que las personas responsables y metódicas ajustan el entorno y apagan las notificaciones para reducir tentaciones de mirar el móvil y, de esa manera, proteger sus rutinas de socialización.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH), este tipo de responsabilidad expresa un mayor autocontrol y explica por qué muchos prefieren el silencio como forma de evitar el uso impulsivo del teléfono. «En estos casos, no se trata de desinterés hacia la gente, sino de un mecanismo práctico para mantener el equilibrio mental y conductual», explican.
¿Cómo influye el FoMO y la necesidad de pertenencia?
Para los expertos de la Universidad Penn State, dejar el móvil en silencio no siempre significa menos uso. Para las personas con tendencia a FoMO, es decir, necesidad de pertenencia, la ausencia de sonido genera incertidumbre y aumenta la compulsión por revisar el dispositivo.
«Estas personas sienten que podrían estar perdiéndose información social relevante, lo que activa un ciclo de verificación constante», advierten. Además, comentan que las estrategias tradicionales para limitar el uso como apagar sonidos y reducir notificaciones pueden ser contraproducentes en ciertos perfiles psicológicos.
Silenciar el móvil: la búsqueda de concentración profunda
Otro perfil habitual entre quienes tienen este hábito es el de las personas que valoran la concentración. En este sentido, para Global English Editing, cada notificación obliga al cerebro a “recargar” su memoria de trabajo, lo que incrementa la fatiga cognitiva.
A su vez, afirman que reducir las interrupciones mejora el rendimiento y el estado de ánimo. Para este grupo, tal hecho no tiene que ver con evitar a otros, sino con preservar claridad mental.
«La simple presencia del móvil en silencio sobre la mesa puede afectar el desempeño cognitivo, por lo que mantenerlo sin sonido es una forma de proteger la atención», recomiendan.
La introversión y la necesidad de espacio personal
La introversión también desempeña un papel. Así, las personas introvertidas prefieren las interacciones asíncronas y evitan las interrupciones sonoras que podrían ponerlas en situaciones incómodas.
«Para ellas, el silencio del teléfono es un límite que preserva energía social y transmite respeto por la calma», describen. De esa manera, la combinación de introversión y responsabilidad produce comunicadores claras, aunque no de inmediato, y valoran más la calidad del intercambio que la velocidad.
Los miembros de Psychology Today señalan que muchos jóvenes activan el modo “No molestar” para reducir llamadas no deseadas, evitar estafas telefónicas y, sobre todo, disminuir la ansiedad asociada a la presión social.
«Mantener el móvil en silencio crea una barrera psicológica que les permite gestionar mejor su disponibilidad. En grupos, estas personas suelen mostrarse presentes y enfocadas porque han bloqueado estímulos que podrían tensar la interacción», sostienen.
Si bien tal acto puede parecer un detalle menor, es un hábito que reúne múltiples aspectos favorables como el autocontrol, la protección cognitiva, el manejo de la ansiedad, aprender a establecer límites personales y lograr una presencia plena.
Desde los NIH destacan que silenciar el dispositivo revela cómo cada individuo negocia su relación con la tecnología y con los demás. «En un momento dominado por las notificaciones, elegir el silencio es una forma de recuperar humanidad, concentración y calma», concluyen.
