Contenido
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- 0.2 Un abuelo de más de 80 años: “Antes nos divertíamos con nada, hoy los jóvenes lo tienen todo pero son infelices”
- 0.3 Si saludas siempre al conductor cuando subes al autobús es por esto: lo dice la psicología
- 1 Este es el consejo de EE. UU. para que los mayores de 60 años no caigan en el aislamiento
- 2 Cómo empezar a hacer ejercicio acompañado a partir de los 60 años y evitar el aislamiento
Según van pasando los años, el ritmo de la vida cambia. Ya no se trata de salir sin parar o de tener los fines de semana llenos de planes. El hogar se vuelve el centro de todo, y cada vez se hace más complicado salir, ver gente, o hacer cosas fuera. Lo que antes parecía una rutina social, ahora puede sentirse como un esfuerzo innecesario. Y ahí es donde llega el aislamiento.
Lo preocupante es que este aislamiento no es solo una cuestión de estado de ánimo. Se ha vinculado a problemas de salud tan serios como enfermedades cardíacas, depresión, deterioro cognitivo o incluso un mayor riesgo de muerte prematura. Por eso, la administración de EE. UU. trae una propuesta sencilla pero poderosa que puede marcar la diferencia.
Este es el consejo de EE. UU. para que los mayores de 60 años no caigan en el aislamiento
Lo que recomienda la administración de EE. UU., a través del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, es hacer ejercicio, pero no solo, sino en compañía. En este caso, no basta con salir a caminar uno mismo ni con hacer estiramientos frente al televisor. Lo que sugieren es encontrar formas de moverse junto a otras personas.
Unirse a un grupo de caminatas, salir a pedalear con un vecino, apuntarse a clases de aquagym o yoga en el centro de mayores, o incluso montar una rutina semanal con un amigo, son ejemplos sencillos que puede llevar a cabo cualquier persona mayor de 60 años.
La idea es moverse, sí, pero también conectar. Porque los beneficios no se quedan en lo físico. Hacer actividad con otros estimula la conversación, refuerza los lazos y ayuda a mantener la mente despierta.
Según los expertos, los adultos a partir de los 60 deberían dedicar al menos 150 minutos semanales a ejercicio moderado, como caminar a buen ritmo, o bien 75 minutos si se opta por actividades más intensas. En cualquiera de los dos casos, hacerlo acompañado de otra persona aporta beneficios que van mucho más allá del cuerpo.
Cómo empezar a hacer ejercicio acompañado a partir de los 60 años y evitar el aislamiento
Dar el primer paso es lo difícil. Pero en cuanto se rompe la inercia, el cuerpo y la mente lo agradecen. Para empezar, hay que buscar actividades que no exijan demasiado impacto. Las caminatas en grupo suelen ser la puerta de entrada ideal, pues no cuestan dinero, permiten socializar a buen ritmo y no requieren ningún equipo. Otra opción muy recomendable es la natación, especialmente para quienes tienen problemas articulares.
También hay clases específicas en muchos centros comunitarios, desde pilates o tai-chi hasta programas de entrenamiento adaptados a mayores. Si hay dudas, basta con acercarse a la biblioteca del barrio, al centro de salud o al centro de día: allí suelen tener información actualizada.
Además, siempre se puede proponer a un amigo o vecino hacer un plan para salir juntos. Eso sí, hay que tener claro que la constancia es la clave: no vale con hacerlo una vez al mes, sino que hay que comprometerse.






