Contenido
- 0.1 No es por vergüenza: la razón por la que las personas desvían la mirada al hablar con otras
- 0.2 El motivo por el que te gusta ver la misma serie una y otra vez: lo dicen los psicólogos
- 0.3 Un experto de Harvard revela el secreto para hacer amigos después de los 30
- 1 ¿Cuál es el truco que aprendió esta periodista de los niños resilientes?
- 2 ¿Por qué es tan importante apoyar a los niños?
- 3 Cómo crear un entorno seguro y colaborativo para criar a niños resilientes
La periodista Jennifer Breheny Wallace dedicó su carrera a investigar el impacto de la presión por el logro en los menores. Su trabajo destaca que la resiliencia de los niños está estrechamente vinculada a la fortaleza emocional de sus cuidadores. A través de entrevistas con más de 100 padres de niños resilientes, identificó un factor clave en su crianza.
Por su parte, Breheny Wallace es una periodista reconocida y autora del libro Never Enough: When Achievement Culture Becomes Toxic – and What We Can Do About It (Nunca es tarde: cuando la cultura del logro se vuelve tóxica y que se puede hacer al respecto). Graduada en Harvard, inició su carrera en CBS 60 Minutes y fue parte de un equipo galardonado con el Robert F. Kennedy Award por su excelencia en el periodismo. Actualmente, es investigadora en el Center for Parent and Teen Communication del Children’s Hospital de Filadelfia.
¿Cuál es el truco que aprendió esta periodista de los niños resilientes?
El trabajo de Breheny Wallace reveló que la resiliencia infantil está directamente relacionada con el bienestar emocional de los progenitores. Sin embargo, en una sociedad donde se prioriza el sacrificio en la crianza, muchos padres pasan por alto la importancia de su propio equilibrio emocional. Wallace señala que este aspecto es crucial para que los niños desarrollen una personalidad más fuerte y adaptable.
Cuando los padres experimentan altos niveles de estrés, se vuelven menos pacientes y menos presentes emocionalmente para sus hijos. Esto puede generar lo que los psicólogos llaman «separación proximal», un fenómeno en el que el progenitor está físicamente presente, pero emocionalmente distante.
Los niños suelen interpretar estas señales de forma errónea, creyendo que el problema radica en ellos mismos. Diversos estudios han demostrado que cuando los padres enfrentan dificultades emocionales, sus hijos también tienden a padecer problemas similares.
Para evitar esta situación y fomentar la resiliencia en los menores, Wallace propone varias estrategias que pueden ayudar a los progenitores a mejorar su bienestar emocional:
- Autoevaluación diaria: reflexionar sobre el estado emocional propio con preguntas como «¿Cómo me siento hoy, realmente?».
- Momentos de desconexión: dedicar al menos 15 minutos al día a actividades que recarguen energía, como leer, caminar o meditar.
- Buscar apoyo profesional: la terapia o el acompañamiento psicológico no solo beneficia a los padres, sino también a toda la familia.
¿Por qué es tan importante apoyar a los niños?
Un niño resiliente no se cría en aislamiento, sino en un entorno de apoyo. Wallace destaca que los padres también necesitan una red de contención que les ayude a sobrellevar las exigencias diarias de la crianza.
El mito del «padre todopoderoso» que puede con todo en solitario es una fuente de estrés innecesario. En cambio, contar con un círculo de apoyo reduce la carga emocional y mejora la capacidad de respuesta ante los desafíos cotidianos.
Algunas formas de fortalecer esta red incluyen:
- Crear un grupo de padres: reunirse semanalmente con otros progenitores para compartir experiencias y estrategias.
- Compartir responsabilidades: organizar turnos de recogida en el colegio o preparar comidas conjuntas con otras familias.
- Construir una comunidad: rodearse de personas que generen un ambiente de confianza y comprensión.
Cómo crear un entorno seguro y colaborativo para criar a niños resilientes
Un aspecto clave que Wallace resalta es la creación de un entorno donde los niños se sientan respaldados por más de un referente adulto. Esto no solo proporciona estabilidad, sino que también enseña a los menores la importancia del trabajo en equipo y el apoyo mutuo.
Algunas prácticas recomendadas incluyen:
- Fomentar el sentido de comunidad: organizar actividades con otras familias para fortalecer lazos.
- Establecer rutinas colaborativas: delegar tareas dentro del hogar y enseñar a los niños la importancia de la cooperación.
- Celebrar los logros en grupo: reforzar los vínculos mediante el reconocimiento de pequeños y grandes avances.
La investigación de Wallace concluye que el principal factor que une a los padres de niños resilientes es su capacidad de priorizar su propio bienestar. Al hacerlo, no solo se benefician a sí mismos, sino que también brindan a sus hijos un modelo de fortaleza y equilibrio emocional.