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Hablar por WhatsApp se ha convertido en una extensión natural de nuestras conversaciones diarias. Pero, a diferencia de la comunicación cara a cara, donde los gestos, la voz o las miradas aportan matices emocionales, el texto plano puede resultar frío o ambiguo. Para compensar esa falta de lenguaje no verbal, los emojis se han convertido en una herramienta universal. Una simple carita sonriente, un corazón o una llama pueden cambiar por completo el tono de un mensaje, suavizarlo o hacerlo más divertido.
Tanto es así que, a veces, usamos más emojis que palabras. Detrás de esta costumbre no solo hay una cuestión de moda digital o de hábito. Los emojis —esas pequeñas imágenes que nacieron en Japón a finales de los años 90— cumplen una función psicológica y comunicativa fundamental. Según los expertos en lingüística y comunicación digital, expresan emociones, reemplazan gestos y refuerzan la intención de quien escribe. En un contexto donde el mensaje puede malinterpretarse fácilmente, los emojis actúan como una especie de “lenguaje emocional” que nos permite mantener la conexión humana en entornos virtuales.
Los emojis como nuevo lenguaje emocional por WhatsApp
El uso de emojis no es casual ni superficial. Varios estudios han demostrado que el cerebro humano reacciona a ellos de manera similar a como lo hace ante una expresión facial real. Distintas investigaciones, como la que cuenta Zinnia Leal Monsalves, comprobaron que, al observar un emoji sonriente, se activan las mismas áreas cerebrales asociadas con la percepción de una sonrisa en una persona.
Es decir, aunque sabemos que son símbolos digitales, nuestro cerebro los interpreta como señales emocionales auténticas.
Por eso, cuando alguien incluye un emoji en un mensaje, no solo está decorando el texto, sino añadiendo una capa de significado emocional. Un “vale 👍” no transmite lo mismo que un simple “vale”, del mismo modo que un “gracias 😊” puede sonar más cálido y auténtico que un “gracias” seco.
Los emojis suavizan las conversaciones, crean empatía y ayudan a mantener un tono amable, especialmente en entornos donde no hay contacto visual ni gestos físicos.
Según un estudio , que ha publicado la Agencia EFE, «evaluar cómo varía el uso de los emoji en función de las habilidades comunicativas e interpersonales de las personas puede ayudar a comprender mejor los mecanismos psicológicos de quién los utiliza».
La necesidad de matizar lo que sentimos
En la comunicación digital, los malentendidos son frecuentes. Un mensaje breve puede interpretarse como cortante, una broma puede parecer una crítica o un silencio puede generar ansiedad. Los emojis, en este sentido, funcionan como marcadores de intención. Indican si algo se dice en tono de humor, con cariño o con ironía.
Un estudio de la Universidad de Indiana señala que el uso de emojis está estrechamente ligado a la regulación emocional y al deseo de reforzar vínculos sociales. En otras palabras, las personas los utilizan para mantener la armonía en la conversación y evitar tensiones.
Por eso, quienes usan muchos emojis suelen ser percibidos como más expresivos, empáticos y accesibles. No es casual que, en los grupos de amigos o familiares, estos pequeños símbolos se conviertan en una forma de identidad compartida: cada uno tiene su repertorio habitual y su manera de “hablar en emojis”.
Según cada persona, introvertidos: emojis con precisión
Por otro lado, los introvertidos usan emojis de manera más selectiva y con un propósito específico. Aunque no suelen ser tan expresivos como los extrovertidos, sus elecciones de emojis son cuidadosas y pueden transmitir reflexión, además de reflejar un enfoque más profundo en las conversaciones.
Más que una moda generacional
Aunque se asocia con los jóvenes, el uso intensivo de emojis se ha extendido a todas las edades. Su eficacia comunicativa los ha convertido en un lenguaje intergeneracional. En entornos laborales, por ejemplo, se utilizan cada vez más para suavizar mensajes, mostrar cercanía o evitar que un correo o un chat parezca demasiado formal. No se trata de sustituir el lenguaje, sino de complementarlo con emociones visuales.
Además, los emojis evolucionan con la sociedad. Cada año, el Unicode Consortium —la organización internacional que regula los estándares de codificación de texto y símbolos— aprueba nuevos diseños que reflejan cambios culturales, como mayor diversidad, inclusión o sostenibilidad. De esta forma, el lenguaje digital se adapta a la realidad contemporánea y sigue siendo una herramienta de conexión global.
La inteligencia emocional
La inteligencia emocional juega un papel fundamental en el uso de emojis. El estudio de la revista Plus One afirma que «la inteligencia emocional estaba relacionada positivamente con el uso de emojis con amigos, mientras que el apego evitativo estaba relacionado negativamente con el uso de emojis con amigos y parejas románticas o de citas».
