Contenido
- 0.1 Todo lo que tienes que saber sobre el ‘Baby Sign’: así es el método que usa Quim Gutiérrez con sus hijos
- 0.2 Si hablas con estas frases eres una persona sin educación: lo confirman los psicólogos
- 0.3 No te gustan los abrazos por este motivo: la explicación de los psicólogos
- 1 El lenguaje en los niños: una habilidad compleja
El desarrollo del lenguaje en los niños ha sido un tema de interés para los investigadores durante décadas, y una de las preguntas más frecuentes es por qué algunos niños empiezan a hablar antes que otros. Tradicionalmente, se pensaba que la capacidad de hablar dependía de la maduración cerebral y de los factores ambientales. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la comprensión del lenguaje comienza mucho antes de lo que se creía, incluso desde el útero. Esto ha revolucionado la forma en que entendemos el proceso de adquisición del lenguaje en los primeros años de vida.
Un estudio reciente de la psicóloga e investigadora, Elika Bergelson, en la Gaceta de Harvard, explica que «hubo una mejora cualitativa similar en la comprensión del lenguaje cerca del primer cumpleaños del niño, más o menos cuando llegan las primeras palabras auténticas. Es como si los niños de alrededor de un año pasaran de apenas comprender la mecánica del lenguaje a convertirse de repente en verdaderos compañeros de comunicación». La capacidad de los niños para entender y procesar el lenguaje desde edades tan tempranas demuestra que el aprendizaje verbal no está limitado únicamente a la producción de palabras. Desde el nacimiento, los niños comienzan a interpretar lo que escuchan, incluso antes de emitir sus primeras palabras. Esta comprensión precoz puede estar relacionada con la capacidad innata que tienen los pequeños para distinguir entre diferentes sonidos, tonos y ritmos. Aunque no lo verbalicen, el cerebro está activo y trabajando para conectar el significado de lo que se les dice. Así, un niño que empieza a hablar más temprano podría estar mostrando un reflejo de una mayor exposición al lenguaje o de una mayor capacidad para asimilar lo que escucha, lo que, a su vez, acelera su proceso de expresión verbal.
El lenguaje en los niños: una habilidad compleja
Un estudio del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) explica que «el lenguaje es la forma de comunicación distintivamente humana que une a los grupos sociales humanos. Utiliza señales arbitrarias pero acordadas socialmente (palabras y oraciones) en un sistema regido por reglas para transmitir significado. A diferencia de la comunicación animal, el lenguaje humano utiliza señales de manera creativa para comunicarse más allá del aquí y ahora, lo que permite discutir eventos pasados o futuros e ideas abstractas, hipotéticas o imaginarias. El habla es el resultado habitual del sistema del lenguaje, creado por los movimientos complejos y coordinados de las estructuras respiratorias, laríngeas, velofaríngeas y orales».
El lenguaje es una de las habilidades cognitivas más complejas que los seres humanos desarrollan a lo largo de su vida. Desde el momento en que nacen, los niños están recibiendo información verbal y no verbal que les ayuda a comprender y producir palabras.
Ahora bien, la adquisición del lenguaje engloba varios procesos, incluyendo la percepción de sonidos, la comprensión de palabras, la imitación de sonidos y, finalmente, la producción de palabras. Los niños comienzan a reconocer sonidos y tonos de la voz desde el útero, lo que demuestra que el proceso de aprendizaje lingüístico comienza mucho antes de que puedan hablar.
Factores que influyen en el desarrollo del lenguaje temprano
Genética y diferencias individuales
Cada niño es único, y el desarrollo del lenguaje no sigue un ritmo uniforme. La genética juega un papel clave en las habilidades lingüísticas de las infancias.
Los niños que tienen antecedentes familiares de habilidades lingüísticas excepcionales, como padres que son muy habladores o que tienen una educación avanzada, podrían tener una ventaja en el desarrollo temprano del lenguaje.
El entorno familiar y la estimulación verbal
El estudio de Harvard de la especialista Elika Bergelson, afirma que «los resultados muestran que los principales predictores del desarrollo del lenguaje a nivel global son la edad, factores clínicos como la prematuridad o la dislexia, y la cantidad de habla que los niños reciben del mundo que los rodea».
El entorno en el que crece un niño tiene un impacto significativo en su desarrollo lingüístico. En general, los más pequeños que suelen están expuestos a un entorno lingüísticamente rico suelen comenzar a hablar antes.
La cantidad y la calidad de las interacciones verbales que un niño tiene con sus padres y otros miembros de la familia son factores cruciales. Los niños que escuchan conversaciones de manera frecuente, leen libros con sus padres y son animados a comunicarse verbalmente tienden a desarrollar sus habilidades lingüísticas más rápido.
La interacción social también juega un papel importante en el desarrollo temprano del lenguaje. Los niños aprenden a hablar no solo escuchando a sus padres, sino también participando en conversaciones y observando las reacciones de los demás.
Cuando los padres responden activamente a los intentos de comunicación de sus hijos, como cuando un bebé balbucea o señala, se fomenta el aprendizaje de nuevos sonidos y palabras.
Los estudios también concluyen que los niños que crecen en un ambiente emocionalmente seguro, donde se sienten apoyados y estimulados, son más propensos a desarrollar habilidades lingüísticas tempranas.
La conexión emocional entre los padres y el niño facilita la comunicación, ya que los niños suelen entonces a intentar hablar cuando se sienten comprendidos y respaldados.
El impacto de las nuevas tecnologías en las infancias
En la actualidad, los niños están expuestos a una mayor cantidad de contenido digital desde una edad temprana. Las pantallas de teléfonos, tabletas y televisores pueden influir tanto positiva como negativamente en el desarrollo del lenguaje.
Si bien las aplicaciones educativas y los programas interactivos pueden ofrecer cierto valor en términos de aprendizaje, las interacciones cara a cara siguen siendo esenciales para el desarrollo del lenguaje. También es positivo que escuchen idiomas a través de las pantallas, esto les queda desde bien pequeños.
Pero está demostrado que los niños que pasan demasiado tiempo frente a pantallas, sin suficiente interacción social, pueden experimentar retrasos en el desarrollo del habla, en especial cuando no ven temas mucho más educativos y se dejan llevar sin control parental sobre cualquier contenido que haya en la red.