Qué significa que una persona se quede en blanco, según la psicología: esto es lo que ocurre en tu cerebro

Psicología

Qué significa que una persona se quede en blanco, según la psicología: esto es lo que ocurre en tu cerebro

En determinados momentos a muchos nos ha pasado. No nos hemos acordado de determinadas cosas. Y de ahí sale la expresión de que alguien se quede en blanco. Ello se refiere a ese instante en el que la mente parece apagarse. A su vez, es un momento en el que resulta difícil recordar una información, una idea o incluso continuar con una acción. Los diferentes especialistas e instituciones profesionales destacan que se trata de un fenómeno que puede generar mucha angustia porque además de afectar el rendimiento en situaciones puntuales, también provoca la sensación de que se ha perdido el control de la mente. Sin embargo, a pesar de tornarse un momento incómodo y frustrante, quedarse en blanco es un proceso natural del cerebro que responde a múltiples factores biológicos, emocionales y contextuales.

Otro aspecto importante de este fenómeno es que no está necesariamente vinculado a un problema de memoria grave. En la mayoría de los casos es una respuesta normal del organismo ante situaciones de estrés o sobrecarga cognitiva. El estrés provoca que nuestro sistema nervioso active el modo de alerta y desvíe recursos del área de memoria a funciones de supervivencia más inmediatas, como el aumento de la frecuencia cardiaca o la preparación muscular. A su vez, dicho mecanismo explica por qué en momentos críticos como un examen, un discurso o una entrevista de trabajo, las personas podemos olvidar cosas que sabíamos perfectamente. Según miembros de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el estrés académico es uno de los principales factores que provocan fallos de memoria momentáneos en estudiantes, especialmente en épocas de exámenes. En lo que respecta al ámbito laboral, la presión y el exceso de información pueden bloquear el acceso rápido a recuerdos o ideas necesarias. «Quedarse en blanco no implica necesariamente un déficit, sino más bien una limitación temporal que tiene su origen en cómo el cerebro maneja la tensión y la carga cognitiva», según la UCM.

¿Qué factores hacen que alguien se quede en blanco?

Uno de los principales factores que explican el quedarse en blanco es la ansiedad. Cuando el cerebro percibe una situación como amenazante, libera cortisol y adrenalina, lo que altera el funcionamiento de la corteza prefrontal, la región encargada de la memoria de trabajo y de la toma de decisiones. Esto genera un bloqueo temporal en la recuperación de información.

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), más del 40 % de los estudiantes experimenta bloqueos mentales en momentos de evaluación, producto de la ansiedad de rendir bajo presión.

Otro factor importante es la fatiga mental. “La sobrecarga de tareas, la falta de descanso o la exposición prolongada a pantallas digitales limitan la capacidad de concentración y aumentan la probabilidad de experimentar “lagunas” temporales”.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten que el déficit de sueño y la fatiga crónica reducen la atención sostenida y dificultan la consolidación de recuerdos, lo que incrementa la posibilidad de quedarse en blanco.

¿En qué contextos es más común que alguien se quede en blanco?

El fenómeno suele ser más frecuente en circunstancias donde existe presión externa como exámenes, entrevistas, discursos en público o pruebas de habilidades. Se trata de momentos en donde se produce una combinación de ansiedad anticipada y miedo al juicio social, lo que contribuye a una parálisis momentánea.

Además, quedarse en blanco no afecta solo a estudiantes o profesionales. También es común en la vida diaria en eventos como olvidar dónde dejamos las llaves, perder el hilo de una conversación o no recordar el nombre de alguien conocido. Para los expertos, estos episodios si no son recurrentes ni graves, forman parte del funcionamiento normal del cerebro.

¿Qué consecuencias emocionales y sociales se producen cuando no recordamos?

Una de las sensaciones más frecuentes de quedarse en blanco es la vergüenza, frustración e incluso miedo a exponerse nuevamente a la situación que lo provocó. En este sentido, muchas personas que lo han vivido en público tienden a desarrollar una inseguridad anticipada.

«Se produce un temor a que vuelva a ocurrir, aumenta la ansiedad y la probabilidad de otro bloqueo. Esta reacción puede limitar el desempeño académico, profesional o social, y en algunos casos derivar en la evitación de situaciones que implican exposición», explican referentes del Consejo Europeo del Cerebro (EBC).

A su vez, señalan que la salud mental y la gestión del estrés son determinantes para el buen funcionamiento cognitivo. «Ignorar la relación entre ansiedad y fallos momentáneos de memoria puede agravar el problema y convertir lo que es un episodio aislado en un patrón frecuente de bloqueo», advierten.

¿Qué estrategias permiten prevenir y afrontar la situación de quedarse en blanco?

Desde el Consejo Europeo del Cerebro destacan que hay diversas estrategias que ayudan a reducir la probabilidad de quedarse en blanco. Entre las más recomendadas se encuentran practicar técnicas de respiración y relajación antes de un examen o presentación.

 

 

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