Qué significa no querer dar tu opinión para evitar conflictos, según los psicólogos

La comunicación interpersonal requiere de claridad, coherencia y precisión para generar vínculos positivos. Sin embargo, muchas personas eligen no dar su opinión en conversaciones u otros para evitar determinados conflictos y es importante conocer cómo son. Una de las razones se encuentra en el contexto de polarización y tensiones sociales, en donde ciertas personass optan por permanecer en silencio y de esa forma obviar circunstancias que pueden resultar incómodas. En este sentido, diferentes especialistas indican que esta tendencia de “mojarse” no es simplemente una elección de personalidad, sino una respuesta a diversas presiones internas y externas que afectan la salud mental y las relaciones interpersonales.

Desde la web Psicología Central explican que las personas que evitan confrontaciones suelen presentar comportamientos similares: esquivan conversaciones incómodas, omiten expresar lo que piensan o necesitan, y suelen ceder para no generar tensiones. El psicólogo Mario Arzuza advierte que esta estrategia puede parecer funcional a corto plazo, pero en el tiempo genera efectos negativos. «El silencio mantenido por miedo al conflicto puede contribuir a una disminución de la autoestima, sentimientos de frustración, pérdida de identidad y agotamiento emocional», sostiene. A su vez, miembros de Psicología Central aseguran que puede generar síntomas físicos, como trastornos digestivos, dolores musculares, fatiga crónica o manifestaciones de ansiedad y depresión. Además, la psicoterapeuta Babita Spinelli señala en su web que evitar el conflicto es una forma de comportamiento complaciente que surge de un profundo temor a molestar o enfadar a los demás. “La forma de actuar impide resolver los desacuerdos y reduce la honestidad y autenticidad en los vínculos”, aclara la experta.

Por qué hay personas que no expresan su opinión

Los factores que impulsan el silencio

Hay múltiples factores psicológicos y sociales que motivan a las personas a no dar su opinión para evitar conflictos. Uno de los principales es el miedo al rechazo o a la desaprobación. «La necesidad de aceptación social puede llevar a priorizar la armonía superficial sobre la expresión genuina de pensamientos y sentimientos», explica Spinelli.

Además, la psicoterapeuta asegura que el temor puede estar relacionado con experiencias pasadas de rechazo o crítica, que refuerzan la idea de que es más seguro permanecer en silencio.

La evitación conductual

La psicóloga Julia Vidal, del Área Humana Psicólogos Madrid, destaca que la evitación conductual, como no expresar una opinión o evitar situaciones incómodas, es una de las formas más comunes de enfrentar los conflictos.

La experta destaca que son conductas que ofrecen un alivio temporal y que “enfrentarse a los conflictos de manera directa permite desarrollar habilidades sociales y fortalecer la autoestima”.

La ausencia de asertividad

Vidal añade que otro factor relevante es la falta de habilidades de comunicación asertiva. En este sentido, menciona que la asertividad implica expresar opiniones y deseos de manera clara y respetuosa, sin someterse ni agredir.

Además, asegura que quienes carecen de esta habilidad pueden sentirse incapaces de enfrentar situaciones conflictivas, optando por el silencio como mecanismo de defensa.

¿En qué situaciones puede ser positivo evitar el conflicto?

Según a la web ResearchGate de conocimiento científico, cuando existe una relación sólida y objetivos cooperativos, evitar el conflicto puede fortalecer la relación, mejorar la productividad, aumentar la confianza y el respeto mutuo. En cambio, si la relación es débil, evitar el conflicto puede empeorarla y disminuir el compromiso.

«La acción de evitar puede ser tanto pasiva (conformarse) como activa (buscar soluciones indirectas), y esto impacta en los resultados», dicen los expertos. En términos prácticos, evitar el conflicto puede ser útil y apropiado, pero requiere habilidades interpersonales para que no sea una barrera a la resolución.

¿Cuáles son las consecuencias de no dar nunca la opinión?

Los miembros del Área Humana Psicólogos Madrid afirman que el silencio prolongado como estrategia para evitar conflictos puede tener consecuencias significativas en la salud mental y las relaciones interpersonales. «A nivel emocional, puede generar sentimientos de frustración, resentimiento y pérdida de identidad», advierten.

A su vez, mencionan las consecuencias que puede producir a nivel físico. En ese sentido, el estrés acumulado por no expresar lo que se piensa puede manifestarse en síntomas como dolores musculares, trastornos digestivos, fatiga crónica y problemas de sueño. Por lo tanto, señalan que la somatización del malestar interno es una respuesta común ante la represión emocional.

Las estrategias para fomentar una expresión auténtica

Las claves para generar procesos comunicacionales eficientes y responsables se encuentran en desarrollar habilidades emocionales para incentivar expresiones auténticas y comprometidas en pro de superar el miedo al conflicto.

«Debemos aprender a expresar opiniones, emociones y necesidades de forma clara y respetuosa, sin caer en la agresividad ni en la sumisión. La asertividad es una habilidad que se entrena y requiere de un proceso».

Los profesionales de Psicología Central recomiendan identificar y cuestionar los pensamientos distorsionados que alimentan el temor al conflicto. Muchos de estos temores se basan en experiencias del pasado que ya no se corresponden con la realidad actual y, por lo tanto, dificultan que las personas expresen sus opiniones por pensar que van a generar conflictos.