Contenido
- 0.1 Laura Martín-Romo, neuropsicóloga: «Tu cerebro puede generar la electricidad suficiente para encender una bombilla»
- 0.2 Las personas con alta inteligencia emocional usan estas frases para frenar discusiones, según un estudio psicológico
- 0.3 ¿Qué significa llevar una pulsera con la bandera de España, según la psicología?
- 1 Qué significa hablar solo en voz alta
A todos nos ha pasado en algún momento: estamos cocinando y murmuramos «dónde he dejado la sal», o resolviendo un problema y decimos en voz alta «primero hago esto, luego aquello». Hablar en voz alta y solo, sigue rodeado de ciertos prejuicios. A menudo se asocia con la excentricidad o incluso con un desequilibrio mental. Sin embargo, la psicología contemporánea tiene una visión mucho más amable de este hábito, y los estudios recientes sugieren que puede ser señal de habilidades cognitivas saludables y hasta beneficiosas.
Lejos de ser algo extraño o negativo, hablar solo puede cumplir múltiples funciones en la mente humana. Desde ayudar a regular las emociones hasta mejorar el rendimiento en tareas complejas, verbalizar pensamientos en voz alta actúa como una herramienta de autorregulación. Incluso en la infancia, hablar solo es una etapa clave del desarrollo cognitivo. Jean Piaget ya hablaba del «lenguaje egocéntric» como una forma de que los niños estructuren su pensamiento. Hoy, investigaciones recientes lo respaldan desde una mirada adulta. Según un estudio de la Universidad de Bangor, en el Reino Unido, hablar en voz alta mejora la concentración y el control sobre las acciones. Y no solo eso: puede revelar rasgos de personalidad como la autoconciencia o la capacidad de resolución de conflictos.
Qué significa hablar solo en voz alta
Una estrategia cognitiva al servicio del pensamiento
Hablar solo no es únicamente una rareza tolerable; en muchos casos, es una estrategia cognitiva eficaz. Cuando verbalizamos lo que pensamos, estamos reforzando nuestro foco atencional. Esto se debe a que el lenguaje hablado activa más áreas cerebrales que el pensamiento silencioso.
Así lo explica un estudio publicado en Quarterly Journal of Experimental Psychology, que concluye que decir las instrucciones en voz alta (por ejemplo, “dónde están mis llaves”) mejora el rendimiento de búsqueda en comparación con pensar en silencio.
Además, hablar solo puede contribuir a la organización del pensamiento. Al transformar ideas abstractas en palabras, se estructuran mejor las soluciones a un problema. Esto es especialmente útil en tareas complejas, como resolver problemas matemáticos, programar o incluso preparar una presentación. En estos casos, decir en voz alta cada paso permite detectar errores, confirmar decisiones y sostener la motivación.
Regulación emocional y manejo del estrés
Desde la Clínica Cleveland aseguran que hablar solo y en voz alta puede ayudar a trazar planes, mantener la concentración y tomar decisiones más racionales, ya que actúa como una especie de «resolución interna de problemas».
Otro aspecto relevante del acto de hablar solo tiene que ver con la autorregulación emocional. Muchas personas se tranquilizan diciéndose a sí mismas frases como «todo está bien» o «puedo hacerlo». Este tipo de diálogo interno audible no solo calma, sino que activa mecanismos de afrontamiento del estrés. La American Psychological Association (APA) señala que verbalizar pensamientos puede reducir la intensidad emocional de experiencias difíciles y ayudar a tomar distancia de ellas.
Esta estrategia no es exclusiva de quienes padecen ansiedad o estrés. Es una herramienta válida para cualquier persona que necesite concentrarse o calmarse ante una situación desafiante. Incluso deportistas de élite, como tenistas o corredores, usan frases en voz alta como forma de motivarse o corregir errores. Lejos de ser un signo de debilidad, es un modo activo de regular la conducta.
¿Y si un niño habla solo?
En la infancia, hablar solo en voz alta es aún más común. Se considera una etapa natural del desarrollo cognitivo. Según la European Early Childhood Education Research Association (EECERA), el llamado “lenguaje privado” cumple una función estructuradora en el pensamiento infantil. No solo les permite guiar su conducta mientras aprenden una nueva tarea, sino también regular sus emociones ante la frustración o el aburrimiento.
De hecho, impedir o corregir este hábito podría ser contraproducente. Permitir que los niños hablen en voz alta mientras juegan o resuelven problemas facilita la autonomía y la comprensión de su entorno. Muchos psicólogos consideran que es una señal de inteligencia verbal y de creatividad en expansión.
¿Cuándo puede ser preocupante?
Aunque hablar solo suele ser un comportamiento normal, hay casos en los que podría indicar un problema psicológico, especialmente si el discurso incluye respuestas a voces imaginarias, contenido delirante o interfiere con la vida cotidiana. En esos casos, puede formar parte de un cuadro clínico, como la esquizofrenia u otros trastornos psicóticos, donde el diálogo en voz alta refleja alucinaciones auditivas o pensamientos desorganizados.
En este caso, la clave está en identificar cuándo este hábito es una herramienta útil y cuándo podría ser un indicativo de una condición psicológica que requiera atención profesional.
Sin embargo, es importante no caer en conclusiones rápidas. La mayoría de las veces, hablar solo es simplemente un síntoma de introspección, concentración o autoayuda. La diferencia clave reside en el contenido, la frecuencia y el contexto. El diálogo interno audible es normal, a menos que se acompañe de otros signos como aislamiento extremo, confusión o cambios drásticos en el comportamiento.