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Cuando se trata de elegir con quién pasar el tiempo, muchos niños parecen preferir la compañía de los abuelos en lugar de la de sus propios padres. Este comportamiento ha llamado la atención de psicólogos, quienes han identificado diversos factores que podrían explicar esta preferencia.
Los expertos coinciden en que esta elección se debe a una combinación de factores emocionales y de comportamiento. ¿Quieres saber cuáles son?
Los motivos por los que los niños prefieren estar con sus abuelos
Aunque a primera vista podría parecer que los niños están rechazando a sus padres, la realidad es más compleja. Los abuelos, al estar fuera de las responsabilidades cotidianas y la rutina de crianza, pueden ofrecer un espacio donde los niños se sienten más libres y menos presionados. Además, esta relación intergeneracional fomenta un tipo de apego distinto, basado más en el juego y en la cercanía emocional que en las reglas y obligaciones.
Los psicólogos señalan que esta relación especial también puede beneficiar el desarrollo emocional y social de los niños. Los abuelos, por su parte, disfrutan de su rol como cuidadores sin la carga de la disciplina diaria, lo que permite que el niño experimente una interacción más relajada y afectuosa.
Los abuelos pueden transmitir fácilmente los valores familiares y mantener el vínculo entre generaciones. Los especialistas de Top Doctors señalan que, en concreto, «las historias y las anécdotas que suelen contarles a sus nietos en relación con la infancia de los propios padres cuando eran pequeños, gustan mucho y contribuyen a su bienestar psicológico«.
Otra razón es que los abuelos pueden ayudar con su experiencia en momentos de crisis familiar. Cuando los niños se convierten en adolescentes suele haber más problemas en la comunicación con sus padres. No obstante, la relación entre nietos y abuelos suele ser mucho mejor.
Por último, cuando los nietos están con sus abuelos es como si el tiempo se parase. «La vida para los niños de hoy en día es más complicada que antes, y para que las cosas funcionen, los padres deben hacer un poco encaje de bolillos con la distribución de los horarios y el tiempo. Y aquí es donde entran los abuelos. Al estar con ellos, es como si el tiempo se detuviese para que los niños (o los no tan niños) y se alejen un poco de esa presión temporal y tengan tiempo, sencillamente, para jugar o leer cuentos, conversar o compartir confidencias sin prisas», afirma la psicóloga María Gallego Blanco en Top Doctors.
Para concluir, los psicólogos advierten que esta preferencia no debe interpretarse como un rechazo hacia los padres, sino como una expresión natural de las distintas formas de afecto que un niño necesita para crecer de manera equilibrada.