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En una época totalmente digitalizada, lograr que un niño se concentre durante más de unos minutos parece una tarea imposible. Sin embargo, la falta de atención no siempre se debe a trastornos como el TDAH.
En muchos casos, factores como el estrés escolar, el exceso de estímulos o incluso el aburrimiento pueden influir en su capacidad de concentración. En estas circunstancias, los pasatiempos son una vía de escape saludable así como herramientas eficaces para reforzar habilidades fundamentales como la paciencia, la creatividad y la memoria. Entre las numerosas opciones disponibles, hay una que destaca por su eficacia y tradición. ¿Quieres saber cuál?
El pasatiempo clásico para que los niños mejoren su paciencia y creatividad
El cubo de Rubik, creado en 1974 por el escultor y profesor de arquitectura Erno Rubik, es mucho más que un rompecabezas. Aunque a primera vista pueda parecer sólo un juego de colores, resolverlo requiere una combinación de lógica, paciencia, pensamiento estratégico y memoria espacial.
Según los expertos de Con Psicología, pasatiempos como éste contribuyen de forma notable a mejorar la atención, la memoria y la capacidad de resolver problemas. El cubo exige al niño prestar atención a patrones, recordar secuencias de movimientos y planificar con antelación, habilidades que tienen un impacto directo en su rendimiento escolar y en su desarrollo emocional.
Además, al tratarse de un juego individual, el cubo de Rubik enseña el valor del esfuerzo personal. No hay respuestas automáticas ni atajos. El progreso se alcanza a través de la práctica, lo que convierte este pasatiempo en un excelente ejercicio para fortalecer la tolerancia a la frustración.
Alternativas lúdicas para que los niños sigan entrenando la mente
Existen otros juegos que también ofrecen varios beneficios cognitivos. Éstas son algunas alternativas recomendadas por los expertos de Con Psicología:
1. Laberintos y juegos de lógica visual
Favorecen el pensamiento lógico, trabajan su motricidad fina, estimulan la atención y la concentración y fomentan valores como la perseverancia. Además, los niños experimentan con la resolución de problemas, mejorando así su intuición.
2. Puzles
Son pasatiempos clásicos en cualquier etapa infantil. Fortalecen la percepción espacial, mejora la coordinación óculo manual, la memoria visual y la concentración. Por otro lado, fomentan el trabajo en equipo cuando se resuelven en familia.
3. Juegos de diferencias y asociaciones
Estos ejercicios visuales mejoran la observación, la atención a los detalles y la capacidad de retención memorística. Sin dudas, son perfectos para niños con tendencia a distraerse fácilmente.
Incluir estos juegos en el día a día de los niños es una forma efectiva de reducir el tiempo que pasan frente a las pantallas. Por otra parte, si se practican en compañía, pueden fortalecer el vínculo familiar y crear recuerdos bonitos con tus seres queridos.
La clave está en no imponer el juego, sino en presentarlo como un desafío divertido que los niños pueden conquistar poco a poco. A través de pasatiempos como el cubo de Rubik, los pequeños aprenden a pensar, a tener paciencia y a ser más creativos. Y tú, ¿a qué juegas con tus pequeños?