Ni débil ni inseguro: qué significa que una persona sea muy sensible e intensa, según la psicología

Psicología

Ni débil ni inseguro: qué significa que una persona sea muy sensible e intensa, según la psicología

Las personas procesan el mundo sensorial de distintas maneras. Mientras algunas responden de forma más filtrada a estímulos cotidianos, otras lo hacen con mayor intensidad. Esta variabilidad se debe a diferencias en el sistema nervioso y el cerebro, que actúa como un filtro sensorial. En particular, que una persona sea muy sensible e intensa no significa que sea insegura si no que poseen una sensibilidad neurosensorial aumentada, y esto es que captan y procesan más profundamente la información del entorno. A esto se le conoce como alta sensibilidad.

Según el Instituto Europeo de Psicología Positiva «la Alta Sensibilidad no es ningún trastorno, ni enfermedad, ni anomalía del individuo; se trata de una característica de su procesamiento sensorial». Las Personas Altamente Sensibles (PAS) tienen un sistema nervioso más receptivo y profundo, lo cual se refleja en una mayor empatía, intuición y capacidad de observación. Su cerebro muestra mayor activación en áreas relacionadas con la emoción, el procesamiento sensorial y la conciencia social. Diversos estudios indican que este rasgo tiene una base genética, heredada de ancestros cuya sensibilidad favoreció la supervivencia al detectar peligros sutiles o necesidades del grupo. Las PAS tienden a sentirse abrumadas por el ruido, las multitudes o las emociones intensas, pero también experimentan una profunda apreciación por el arte, la naturaleza y los vínculos humanos. La alta sensibilidad no es una debilidad ni una etiqueta clínica, sino una forma distinta de estar en el mundo. Comprender este rasgo es el primer paso para integrarlo de manera saludable en la vida cotidiana.

Cómo es una persona que sea muy sensible e intensa

El procesamiento sensorial y la alta sensibilidad

No todas las personas experimentan el mundo de la misma manera. Algunas procesan los estímulos sensoriales, como los ruidos, luces, emociones, interacciones, de forma más intensa y profunda. Esto se debe a una mayor sensibilidad del sistema nervioso central, lo que hace que ciertas personas sean más receptivas y empáticas.

A este grupo se le conoce como Personas Altamente Sensibles (PAS), un rasgo de personalidad reconocido por la psicología desde los estudios de la doctora Elaine Aron en los años 90. La alta sensibilidad no es una enfermedad ni un trastorno, sino una forma distinta de procesar la realidad que afecta a alrededor del 15-20% de la población mundial.

Los orígenes de las Personas Altamente Sensibles

El rasgo de alta sensibilidad es evolutivamente antiguo. Se ha observado en más de 100 especies animales, como perros, gatos y caballos. Desde una perspectiva evolutiva, este rasgo ofrecía ventajas: las PAS eran las primeras en detectar peligros, cambios ambientales o necesidades grupales, lo que favorecía la supervivencia de la comunidad.

Actualmente, sin embargo, vivir con alta sensibilidad en un mundo hiperestimulado puede generar estrés, ansiedad o malentendidos, especialmente si no se comprende ni se gestiona adecuadamente este rasgo.

Qué pasa cuando una persona es muy sensible e intensa: sus características

Las Personas Altamente Sensibles comparten una serie de rasgos comunes, aunque pueden variar en intensidad según la persona:

Las razones de ser una Persona Altamente Sensible

Las consecuencias de la alta sensibilidad

Positivas

Negativas

Algunos consejos para llevar la alta sensibilidad

Aprender a convivir con la alta sensibilidad es clave para una vida equilibrada. Algunos consejos útiles incluyen:

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