Contenido
- 0.1 Test de personalidad: si duermes de esta manera, eres una persona más tranquila y confiable que el promedio
- 0.2 ¿Qué significa que un hombre lleve pendientes, según la psicología?
- 0.3 ¿Qué significa salir a correr temprano por la mañana, según la psicología?
- 1 Los factores involucrados en las personas que dicen muchas palabrotas
Las expresiones que conforman nuestro vocabulario permiten mostrar una gran diversidad de conductas, intereses, emociones e intenciones. Las palabras que empleamos en las conversaciones son importantes para pensar en nuestras relaciones y la manera de conectar con grupos y contextos. En ocasiones, empleamos palabras que pueden ser cuestionadas por considerarlas tabú como las palabrotas. Es importante que los términos sean evaluados según el contexto, las características de la situación, las personas involucradas y el tipo de vínculo que se tiene con ellas. Por qué hay personas que dicen más vocablos de este tipo que otros.
Según Science Direct, las palabrotas son términos específicos, con carga negativa y a menudo cargada de emociones, que son tabú en un idioma o cultura determinados. «Se puede describir como el uso de palabras que tienen el potencial de ser ofensivas, inapropiadas, objetables o inaceptables en cualquier contexto social determinado». Además, explican que existe cierta superposición conceptual y funcional entre tales palabras y otras categorías de uso del lenguaje tabú. Entre ellos, mencionan los insultos (términos despectivos utilizados para desacreditar a otra persona o grupo) y el uso de lenguaje discriminatorio (por ejemplo, hacer referencia directa a la raza u otras características personales). El conocimiento sobre qué quiere decir cuando una persona dice muchas palabrotas puede observarse en diferentes etapas y momentos de la vida, desde la infancia en las primeras manifestaciones hasta la vida adulta.
Los factores involucrados en las personas que dicen muchas palabrotas
La Asociación para la Ciencia Psicológica asegura que cuando una persona habla algo mal entran en juego una serie de variables contextuales, de personalidad e incluso fisiológicas para predecir cómo se producirán tales palabras.
«Las palabrotas cruzan los niveles socioeconómicos, los rangos de edad y persisten a lo largo de la vida. Son más comunes entre los adolescentes y más frecuentes entre los hombres», explican los profesionales. A su vez, comenta que tales palabras inapropiadas se pueden observar en lesiones del lóbulo frontal, el trastorno de Tourette y la afasia.
También se considera que el uso de malas palabras está correlacionado positivamente con la extroversión y es una característica definitoria de la personalidad tipo A. Sin embargo, se encuentra correlacionado negativamente con la escrupulosidad, la amabilidad, la ansiedad sexual y la religiosidad.
La complejidad de analizar y evaluar a los que dice palabrotas
Según la asociación, resulta difícil determinar qué quiere decir cuando una persona emplea tales términos por la variedad de significados dentro del diverso grupo de palabras tabú.
Esto se debe, por ejemplo, a que algunas personas religiosas pueden evitar las blasfemias (términos religiosos), pero pueden tener menos reservas sobre los términos sexuales ofensivos que las personas sexualmente ansiosas.
En términos de investigaciones y estudios, indican que se debe continuar trabajando acerca del uso con respecto a variables como la impulsividad o las condiciones psiquiátricas (por ejemplo, la esquizofrenia y el trastorno bipolar).
Al respecto, mencionan que pueden resultar vías fructíferas a lo largo de las cuales investigar la base neuronal de la emoción y el autocontrol.
¿Cuál es el significado de que una persona hable mal?
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) plantea que, a pesar que se considere un efecto de catarsis en decir groserías y palabrotas, si las personas las manifiestan cuando están enojadas o molestas podrían tener el resultado contrario y retroalimentar la energía o el impulso del ser humano de luchar.
El académico Gerardo Sánchez Dinorín afirma que existen varias manifestaciones de la frustración o la ira. A su vez, menciona que los humanos también tenemos conductas que indican preparación para el ataque.
«Si usamos las groserías en una situación de amenaza lo más seguro es que no nos ayuden, ni tampoco tomemos una decisión efectiva para manejarla», dice Sánchez Dinorín. Además, comenta que, si quedamos enredados o enganchados con las palabras, nuestro comportamiento puede ser influenciado de una manera que no nos ayude a lidiar con los problemas.
¿Qué consecuencias pueden registrarse?
El profesional de la Faculta de Psicología de la UNAM considera que decir palabras algo groseras puede favorecer un enredo verbal que potencie otras respuestas emocionales.
Las más frecuentes que aparecen son la ira o la decepción, dependiendo de las palabrotas que utilice cada persona. También advierte que este comportamiento, a largo plazo, podría representar más problemas y acentuar los efectos.
Hay un factor social sobre decir groserías y es que no siempre es bien visto por la sociedad. En algunos casos, hay palabrotas que son ofensivas o consideradas de mal gusto y, por tal motivo, en la vida cotidiana tratamos de evitarlas o usamos eufemismos.
En conclusión, según Sánchez Dinorín, acerca de quien dice estas palabras es importante entender en qué contexto se presenta este lenguaje porque puede cambiar completamente su función.
Además, hay estímulos que indican en qué momento sí o no usar estas palabras, por lo que resulta crucial considerar el efecto que pueden tener sobre nuestro comportamiento.