Llega el ‘orbiting’ a España: la nueva tendencia que está rompiendo los esquemas de las relaciones personales

En la actualidad, las formas de relacionarnos han cambiado drásticamente debido al impacto de las tecnologías y las redes sociales. Las interacciones humanas se han trasladado, en gran medida, a entornos digitales donde la comunicación es inmediata, constante y muchas veces superficial. Aplicaciones como Instagram, WhatsApp o TikTok han transformado la manera en que construimos vínculos afectivos, generando nuevas dinámicas emocionales. Dentro de este contexto, surgen fenómenos modernos en las relaciones interpersonales, como el ghosting o el orbiting, comportamientos que reflejan la complejidad del amor y la amistad en tiempos donde la conexión virtual parece más accesible, pero también más confusa.

Según el Centro de Psicología Integral MC, el orbiting es una práctica que hace referencia a esa persona que, aunque afirma no querer tener un vínculo emocional-afectivo con otra, tampoco desaparece de su vida. Es el caso de una persona que, tras terminar una relación o cortar la comunicación directa, continúa interactuando indirectamente a través de las redes sociales: da likes o “me gusta”, ve historias o comenta publicaciones, manteniéndose simbólicamente presente en la vida del otro. Esta conducta puede tener distintas causas: miedo al desapego, curiosidad, inseguridad o deseo de mantener control emocional.

Qué es el orbiting y en qué consiste

Sin embargo, las consecuencias del orbiting pueden ser dolorosas para quien lo experimenta, ya que prolonga la confusión, dificulta el cierre emocional y genera falsas esperanzas. Para poder controlar esta situación, se recomienda establecer límites digitales, evitar sobreanalizar las interacciones y priorizar el bienestar emocional.

Otra cosa es hablar abiertamente con la persona, tomar distancia y reenfocar la atención en uno mismo son pasos esenciales para recuperar la paz interior y avanzar con madurez emocional.

¿Cómo afecta el orbiting a las personas?

El orbiting es un término que proviene del inglés “orbit”, que significa “orbitar” o “dar vueltas alrededor”. Describe la conducta de una persona que, tras cortar la comunicación directa o terminar una relación, continúa presente en la vida del otro a través de interacciones digitales.

Por ejemplo, puede ver las historias de Instagram, reaccionar con “me gusta” o dejar comentarios sutiles, sin mantener una conversación real.  Sin embargo, «nunca responde a mensajes directos, ni a WhatsApp, ni a correos electrónicos ni a llamadas. Solo mantiene ese curioso contacto que consiste en “estar continuamente sin estar” a través de esas pequeñas interacciones que provocan un vuelco en el corazón de la otra persona y le impiden pasar página», afirma el Centro de Psicología Integral MC.

Esta ambigüedad genera confusión y ansiedad en quien es orbitado, ya que parece existir un interés, aunque no haya compromiso. El orbiting se ha vuelto un fenómeno común en la era de la hiperconectividad, donde estar “cerca” no siempre significa tener una relación genuina.

Las causas del orbiting

Existen múltiples razones por las cuales alguien puede practicar orbiting. No siempre se trata de manipulación consciente; a veces responde a inseguridades o hábitos digitales normalizados sin tener que darle mayor importancia. Entre las causas más frecuentes se encuentran:

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Las consecuencias del orbiting

Para quien lo sufre, este acto o acción puede llegar a tener efectos emocionales importantes. Estas son algunas de las consecuencias más comunes:

Consejos y recomendaciones para controlar esta acción

Superar una situación de orbiting puede ser algo complicado dependiendo de la persona, pero existen estrategias que ayudan a proteger la salud emocional y recuperar la paz interior. Algunas recomendaciones prácticas son:

Cómo prevenir el orbiting en las relaciones digitales

La mejor forma de evitar el orbiting es fomentar una comunicación clara y responsable. Cuando una relación termina o se enfría, lo más sano es definir los límites y respetarlos. Es importante no dejar “puertas entreabiertas” que mantengan la esperanza del otro ni alimentar la ambigüedad con interacciones esporádicas.

Asimismo, es recomendable reflexionar sobre el propio uso de las redes sociales. Ser consciente de cómo las plataformas influyen en nuestras emociones y relaciones permite tomar decisiones más saludables. Al final, una relación, sea amorosa o amistosa, solo puede crecer en un ambiente de sinceridad y respeto mutuo.

 

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