Las personas que cambian mucho de pareja tienen estos rasgos, según la psicología

Relaciones pareja

Las personas que cambian mucho de pareja tienen estos rasgos, según la psicología

Las relaciones de pareja necesitan de pautas y acuerdos entre las personas para lograr un vínculo respetuoso. La realidad es que no todas las relaciones se desarrollan de la misma manera ni tienen la misma duración porque dependen de múltiples factores como la historia personal, la madurez emocional y las expectativas individuales. Por un lado, hay quienes buscan estabilidad y permanecen durante largos periodos con una sola persona, mientras que otros cambian mucho de pareja. Según especialistas e instituciones de psicología, dicho comportamiento suele despertar curiosidad y juicios sociales relacionados con la inseguridad y la falta de compromiso.

Sin embargo, existen distintas motivaciones psicológicas y sociales que explican por qué algunas personas experimentan múltiples relaciones en su vida adulta. Aquellas personas que cambian mucho de pareja pueden ser percibidos con un estilo de vida libre y exploratorio, mientras que en otros se interpreta como una dificultad para mantener lazos duraderos. Según la Universidad de Valencia, el cambio frecuente de vínculos puede relacionarse con estilos de apego inseguros, particularmente aquellos desarrollados en la infancia. A su vez, otros especialistas indican que la exploración de diferentes relaciones también puede contribuir al autoconocimiento y al aprendizaje emocional. De hecho, la Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología señala que el recorrido afectivo de una persona, aunque esté marcado por múltiples parejas, puede representar un proceso de búsqueda de compatibilidad y bienestar. En este sentido, hay rasgos particulares para entender cómo son quienes viven distintas experiencias de parejas y qué factores psicológicos, emocionales y sociales son frecuentes en este comportamiento.

Cómo son las personas que cambian mucho de pareja

¿Cómo influye la personalidad y el apego emocional en las relaciones?

La personalidad es uno de los aspectos clave que definen la forma en que alguien vive sus relaciones. Las personas extrovertidas y abiertas a nuevas experiencias tienden a buscar constantemente estímulos, lo que puede traducirse en un mayor número de parejas a lo largo de su vida. Dicho patrón no significa necesariamente una incapacidad de comprometerse, sino una búsqueda constante de conexión emocional.

Por otro lado, están las personas que muestran mayor tendencia a experimentar emociones negativas de forma intensa y persistente, como ansiedad, ira, tristeza o frustración. De este modo, es habitual que se produzcan más rupturas y relaciones inestables debido a la dificultad para manejar conflictos.

En cuanto al apego emocional, quienes tienen un estilo ansioso o evitativo suelen experimentar más rupturas y cambios de pareja. «El apego ansioso se caracteriza por la necesidad de atención constante y el miedo al abandono, lo que a menudo genera tensiones en la relación», sostienen miembros de la Universidad de Valencia.

Por el contrario, el apego evitativo se relaciona con la incomodidad frente a la intimidad y la cercanía, lo que muestra mayor tendencia a desarrollar vínculos más frágiles. Según la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), estos patrones no determinan el destino de una relación, pero influyen significativamente en su estabilidad y duración.

¿Cómo impactan los factores sociales y culturales en los cambios de pareja?

El entorno también influye en la tendencia a cambiar de pareja. En sociedades donde la independencia y la autonomía personal son valores centrales, las rupturas y las nuevas relaciones se ven como una experiencia más habitual.

En cambio, en contextos más tradicionales se mira con mayor crítica y juicio. Otro factor crucial es la cultura digital que produce nuevas dinámicas a través de las aplicaciones y redes sociales que permiten un acceso más inmediato a potenciales parejas, lo que puede incentivar la rotación de vínculos.

Para algunas personas, el cambio frecuente de pareja representa una forma de aprendizaje, de descubrir qué buscan en una relación y de crecer emocionalmente. Para otras, puede estar asociado a una baja tolerancia a la frustración.

Los expertos de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental destaca que la repetición de experiencias amorosas no debe juzgarse en términos absolutos, sino comprenderse en el marco de la historia personal de cada individuo.

¿Cuál es el impacto en la salud emocional?

Los cambios de pareja y las rupturas constantes en los vínculos producen un impacto emocional importante. Si bien algunas personas controlan con mayor serenidad el cierre de relaciones, otras experimentan duelos recurrentes que afectan su autoestima y bienestar psicológico.

Según la Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología, los vínculos afectivos inestables pueden incrementar el riesgo de ansiedad y depresión si no se gestionan adecuadamente.

«Es fundamental que quienes atraviesan múltiples cambios sentimentales cuenten con herramientas de autocuidado emocional y, en algunos casos, con acompañamiento profesional», sugieren.

A su vez, para los especialistas de la institución, lo esencial es comprender que la estabilidad no se mide únicamente en la duración de una relación, sino también en la capacidad de generar vínculos auténticos y saludables, sin importar cuántas veces se haya intentado.

 

 

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