Contenido
- 0.1 Ni yoga ni salir a correr: el truco de una psicóloga para liberar carga mental y combatir la ansiedad en adultos
- 0.2 Te parece de lo más raro: alguien imita tus gestos cuando hablas, pero la psicología tiene una explicación
- 0.3 Los médicos lo confirman: esto es lo que le va a pasar a tu cuerpo si España se queda con el horario de invierno para siempre
- 1 Esto es lo que tienes que decir en lugar de «lo siento», según expertos
- 2 Cómo empezar a cambiar el «lo siento» por «gracias» en el día a día
Lo siento, perdona, disculpa… son frases que repetimos sin pensar. Tropiezas con alguien en la calle, llegas dos minutos tarde a una reunión, interrumpes sin querer… y ahí sale, sin filtro: «lo siento». Pero resulta que no siempre es la mejor opción.
Está demostrado que las personas con mayor inteligencia emocional suelen darle una vuelta a esa reacción automática. En lugar de disculparse sin parar, cambian el enfoque por algo que conecta mejor, genera menos fricción y fortalece los vínculos: dar las gracias.
Esto es lo que tienes que decir en lugar de «lo siento», según expertos
Imagina que llegas tarde a una reunión. En vez de entrar pidiendo perdón, podrías decir: «Gracias por esperarme«. Ese pequeño cambio no sólo evita poner el foco en tu error, sino que reconoce la paciencia del otro y transforma el momento en algo más amable y constructivo.
Según un estudio publicado en el Journal of Marketing Research, este tipo de expresiones, cuando hay fallos menores, generan un impacto más positivo que una disculpa. La explicación es simple: al agradecer, elevas la autoestima de la otra persona. La haces sentir valorada, y eso fortalece la relación.
Shadé Zahrai, experta en comportamiento humano formada en Harvard asegura que abusar de las disculpas debilita tu imagen. Da la sensación de que dudas de ti mismo, como si necesitaras aprobación constante. En cambio, mostrar gratitud comunica seguridad, madurez y respeto.
No se trata de esquivar responsabilidades. Si cometes un error, una disculpa sincera es necesaria. Pero para esas situaciones cotidianas que no son graves (llegar tarde, interrumpir sin querer, pedir ayuda) el «gracias» puede ser mucho más eficaz.
La diferencia está en el foco: mientras que un «lo siento» señala el error, un «gracias» pone en valor al otro. «Gracias por tu paciencia», «gracias por tu comprensión», «gracias por avisarme»… Son frases que generan conexión en lugar de incomodidad. Es una cuestión de perspectiva, y de inteligencia emocional.
Cómo empezar a cambiar el «lo siento» por «gracias» en el día a día
Cambiar este hábito no es complicado, pero requiere práctica. El primer paso es darte cuenta de cuántas veces pides perdón sin necesidad. Cuando lo hagas, párate un segundo y piensa si podrías agradecer en lugar de disculparte.
Por ejemplo, en lugar de «perdona por hablar tanto», di «gracias por escucharme». Si alguien te espera, «gracias por tu paciencia» funciona mejor que «lo siento por la espera». ¿Tropiezas con alguien? «Gracias por entender» puede sustituir al clásico «uy, perdón».
Puedes ayudarte con un pequeño ejercicio diario: al empezar o terminar el día, piensa en tres cosas por las que estés agradecido. Es una manera sencilla de entrenar la mente para enfocarse en lo positivo y reforzar ese nuevo lenguaje.
Otra clave es empezar poco a poco. No hace falta que borres todas las disculpas de golpe. Elige dos o tres momentos cotidianos en los que suelas pedir perdón por inercia, y cámbialos por un «gracias» con intención. Verás la diferencia en el ambiente y en la respuesta de los demás.
Este gesto, que parece tan pequeño, tiene un impacto enorme. Te ayuda a expresarte mejor, a generar confianza y a crear relaciones más sanas. No es una moda ni un truco de coaching: es una herramienta real para mejorar cómo nos comunicamos. Y como todo lo valioso, empieza con algo simple.