La razón por la que las personas mayores de 65 años sufren depresión tras la jubilación, según la psicología

La jubilación puede generar depresión en los mayores por pérdidas emocionales, aislamiento y falta de propósito en sus vidas

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Un hombre mayor deprimido.

El paso del tiempo transforma la vida de forma inevitable y uno de los momentos más críticos se da al dejar atrás la vida laboral. Para muchas personas, la jubilación representa descanso o libertad, pero para otras marca el inicio de una etapa llena de incertidumbres.

Esta transición puede acarrear consecuencias psicológicas de gran impacto, especialmente cuando no se acompaña de un proyecto vital que dé continuidad a lo anterior. La jubilación pone en cuestión el propósito de vida y la pertenencia social, afectando profundamente al bienestar emocional de las personas mayores.

Por qué las personas mayores se deprimen después de jubilarse

El cese de la actividad laboral, especialmente entre los 60 y 70 años, es una reconfiguración de la identidad. Según el Instituto de Servicios para la Atención de los Adultos Mayores (ISFAP), el trabajo no sólo ofrece ingresos, sino también otorga una estructura, reconocimiento y sentido a tu vida.

Al jubilarse, muchas personas mayores experimentan una pérdida repentina de rutina, contacto social y estímulos, lo que puede derivar en aislamiento. Esta sensación de desconexión se ve incrementada en quienes no logran reemplazar el rol laboral por nuevas actividades significativas.

Además, el cambio en las relaciones familiares (donde los hijos ya han formado sus propias vidas y el círculo social se reduce) potencia el sentimiento de soledad. En este contexto, los mayores pueden sufrir depresión.

Otros motivos por los que los mayores pueden sufrir depresión

La tercera edad es un periodo caracterizado por la acumulación de pérdidas: seres queridos, autonomía física, roles sociales, proyectos, etc. Este proceso constante de duelo requiere de una gran capacidad adaptativa.

De acuerdo con el ISFAP, las personas mayores deben afrontar la muerte de cónyuges o amistades, así como una disminución de sus capacidades y responsabilidades. Estos duelos pueden derivar en trastornos depresivos prolongados.

El duelo patológico se instala cuando no hay aceptación ni elaboración emocional de la pérdida, quedando atrapado en una etapa de negación o culpa. Esta carga emocional no procesada deteriora la autoestima e impide construir nuevas relaciones, por temor a experimentar más dolor.

Sin un entorno familiar bueno o un acompañamiento terapéutico, es habitual que las personas mayores se aíslen, acentuando el riesgo de deterioro psicoemocional.

Cómo influye el pasado en la salud mental de las personas mayores

El estado emocional en la vejez no surge de los eventos presentes únicamente. También está moldeado por experiencias pasadas. Muchas veces, la depresión tiene raíces en heridas emocionales antiguas no resueltas.

Según el enfoque psicodinámico del ISFAP, la imagen que el mayor tiene de sí mismo (ya sea idealizada o cuestionada) influye en cómo enfrenta la pérdida y el envejecimiento.

Cuando esa imagen ideal del ‘yo’ se ve amenazada por la realidad (fragilidad, dependencia, muertes cercanas), pueden surgir sentimientos de impotencia y vacío. En estos casos, resulta fundamental un acompañamiento terapéutico que permita darle sentido a la historia personal, integrar los cambios actuales y dar un nuevo sentido a la existencia.

Sin dudas, la psicogerontología, es una herramienta indispensable para acompañar a los jubilados en este proceso de reconstrucción subjetiva y emocional.

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