Contenido
- 0.1 Soy experta en crianza y así es como debes apagar la tele a tus hijos cuando ya es la hora de dormir
- 0.2 Qué significa dormir con la televisión encendida, según la psicología
- 0.3 Los sudokus están bien, pero hay un pasatiempo mejor para que los mayores de 65 años ejerciten la memoria
- 1 Por qué las personas mayores de 65 años rechazan cuidar a sus nietos
- 2 Presión familiar y sentimiento de culpa en las personas mayores
- 3 Consecuencias emocionales del cuidado excesivo de los nietos en la vejez
- 4 Cómo establecer límites familiares sin sentirte culpable
La imagen de los abuelos que cuidan a sus nietos con entrega y cariño ha sido idealizada durante décadas. No obstante, en la práctica, cada vez más personas mayores de 65 años se sienten desbordadas por una responsabilidad que no les corresponde en esta etapa vital.
Muchos están cansados y sienten que su derecho al descanso y al disfrute de la jubilación se ve vulnerado. Esta problemática ha despertado la atención de psicólogos y expertos en salud mental. En sociedades donde la familia es el eje central, el «no querer» cuidar a los nietos comienza a ser visto no como una falta de afecto, sino como una decisión de autocuidado.
Por qué las personas mayores de 65 años rechazan cuidar a sus nietos
El fenómeno conocido como síndrome del abuelo esclavo está detrás de esta negativa. Muchos abuelos han pasado de ser un apoyo ocasional a convertirse en cuidadores a tiempo completo, algo que sobrepasa sus capacidades físicas y emocionales.
Este síndrome describe una sobrecarga no deseada que transforma lo que debería ser un vínculo afectivo espontáneo en una rutina agotadora y obligatoria. La psicóloga Julia Pascual subraya que no se trata de un rechazo al contacto con los nietos, sino de la necesidad de preservar el tiempo propio y evitar una entrega constante que se convierte en un segundo ciclo de crianza.
Presión familiar y sentimiento de culpa en las personas mayores
Uno de los grandes detonantes de este síndrome es la dificultad para poner límites dentro del núcleo familiar. Muchas personas mayores de 65 años sienten que negarse a cuidar a sus nietos las convierte en egoístas.
Esta presión, sumada a las expectativas sociales, hacen que acepten responsabilidades que no desean, temiendo conflictos con sus hijos o ser juzgados por la familia. Según informa José Augusto García Navarro, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología en La Tercera, en países con tradiciones familiares fuertes como los países mediterráneos y latinoamericanos, prevalece el pensamiento de que «la familia somos todos y todos tienen que arrimar el hombro a cualquier edad».
Consecuencias emocionales del cuidado excesivo de los nietos en la vejez
El desgaste provocado por el cuidado diario de los nietos puede generar serias secuelas como el insomnio, la ansiedad, el estrés crónico y la depresión. La salud mental se resiente y surgen emociones como la tristeza, la irritabilidad y los sentimientos de frustración o culpa. El cuerpo y la mente de los adultos mayores requieren descanso, rutinas estables y tiempo para el ocio.
Cómo establecer límites familiares sin sentirte culpable
Los expertos en salud geriátrica coinciden en que aprender a poner límites es clave para el bienestar. Las personas mayores de 65 años tienen derecho a decir «no» y a priorizar su descanso sin sentirse culpables. Comunicar con claridad hasta dónde están dispuestos a colaborar y proteger su tiempo personal no debería considerarse un acto egoísta.
Aunque el cariño de los abuelos es fundamental, la crianza es responsabilidad de los padres. Pretender que los abuelos sean cuidadores permanentes distorsiona su papel en la familia.
Promover relaciones familiares más equilibradas, donde se respete el espacio y los límites de todos, es fundamental para evitar tensiones y favorecer una convivencia saludable entre generaciones.