La edad en la que somos más infelices (y no es a los 30 ni a los 50), según los expertos

La vida humana transcurre a través de etapas que moldean nuestra percepción del bienestar y la infelicidad. Desde la juventud, caracterizada por la exploración y la proyección hacia el futuro, hasta la madurez, donde la estabilidad se vuelve prioridad, pasamos momentos que influyen en nuestras emociones y expectativas. En este recorrido, diversos estudios han identificado un punto específico de cuál es la edad en la que somos más infelices: los 47 años, una edad que coincide con la llamada crisis de la mediana edad y que ha sido ampliamente analizada por psicólogos, economistas y sociólogos.

Pschology Today explica en el artículo “¿A qué edad somos más infelices?”, que «Mientras que la mayoría de nosotros percibimos a los niños pequeños como bastante felices, la edad adulta media parece ser una edad particularmente difícil». Alrededor de los 47 años se alcanza un punto crítico de infelicidad asociado a la conocida crisis de la mediana edad. En esta etapa convergen varias fuentes de presión: la constatación del paso del tiempo, la revisión de metas incumplidas, el desgaste acumulado por las responsabilidades laborales y familiares, así como cambios fisiológicos y emocionales propios del envejecimiento. Además, las relaciones pueden tensionarse por cambios en la dinámica de pareja o por la autonomía creciente de los hijos, mientras que la salud mental puede verse afectada por estrés crónico, ansiedad o sentimientos de estancamiento.

La edad en la que somos más infelices

La combinación de estas experiencias crea un terreno fértil para el malestar, impulsando procesos de autocrítica intensa y sensación de pérdida de control. Comprender este fenómeno permite abordarlo con mayor claridad y ofrecer estrategias de afrontamiento para transitarlo con resiliencia y mantener una perspectiva más equilibrada ante desafíos.

¿Por qué los 47 años son la edad de mayor infelicidad?

Aunque cada vida es única, las estadísticas muestran que el bienestar sigue una curva en forma de “U”, donde los niveles de satisfacción son altos en la juventud, disminuyen en la mitad de la vida y vuelven a aumentar en la vejez. Un estudio de The Reporter asegura que “La forma de U ha desaparecido y ahora la desesperación disminuye con la edad. Los niveles de desesperación en el grupo menor de 50 años han aumentado”. El punto más bajo de esta curva suele ubicarse alrededor de los 47 años, un momento en el que convergen responsabilidades, presiones internas y externas, así como un replanteamiento profundo del proyecto de vida.

A ellos 47, muchas personas experimentan un balance vital que puede resultar doloroso. La percepción de que ciertas metas ya no son alcanzables, el desgaste emocional por años de trabajo y cuidado familiar, y los primeros signos de envejecimiento físico contribuyen al malestar. También influyen la falta de reconocimiento profesional, la sensación de rutina, el distanciamiento social y la presión por mantener estabilidad económica. La autoestima puede afectarse al compararse con expectativas propias o ajenas, y la salud mental puede verse comprometida si no existen espacios de apoyo.

Las causas de ser infelices a los 47 años

Las causas más frecuentes que explican por qué esta edad se considera un punto crítico en términos emocionales y psicológicos incluyen:

Salud mental en tensión

Cambios físicos y percepción del envejecimiento

Presiones laborales y económicas

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Transformaciones en los vínculos afectivos

Familia y responsabilidades múltiples

Evaluación de metas y sentido de vida

Las consecuencias de por qué ser más infelices

Este periodo de insatisfacción puede tener repercusiones significativas si no se atiende adecuadamente. Entre las consecuencias más comunes se encuentran:

Desgaste psicológico

Deterioro de vínculos personales

Problemas laborales

Decisiones impulsivas

Afectación a la salud física

Consejos para superar esta etapa saludablemente

Existen estrategias que pueden contribuir a recuperar el bienestar emocional y construir una vida más equilibrada:

Aceptar los cambios al ser infelices

Fortalecer los vínculos afectivos

Cuidar la salud mental

Replantear metas y proyectos

Mejorar la salud física

La etapa infeliz en la juventud

Además de la edad más infeliz en general, hay parámetros que establecen que los jóvenes son cada vez menos alegres. Un reciente estudio publicado en PLOS ONE pone en duda ese patrón: hoy, la etapa más triste no es la mediana edad. Según el estudio, la juventud emerge como la etapa donde más aumenta el malestar psicológico. Este hecho impacta no solo en psicología clínica sino también en políticas públicas y en la forma en que entendemos la salud mental colectiva.

 

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