¿Qué significa que una persona se muerda las uñas todo el rato según los psicólogos?

Morderse las uñas es un hábito común que afecta a muchas personas, desde niños hasta adultos. Esta conducta, conocida como onicofagia, puede parecer inofensiva, pero en realidad está relacionada con una variedad de factores psicológicos, emocionales y también puede tener graves consecuencias para la salud bucal. Para algunos, es una forma de liberar tensión o ansiedad, mientras que para otros puede ser un signo de problemas subyacentes como el estrés o la falta de autocontrol. Entender estas causas puede ser un primer paso hacia el tratamiento efectivo de la onicofagia y la promoción de hábitos más saludables.

Desde una perspectiva psicológica, morderse las uñas puede ser una manifestación de ansiedad o estrés. Muchas personas recurren a este hábito como una forma de lidiar con situaciones incómodas o estresantes. Analizando la web de profesionales Psichology Today explican que «morderse las uñas se asocia frecuentemente con la ansiedad, porque el acto de masticar las uñas alivia el estrés, la tensión o el aburrimiento. Las personas que habitualmente se muerden las uñas a menudo informan que lo hacen cuando se sienten nerviosas, aburridas, solas o incluso hambrientas. Morderse las uñas también puede ser un hábito transferido de chuparse el pulgar o los dedos antes».

Por qué una persona se muerde las uñas todo el rato

Cuando hay quienes están nerviosos o inquietos, pueden inconscientemente llevarse las manos a la boca, buscando un alivio temporal. Además, morderse las uñas también puede estar vinculada a trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

En este artículo, exploraremos las razones psicológicas detrás de este hábito, así como sus posibles implicaciones en la vida diaria de quienes lo padecen.

Qué es la onicofagia

En Hospitales Puerta del Hierro, nombran que la onicofagia es la manía de comerse o morderse las uñas con los dientes. Esta ha sido considerada como una práctica negativa que, además de dar mal aspecto, puede afectar dedos y dentadura.

Se trata de una acto repetitivo, automático y no deseado, que con frecuencia llega a instalarse en el inconsciente, sobre el cual el individuo tiene poco control voluntario, pero que produce un trauma en el sistema masticatorio.

En la mayoría de los casos, se registra el surgimiento de este padecimiento en la infancia, con mayor frecuencia en niñas, y se convierte en un hábito que perdura en la etapa adulta.

Estrés emocional y manejo de la ansiedad

Por ejemplo, el estrés emocional, derivado de situaciones como problemas familiares, académicos o laborales, puede contribuir a la onicofagia. Muchas personas no saben cómo gestionar adecuadamente sus emociones y buscan maneras de liberarlas.

Morderse las uñas se convierte en un alivio temporal que, aunque insalubre, les proporciona un sentido momentáneo de control.

Consecuencias físicas y psicológicas

Aunque morderse las uñas puede proporcionar alivio temporal del estrés, también conlleva consecuencias negativas. Físicamente, puede aumentar el riesgo de infecciones.

Las uñas son una barrera protectora para los dedos, y al morderlas, se expone la piel a bacterias y otros patógenos. Esto puede resultar en infecciones dolorosas, inflamación e incluso cicatrices permanentes.

La salud bucal también se ve afectada al morderse las uñas. La Clìnica Dental Alberto Barreiro afirma que «el hábito de morderse las uñas puede causar desgastes en los dientes, además de problemas en las mandíbulas, riesgo de sufrir infecciones, e incluso, halitosis».

Deformación de las uñas y dedos

La rotura de las uñas mediante el mordisqueo constante, las va rompiendo de forma no homogénea, deformando su crecimiento. La posición de las manos para llevar a cabo la práctica puede afectar también las articulaciones de la mano.

Imagen personal al morderse las uñas

Asimismo, el hábito de morderse las uñas puede afectar la autoestima y la imagen personal. Muchas personas que se muerden las uñas se sienten avergonzadas por su hábito, lo que puede llevar a una mayor ansiedad y perpetuar el ciclo de la onicofagia.

Esta lucha interna puede hacer que la persona se sienta atrapada, creando un efecto contraproducente en su bienestar emocional.

Relación con trastornos psicológicos

El acto de morderse las uñas puede estar relacionado con trastornos psicológicos más complejos, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Las personas con TDAH a menudo tienen dificultades para concentrarse y pueden buscar formas de canalizar su energía.

Morderse las uñas puede convertirse en un comportamiento compulsivo que les ayuda a sentirse más centrados.

Además, la onicofagia puede ser un síntoma de trastornos de ansiedad generalizada, trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) o incluso depresión. En estos casos, morderse las uñas se convierte en una forma de lidiar con pensamientos y emociones abrumadoras.

Por lo tanto, es fundamental abordar la causa subyacente de la ansiedad o el trastorno en lugar de solo tratar el comportamiento en sí.

La influencia del entorno social

El entorno social también juega un papel crucial en la formación de este hábito. Las conductas aprendidas en la infancia pueden influir en la adopción de este hábito.

Si un niño observa a adultos que se muerden las uñas en situaciones de estrés, es probable que imite este comportamiento. Este fenómeno de imitación no se limita a la familia; amigos y compañeros también pueden influir en la adopción de este hábito.

Estrategias para superar el hábito de morderse las uñas

Terapia psicológica

Consultar con un profesional de la salud mental puede proporcionar herramientas adicionales para abordar la ansiedad subyacente y desarrollar estrategias más efectivas para superar el hábito.

La terapia cognitivo-conductual, en particular, puede ser efectiva para cambiar patrones de pensamiento y comportamiento.

Técnicas de relajación

Practicar técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, puede ser una forma efectiva de reducir el estrés y la ansiedad. Estas prácticas ayudan a calmar la mente y pueden disminuir la necesidad de morderse las uñas.

Cambio de hábitos

Encontrar alternativas para ocupar las manos, como usar una pelota antiestrés, hacer ejercicios de estiramiento o incluso jugar con un fidget spinner, puede ayudar a romper el ciclo de morderse las uñas.

Esto no solo mantiene las manos ocupadas, sino que también puede ser una distracción saludable.

Aplicación de esmaltes amargos

Usar esmaltes con un sabor desagradable puede actuar como un recordatorio físico para evitar morderse las uñas. Esta estrategia puede ayudar a romper el hábito al asociar la acción con una experiencia negativa.

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