Ni sudokus ni ganchillo: el mejor pasatiempo para que los jubilados de más de 65 años mejoren su creatividad

En esa etapa de la vida, es clave encontrar actividades que, aunque simples, mantengan la mente activa y creativa

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Mujer coloreando.

La vida puede ser como una montaña, subes y luego bajas, ralentizas un poco el ritmo y, con ello, los días pueden parecer más lentos. Eso es lo que pasa con la jubilación: es una etapa de la vida que crea una nueva rutina.

Después de años de horarios estructurados y responsabilidades, llega la libertad del tiempo, lo que supone un gran respiro. Pero claro, está bien quedarse en casa un día, una semana, pero ¿qué pasa después? Llega un compañero que muchos conocemos: el aburrimiento.

Para combatirlo, es necesario mantenerse activo, así que quedarse en el sofá no será la mejor opción. Existen muchos pasatiempos, pero si se busca mejorar la creatividad, las mandalas son, sin duda, la mejor opción.

El mejor pasatiempo para los jubilados mayores de 65

Con tantas actividades disponibles, puede resultar difícil y abrumador escoger el mejor pasatiempo para mayores de 65. Sin embargo, las mandalas son una de las mejores alternativas.

Cuando pensamos en ellas, lo primero que viene a la mente es una figura geométrica llena de detalles. Pero lo que muchos no saben es que el acto de pintarlas o crearlas tiene beneficios muy profundos y reales.

Colorear un mandala no sólo relaja la mente, sino que también mantiene el cerebro alerta. Este pasatiempo tiene la capacidad de activar ambos hemisferios del cerebro. Por un lado, el hemisferio izquierdo se ocupa de seguir patrones y detalles, mientras que el derecho, más creativo, se enfoca en los colores y la expresión. Este equilibrio entre lógica y creatividad puede ser justo lo que se necesita para mantener la mente más activa y saludable.

Beneficios cognitivos y emocionales de este pasatiempo para los jubilados

Además de la estimulación cognitiva que ofrecen, los mandalas son una herramienta poderosa para mejorar el bienestar emocional. Pintar uno de estos patrones ayuda a reducir la ansiedad y el estrés. La concentración que exige el proceso de pintar un mandala permite evadir los pensamientos negativos, y eso es un gran logro.

Con el tiempo, este tipo de actividad mejora la memoria y la capacidad de atención. Además, al ser una actividad que puede realizarse a solas o en grupo, fomenta la socialización entre personas mayores.

Es crucial recordar que no se trata solo de colorear dentro de las líneas. Es un proceso que permite conectar con uno mismo y, al mismo tiempo, ofrece una vía para expresar emociones que a veces no se pueden poner en palabras. Como una terapia en silencio.

Por otro lado, pintar un mandala también tiene un componente físico importante. El simple hecho de estar trabajando con las manos, moviendo los dedos y las muñecas, ayuda a mejorar la motricidad fina y a prevenir problemas articulares. A largo plazo, esta actividad puede ser clave para evitar afecciones como la artritis.

¿Por qué incorporar los mandalas en la rutina diaria de un jubilado?

Al final, no se trata sólo de pasar el tiempo. Los mandalas ofrecen una forma sencilla de mejorar la calidad de vida de los jubilados. Ya sea en un taller en grupo o en casa, dedicar unos minutos al día a esta actividad puede ser lo que se necesita para mantener el cerebro activo y reducir el riesgo de enfermedades cognitivas.

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