Ni baile ni clubs de lectura: la mejor actividad social para que los mayores de 65 años combatan la soledad

Esta experiencia es clave para mejorar los vínculos sociales y emocionales en una etapa donde las conexiones humanas hacen toda la diferencia

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Personas caminando.

Hay momentos en la vida que marcan un antes y un después, y cuando pasan los 60, es uno de esos puntos que cambia el ritmo de todo. Las personas se jubilan, se disuelve la rutina, y con ella también desaparecen espacios de socialización. Los hijos hacen su vida, algunos amigos se mudan, otros se pierden. Es por todo ello que, según la OMS, la soledad y el aislamiento se han convertido en dos de los factores más peligrosos para la salud en la vejez.

Esta es una realidad que no se puede ignorar, pero tampoco hay que resignarse. Existen actividades que no sólo ocupan el tiempo, sino que le devuelven sentido a la vida, y en este artículo está una de ellas.

Esta es la actividad que combate la soledad y refuerza la autoestima en mayores de 65 años

A esa edad no se trata de llenar huecos, sino de vivir experiencias que aporten, y para eso las excursiones en grupo son ideales, pues despiertan curiosidad, generan vínculos nuevos y activan cuerpo y mente.

Descubrir lugares (aunque estén cerca) produce un efecto de renovación. Cada paisaje desconocido, cada conversación espontánea en un autobús o una comida compartida, va reforzando algo que se había ido perdiendo: la sensación de pertenencia.

Para muchas personas mayores, esta actividad se convierte en un punto de inflexión. Ayuda a frenar el deterioro emocional que trae el aislamiento y favorece la aparición de nuevas amistades. La dinámica de grupo permite conectar con personas en etapas similares, con quienes es más fácil empatizar y compartir vivencias sin tener que explicar demasiado.

Lo mejor de todo es que no hace falta recorrer medio mundo. A veces, una escapada de día a una localidad vecina, con todo bien planificado, es más que suficiente. Es el cambio de aire lo que transforma.

También está el componente físico: al caminar, desplazarse, subir y bajar, se activa el cuerpo. Es así como, sin que parezca un esfuerzo, se está haciendo ejercicio.

¿Qué se recomienda para viajar después de los 65?

Cada persona es un mundo, por lo que es necesario adaptarse. Elegir bien el tipo de viaje es fundamental. Lo ideal es apostar por salidas adaptadas a la edad, con itinerarios equilibrados, sin prisas innecesarias ni recorridos larguísimos. Las excursiones bien pensadas alternan momentos activos con descansos e incluyen actividades accesibles y seguras.

Algunos puntos clave para disfrutar son:

Por otro lado, hay que destacar el valor emocional. Cada salida es una oportunidad de redescubrirse, de comprobar que aún se puede disfrutar, aprender y sorprenderse.

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