Esto es lo que dice la ciencia sobre acostarse tarde

Esto es lo que dice la ciencia sobre acostarse tarde

Las actividades que realizamos todos los días generan un gasto energético que necesitamos reponer a través de los alimentos y un descanso adecuado y regular. Acostarse tarde puede ser bueno o no, según cada rutina. Por lo que un sueño limpio y constante es vital para que tu cuerpo logre una condición saludable de todos los sistemas. De esta manera, consigues reforzar tu sistema inmunológico, previenes la aparición de afecciones y enfermedades, así como también incrementas la esperanza de vida.

La Fundación Española del Corazón afirma que cuando tu cerebro está descansado, la producción de hormonas adquiere mayor equilibrio y tu memoria funciona de modo más eficiente. De esa manera, la imaginación se vuelve más potente y tu logras un desempeño más creativo. Además, nuestro sistema inmunitario emplea el tiempo de sueño para regenerarse. «Esto te hace estar más sano porque te permite luchar con eficacia contra las toxinas y los gérmenes que nos amenazan»”, explican los profesionales. Un esquema de sueño adecuado también favorece a la hora de reducir la depresión porque cuando dormimos el cuerpo se relaja y esto facilita la producción de melanina y serotonina. Son las hormonas que contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol), nos ayudan a estar más felices y emocionalmente más fuertes. “La falta de sueño provoca, por el contrario, una liberación aumentada y sostenida de las hormonas del estrés”, advierten los especialistas.

Qué dice la ciencia sobre acostarse tarde

Según un estudio de la Sociedad Europea de Cardiología, acostarse entre las 22:00 y las 23:00 horas se asocia a un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas en comparación con acostarse más temprano o más tarde.

El doctor David Plans de la Universidad de Exeter informa que el cuerpo tiene un reloj interno de 24 horas, llamado ritmo circadiano, que ayuda a regular el funcionamiento físico y mental.

según concluyen los resultados del estudio, acostarse temprano o tarde puede tener más probabilidades de alterar el reloj biológico con consecuencias adversas para la salud cardiovascular.

¿Qué variables se tienen en cuenta para evaluar la calidad del sueño?

Además de la cantidad de horas de descanso y el momento en que las personas se van a dormir, los investigadores evalúan una serie de factores para analizar la relación entre el inicio del sueño y los problemas cardiovasculares.

Entre ellas, mencionan la importancia de la edad, el sexo, duración del sueño e irregularidad del sueño (definida como horarios variados para irse a dormir y despertarse).

Además, se tienen en cuenta el cronotipo autoinformado (madrugador o noctámbulo), el estado de tabaquismo, el índice de masa corporal, la diabetes, la presión arterial, el colesterol en sangre y el estado socioeconómico.

Según el doctor David Plans, el estudio indica que el momento óptimo para irse a dormir es en un punto específico del ciclo de 24 horas del cuerpo y las desviaciones pueden ser perjudiciales para la salud. “El momento más riesgoso es después de la medianoche porque reduce la probabilidad de ver la luz de la mañana, que reinicia el reloj biológico”.

Las consecuencias físicas y cognitivas de acostarse tarde

La institución sanitaria Salud Bautista del Sur de Florida informa que, a corto plazo, tener un sueño inadecuado puede afectar el humor y la concentración. Por lo tanto, es importante que sepas que acostarse tarde puede ser un error para ofrecer más salud y  mayor cuidado y bienestar al organismo.

A su vez, indican que la falta de sueño a largo plazo genera consecuencias indeseables que afectan la salud cardiovascular, la presión sanguínea, la obesidad, la diabetes, la salud mental y la función inmunológica.

La falta de sueño puede estar asociada con un declive cognitivo y en particular con la demencia porque logra depravar al cerebro de la oportunidad de limpiar las toxinas. «Los estudios muestran que los niveles de amiloides en el líquido cerebroespinal, una proteína que se acumula y forma placa en la enfermedad de Alzheimer, aumentan cuando las personas están depravadas de sueño», advierten.

¿Cuáles son los beneficios de dormir bien?

Una de las ventajas de descansar adecuadamente es la regulación del peso corporal. Esto se debe a que la falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, que es la hormona supresora del apetito.

Mientras que, el insomnio, provoca que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que dormir poco se asocie a la obesidad y a una falta de regulación de la masa corporal.

Además, dormir bien mejora la memoria porque fortalece las conexiones neuronales. “Durante la fase REM del sueño, el hipocampo, el almacén de nuestra memoria, se restaura, transformando la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo”, explican en la Fundación Española del Corazón.

A partir de un sueño regular tenemos mayor protección del corazón. El insomnio aumenta los niveles en sangre de las hormonas del estrés, se incrementa la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.

Conocer qué al acostarse tarde es importante para revisar tus hábitos de descanso y brindarle a tu cuerpo los cuidados necesarios que te permiten prevenir malestares y enfermedades.

Qué hacer para dormir bien

La práctica del Hara Hachi Bu

Otra costumbre relevante en la cultura japonesa es la práctica del Hara Hachi Bu, un principio que significa comer hasta sentirse un 80% lleno. Este enfoque en la moderación alimentaria no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también evita la indigestión, lo que puede interferir con el sueño.

Meditación y mindfulness

El Instituto Europeo de Psicología Positiva explica que el Mindfulness es la focalización de la atención en el momento presente, es un método para conseguir la atención plena, centrándonos en lo que está sucediendo aquí y ahora, aceptándolo sin más, sin intentar cambiar, ni juzgar nada. Su significado es plena consciencia.

El Instituto del Sueño explica que, a lo largo de la vida, es inevitable enfrentarnos a situaciones que nos produzcan ansiedad o estrés. Entre ellos están los cambios, enfermedades, problemas y crisis.

Por lo tanto, el objetivo que proponen es ajustar esas emociones a la situación que las provoca y actuar para terminar cuanto antes con esa emoción. «Si lo que nos genera estrés es empezar a tener problemas de sueño, hay que abordar este problema para que no se cronifique el problema», afirman.

 

 

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