El color tiene un poder incalculable sobre nuestras emociones, actitudes y comportamientos. Se sabe que cada tono puede evocar una respuesta emocional específica, y esto no es menos cierto cuando se trata de personas con mal humor. Los colores no solo impactan el estado de ánimo, sino que también pueden reflejarlo. Las personas con una predisposición a la irritabilidad, la frustración o el estrés suelen sentirse atraídas por ciertos colores. Esto podría deberse a la manera en que dichos tonos afectan su sistema emocional. Los colores que prefieren las personas con mal humor comparten varias características. Generalmente, son intensos, oscuros o fríos, expresando ciertas sensaciones internas, como la ira, la tristeza o la frustración.
El mal humor, esa sensación de irritabilidad o frustración, no solo influye en nuestro comportamiento, sino también en nuestras elecciones visuales. Los colores, como elementos visuales que percibimos constantemente, tienen una fuerte conexión con nuestras emociones. Según la Escuela de Diseño JD, la psicología del color es un aspecto fundamental de la experiencia humana e influye en nuestras emociones, comportamiento e incluso en nuestro bienestar físico. Este estudio profundiza en el impacto de los diferentes colores en las emociones y el comportamiento humanos, arrojando luz sobre el poderoso papel que desempeña el color en nuestra vida diaria”. Si bien todos tenemos preferencias personales cuando se trata de colores, las personas con mal humor tienden a sentirse atraídas por ciertos tonos que reflejan o intensifican su estado emocional. ¿Cuáles son los colores que prefieren las personas con mal humor? Veamos las características de estos tonos y algunos consejos prácticos sobre cómo utilizar los colores para mejorar el bienestar emocional.
¿Qué colores identifican a las personas con mal humor?
“El color es capaz de estimular o deprimir, puede crear alegría o tristeza. Así mismo, determinados colores despiertan actitudes activas o por el contrario pasivas. Con colores se favorecen sensaciones térmicas de frío o de calor, y también podemos tener impresiones de orden o desorden”, explica la Escuela de Arte y Superior de Diseño de las Islas Baleares.
Rojo
El rojo es un color intenso, asociado con la energía, la pasión y la ira. Este tono puede generar un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que lo convierte en un color que refleja un estado emocional agitado o exaltado.
Las personas con mal humor a menudo se sienten atraídas por el rojo porque este color, lejos de calmarlas, potencia su energía emocional y les permite canalizar la frustración o la irritabilidad. A pesar de ser energizante, el exceso de rojo puede intensificar la agresividad o el estrés, por lo que es importante usarlo con moderación.
Negro
El negro, aunque elegante y sofisticado, es también un color que se asocia con la oscuridad, el aislamiento y la introspección. Las personas con mal humor, especialmente aquellas que experimentan tristeza o ansiedad, a menudo eligen el negro como una forma de reflejar su estado de ánimo sombrío o para generar una sensación de protección emocional.
Este color puede ser utilizado como un escudo para evitar interacciones sociales, creando una barrera entre el individuo y el mundo exterior.
Gris
El gris es un color neutro que a menudo refleja apatía, indecisión o melancolía. Las personas que atraviesan estados emocionales bajos o de mal humor tienden a elegir el gris cuando buscan expresarse sin recurrir a colores demasiado agresivos.
El gris puede generar una sensación de distanciamiento emocional y, en ocasiones, contribuir a un sentimiento de desesperanza o desconexión. Aunque no es tan intenso como el rojo o el negro, el gris puede ser igualmente efectivo para reflejar un estado de ánimo sombrío. Es siempre asimilado a un color más apagado, de otoño e invierno.
Azul oscuro
El azul oscuro o el azul marino, aunque generalmente es un color asociado con la calma y la tranquilidad, también puede ser elegido por personas con mal humor cuando están en un estado emocional de melancolía o frustración.
Este tono de azul puede ser percibido como un reflejo de la tristeza profunda o la reflexión interior, pero también puede contribuir a una sensación de calma o resignación, dependiendo del contexto.
Verde oscuro
El verde oscuro, de igual forma que el anterior, y aunque generalmente se asocia con la estabilidad y el crecimiento, puede ser un color elegido por quienes experimentan mal humor por su conexión con sentimientos de celos o insatisfacción.
Este tono refleja una sensación de estancamiento, que puede ser tanto emocional como físico, y puede servir como una forma de canalizar la frustración o la incomodidad.
Consejos y recomendaciones para mejorar el bienestar emocional
Incorporar colores suaves y cálidos
Si te sientes de mal humor, es útil intentar incorporar colores suaves como el amarillo claro o el rosado, que pueden inducir sensaciones de optimismo y relajación. Aunque estos colores no son los preferidos en momentos de mal humor, su influencia puede ser calmante. Verás que con ello, es posible que alegres el día.
Evitar el exceso de tonos oscuros
Si bien el negro o el gris pueden proporcionar consuelo a corto plazo, su uso excesivo puede profundizar el estado emocional negativo. Trata de mezclar entonces estos colores con tonos más vibrantes y luminosos para evitar la sensación de estancamiento.
Apostar por tonos cálidos moderados
Colores como el naranja suave o el beige pueden tener un efecto positivo, ya que ofrecen energía sin ser demasiado intensos. Estos tonos pueden ayudar a aliviar la tensión sin generar incomodidad.
La luz también importa
La forma en que la luz interactúa con los colores juega un papel crucial. La luz natural puede suavizar colores intensos y hacer que el ambiente sea más agradable, mientras que la luz artificial cálida puede aumentar la sensación de calma y bienestar.
Considerar el entorno
Los colores en el lugar donde pasamos más tiempo, como el hogar o el lugar de trabajo, tienen un impacto directo en nuestro estado emocional. Opta por colores que fomenten la calma y el equilibrio, como el azul suave, el verde claro o el blanco, para promover un ambiente más armonioso.