Contenido
A medida que pasa el día, hay muchos factores que pueden ir despertando picos de estrés que, aunque parecen pequeños, se van acumulando. Puede ser por una discusión en una fila, una llamada que molesta o incluso algo tan sencillo como no encontrar las llaves del coche. Son detalles, sí, pero el impacto puede ser más grande de lo que parece. Y ahí es donde la respiración puede ser un gran aliado.
Respiramos de manera automática, inconsciente, pero hacerlo de forma consciente cambia todo, pues tiene efectos directos en la manera en la que nos sentimos. A partir de los 65 años, puede convertirse en un gran hábito para ganar calma, y hay una rutina sencilla que de verdad ayuda.
Esto es lo que deben hacer los mayores de 65 años con la respiración para relajarse
La clave está en transformar un acto automático en un hábito intencionado, se trata de respirar con atención y con técnica. Según el blog de Aiudo, incorporar ejercicios de respiración en la rutina puede marcar la diferencia en el bienestar diario de las personas mayores. No hacen falta equipos, ni gimnasios, ni grandes esfuerzos, sólo hay que reservar cinco minutos al día y prestar atención al cuerpo.
Estos son dos ejercicios prácticos y eficaces que puede empezar a aplicar cualquiera cada vez que sienta un poco de estrés:
1. Respiración sentado
- Sentarse en un sillón, con la espalda bien apoyada. Inspirar por la nariz, dejando que el abdomen se hinche, y espirar por la boca apretando suavemente el vientre. El pecho no debe moverse, sólo el abdomen.
- Se repite cinco veces. Después, se colocan las manos sobre el abdomen para notar cómo sube y baja al respirar.
- Descansar un minuto y repetir el ciclo dos veces más.
2. Respiración de pie
- Colocarse de pie, con las piernas algo separadas y las manos sobre el abdomen. Inspirar y sentir cómo el ombligo se va hacia dentro. Al espirar, empujar suavemente con el abdomen.
- Hacer cinco repeticiones. En la última, inspirar y espirar profundamente.
- Este tipo de respiración ayuda no sólo a relajar la mente, sino también a mejorar la capacidad pulmonar y a liberar tensiones físicas.
¿Por qué la respiración profunda relaja tanto?
Cuando respiramos de forma profunda y pausada, activamos una parte del sistema nervioso que reduce la frecuencia cardíaca y manda señales de tranquilidad al cerebro.
Se ha comprobado que respirar con el diafragma estimula el nervio vago, que actúa como un interruptor para apagar el estrés. La British Heart Foundation explica que al respirar lentamente, se revierte la respuesta del cuerpo al peligro. Y eso significa menos ansiedad, menos tensión muscular y un estado mental más sereno.
Por otro lado, desde la Yale School of Medicine señalan que el simple hecho de parar unos minutos al día para respirar bien puede mejorar la concentración, la claridad mental y el estado de ánimo.
Al final, respirar bien no lo resuelve todo, pero sí ayuda. Es gratis, es fácil, y si con sólo cinco minutos diarios se consigue un poco más de calma, vale la pena intentarlo.
