El significado de que una persona desvíe la mirada cuando habla contigo, según la psicología

Psicología

El significado de que una persona desvíe la mirada cuando habla contigo, según la psicología

La comunicación entre las personas se compone, además de las palabras que pronunciamos, de gestos y miradas que aportan una gran cantidad de información. Una de las actitudes más comunes mientras dialogamos es que una persona desvíe la mirada cuando habla. Si bien para muchas personas resulta un comportamiento automático, para especialistas e instituciones profesionales de psicología, neurociencia y comunicación no verbal, sostienen que se presentan factores emocionales y cognitivos en dicho comportamiento. Mientras que para algunos apartar la vista refleja timidez, inseguridad o incomodidad, para otros se trata de una estrategia inconsciente para lograr una mejor reflexión.

De este modo, la mirada no solo transmite atención y emociones, sino que también se convierte en un canal para gestionar la carga mental durante una conversación. Cuando miramos se produce una interacción humana muy significativa. Según el Instituto Cervantes, desviar la mirada cuando alguien nos habla puede ser una manera de disminuir la estimulación externa y favorecer la concentración interna. Los psicólogos indican que este fenómeno se conoce como “aversión a la mirada”, un recurso que nos ayuda a desconectar de estímulos visuales mientras organizamos lo que queremos decir. El psicólogo Marc Smith, en su libro “El aprendiz emocional”, explica que incluso los niños suelen evitar el contacto visual al responder preguntas difíciles en clase, ya que necesitan liberar su mente de distracciones. «Esto muestra que, lejos de ser un signo exclusivo de mentira o desinterés, desviar la mirada puede reflejar un proceso cognitivo necesario para hablar con coherencia y claridad», afirma Smith.

Qué significa que una persona desvíe la mirada cuando habla contigo

Hay diferentes instituciones que sostienen que mantener contacto visual continuo supone una mayor carga cognitiva. «Esto significa que el cerebro dedica más esfuerzo mental para sostener esa interacción visual, reduciendo recursos disponibles para pensar o planificar respuestas», comentan expertos del Instituto Cervantes.

Un equipo de especialistas de la Universidad de Kioto demostró en 2016, a través de la investigación de Shogo Kajimura y Michio Nomura, que mantener la mirada fija durante una tarea de generación de verbos afecta negativamente el rendimiento verbal porque interfiere con la memoria de trabajo visual y lingüística.

Por lo tanto, confirman que pensar y mirar a los ojos al mismo tiempo puede resultar demasiado demandante para el cerebro. El hallazgo respalda la idea de que alguien desvié la mirada no es falta de educación, sino un mecanismo natural para optimizar el pensamiento.

«En la práctica, cuando alguien desvía los ojos mientras habla, probablemente esté organizando sus ideas o procesando información. Así, este gesto puede considerarse una herramienta de autorregulación cognitiva», confirman Kajimura y Nomura.

¿Qué factores culturales y sociales influyen el no mirar directamente a los ojos?

La interpretación del gesto de desviar la mirada mientras conversamos con otra persona presenta diferentes interpretaciones, segun la cultura de cada sociedad. Mientras que en Occidente mantener el contacto visual suele asociarse con sinceridad y seguridad, en Oriente prolongar la mirada puede considerarse una falta de respeto y un acto de confrontación.

En este sentido, desviar la mirada en ciertos contextos culturales no es un signo de incomodidad, sino de cortesía y deferencia. «La comunicación no verbal está atravesada por valores culturales, y lo que en un país se percibe como frialdad, en otro se interpreta como respeto», aseguran desde el Instituto Cervantes.

En algunas situaciones sociales específicas como entrevistas laborales o conversaciones entre desconocidos, mantener demasiado tiempo la mirada puede generar tensión. A su vez, evitarla es una manera de equilibrar la interacción, reducir la sensación de dominio y presión.

¿Cómo se interpreta la mirada en experiencias de aprendizaje?

La psicóloga Gwen Doherty-Sneddon de la Universidad de Stirling ha investigado cómo los niños utilizan la aversión a la mirada como estrategia de aprendizaje. Según sus estudios, apartar los ojos de la persona que pregunta les permite concentrarse mejor en la respuesta y controlar su propio tiempo de reflexión.

En personas adultas, dicho mecanismo se conserva. Apartar la mirada mientras elaboramos una explicación o buscamos una palabra específica puede ayudarnos a reducir la interferencia visual y a liberar recursos de la memoria de trabajo.

«Es habitual que alguien mire hacia un lado o hacia abajo cuando intenta recordar un dato, lo cual constituye una señal visible de procesamiento interno», explican dede la Universidad de Stirling.

El desvío de la mirada también refleja emociones

El gesto no se reduce solamente a procesos cognitivos. En ocasiones, apartar los ojos también muestra emociones como incomodidad, vergüenza o un intento de protegerse ante un tema sensible.

«En conversaciones sobre experiencias dolorosas o situaciones de vulnerabilidad, las personas evitan el contacto visual como un mecanismo de autoprotección emocional», comenta Marc Smith.

Además, mantener la mirada fija en situaciones de disputa de poder se puede interpretar como un intento de control o superioridad. Por lo tanto, desviar los ojos en estos casos no implica sumisión, sino una forma de equilibrar la comunicación y hacerla menos agresiva.

 

 

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