El preocupante aviso de un fisioterapeuta: «Tener ganas de ir a hacer pis…»

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El preocupante aviso de un fisioterapeuta: "Tener ganas de ir a hacer pis..."

Aunque solemos asociar las ganas frecuentes de orinar a causas físicas como el consumo de líquidos o una infección urinaria, lo cierto es que también pueden estar profundamente relacionadas con nuestras emociones. En situaciones de ansiedad, miedo o estrés agudo, el cuerpo reacciona activando mecanismos automáticos que afectan incluso al sistema urinario. El fisioterapeuta Antonio Valenzuela, experto en salud ancestral y autor del libro Estimula tu nervio vago, lo explicó recientemente en el podcast Tengo un plan, donde abordó cómo el sistema nervioso simpático puede disparar síntomas físicos muy concretos, como la urgencia urinaria, hacer pis, incluso en ausencia de un problema orgánico.

Este tipo de reacciones, como explica Valenzuela, tienen raíces en nuestra biología evolutiva. Cuando una persona se encuentra ante una situación estresante, el cuerpo activa el sistema nervioso simpático, también conocido como sistema de lucha o huida. Esta activación engloba una serie de respuestas automáticas: aumento de la frecuencia cardíaca, respiración acelerada, tensión muscular… y, en algunos casos, la necesidad urgente de vaciar la vejiga y hacer pis de inmediato. Aunque parezca irracional, esta respuesta tiene sentido: vaciar el cuerpo de líquidos puede prepararlo para una mejor reacción ante una amenaza, ya sea para correr, pelear o simplemente reducir peso corporal de forma instantánea. Esta reacción refleja cómo el cuerpo prioriza la supervivencia, aunque hoy las amenazas no sean leones sino jefes, exámenes o conflictos emocionales.

Tener ganas de hacer pis, relacionado con nuestra mente

El sistema simpático y la urgencia urinaria

El sistema nervioso simpático se activa como respuesta a cualquier estímulo que el cerebro interpreta como una amenaza. Puede tratarse de una discusión, una entrevista laboral, hablar en público o incluso un pensamiento negativo persistente. Una vez en marcha, este sistema altera la función de diversos órganos, incluyendo la vejiga.

El aumento del tono muscular en la zona pélvica y la reducción del control consciente de esfínteres puede provocar una sensación urgente de orinar, aunque la vejiga no esté completamente llena.

Un estudio de la European Association of Urology confirma que el estrés psicológico es un factor importante en la aparición y empeoramiento de síntomas del tracto urinario inferior, especialmente en mujeres y personas jóvenes. La asociación entre ansiedad y urgencia urinaria ha sido bien documentada en aquellos problemas algo menos comunes como la vejiga hiperactiva, en los que no se detecta patología estructural, pero sí una disfunción funcional relacionada con el estrés.

Qué papel juega el nervio vago con las ganas de hacer pis

Antonio Valenzuela destaca en su libro y conferencias la importancia del nervio vago en la regulación de estas respuestas fisiológicas. Este nervio, el más largo del sistema nervioso autónomo, conecta el cerebro con múltiples órganos, entre ellos el corazón, los pulmones y la vejiga.

En condiciones normales, el nervio vago ayuda a regular funciones de descanso, como la digestión o el vaciado de la vejiga, pero en situaciones de estrés su tono puede disminuir, haciendo que predomine el sistema simpático.

Cuando hay un desbalance entre el sistema simpático y el parasimpático (el de reposo y recuperación), se producen síntomas como el insomnio, la tensión muscular crónica, la digestión lenta o las ganas constantes de orinar. Valenzuela promueve técnicas como la respiración diafragmática, los baños fríos o la exposición controlada al estrés como formas de estimular el nervio vago y devolver el equilibrio al sistema nervioso.

¿Por qué queremos hacer pis justo antes de hablar en público?

Muchas personas experimentan una fuerte necesidad de ir al baño antes de una exposición, una reunión importante o un evento que les genera tensión. Este síntoma no es casual. Forma parte de un patrón fisiológico diseñado para liberar al cuerpo de cualquier “peso extra” en un momento en que se percibe la necesidad de actuar.

Aunque en el entorno actual no haya una amenaza física real, el cuerpo reacciona como si lo fuera. El cerebro no distingue entre un examen oral y un ataque inminente; lo único que percibe es la necesidad de estar preparado. Y por esto es bastante normal que tengamos ganas de hacer pis o del al baño de forma general.

La American Psychological Association ha concluido en sus estudios que las respuestas físicas al estrés, como la sudoración, la necesidad de hacer pis o la boca seca, son parte del mismo eje de activación del sistema nervioso autónomo y pueden mitigarse con técnicas de afrontamiento adecuadas.

Cómo saber si tus ganas de hacer pis son por ansiedad

Existen ciertas claves para diferenciar una urgencia urinaria de causa emocional frente a una patología física. Si las ganas de orinar aparecen en momentos de tensión emocional y desaparecen en situaciones de calma, es probable que estén vinculadas al estrés.

También si no hay otros síntomas como escozor, dolor o fiebre. Por el contrario, si la urgencia urinaria persiste a lo largo del día, incluso en momentos tranquilos, conviene acudir a un médico para descartar causas como una infección urinaria o una alteración neurológica, que en realidad también es algo fuertemente común.

Herramientas para recuperar el control

La buena noticia es que existen múltiples estrategias para reducir este tipo de síntomas y reducir nuestras ganas de hacer pis u otros síntomas relacionados con el estrés. Técnicas como la meditación, la respiración profunda, el yoga o incluso la práctica regular de ejercicio aeróbico pueden contribuir a disminuir la activación del sistema simpático y, en consecuencia, reducir la urgencia urinaria emocional.

En este caso, el experto Antonio Valenzuela también recomienda ejercicios de estimulación del nervio vago como gárgaras con agua fría, cantos profundos o masajes en el cuello y abdomen.

Además, identificar las situaciones que desencadenan el estrés es un primer paso fundamental. Hay más cosas que puedes hacer como escribir un diario emocional, practicar el autocuidado y establecer límites saludables en la vida diaria puede ayudar a prevenir este tipo de reacciones físicas.

Si  aun así el problema persiste y ya se convierte en un hecho que no nos permite realizar correctamente nuestras tareas diarias y la sensación de querer hacer pis es algo constante, entonces necesitamos la ayuda de un profesional.

 

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