Cumplir 65 años trae consigo muchos cambios, y no todos son fáciles de aceptar. Uno de los más comunes, aunque a menudo silencioso, es que la memoria empieza a dar señales. Perder el hilo de una conversación, olvidar nombres conocidos o no encontrar una palabra que está ‘en la punta de la lengua’ puede resultar frustrante.
Lo bueno es que no siempre es grave, pues a veces es sólo una consecuencia normal del paso del tiempo. Sin embargo, hay un punto donde ese olvido deja de ser algo ocasional y se vuelve una alerta.
Cuando las lagunas empiezan a repetirse o afectan lo cotidiano, los expertos lo llaman deterioro cognitivo leve. No es demencia, pero sí es una señal de que el cerebro pide ayuda.
La solución no siempre es leer o llenar sopas de letras, sino que hay una alternativa mucho más dinámica y efectiva que ha ganado terreno entre los especialistas: resolver laberintos.
Esta es la actividad que recomiendan los expertos para mantener la agilidad mental después de los 65
Aunque puedan parecer un simple pasatiempo de papel y lápiz, los laberintos esconden mucho más, pues son una herramienta potente para activar funciones clave del cerebro. Resolverlos implica tomar decisiones, anticipar movimientos, cambiar de estrategia si algo no sale como se esperaba. En palabras simples: es un entrenamiento para la mente.
La Fundación Pasqual Maragall (referente en investigación sobre el Alzheimer) ha destacado que resolver laberintos estimula áreas ejecutivas del cerebro: la capacidad de planificación, la flexibilidad cognitiva, la atención y la coordinación entre la vista y el movimiento. Es decir, no sólo trabaja la memoria, sino que mejora cómo pensamos, cómo nos concentramos y cómo resolvemos problemas.
Lo mejor de este ejercicio es que no requiere tecnología, ni grandes recursos. Basta un papel y algo para trazar el camino. Se puede empezar a cualquier edad, y cada trazo cuenta como una inversión en salud cognitiva.
Los laberintos estimulan la creatividad, fortalece la coordinación mano-ojo, y obliga a mantener la atención sostenida. Y sí, también ayuda a relajarse. A muchas personas mayores, esta práctica les devuelve el gusto por concentrarse sin presión, con la satisfacción que da resolver un desafío a su ritmo.
Además, es una actividad que puede compartirse. Resolver laberintos en pareja o en grupo es una forma de socializar, conversar y reírse un poco en el intento.
Otras cosas que hacer para mantener la memoria saludable
Aunque los laberintos sean una excelente herramienta, no son la única. Hay otras formas de cuidar la memoria que, combinadas, dan mejores resultados:
- Mover el cuerpo: el ejercicio físico mejora la circulación sanguínea, incluida la del cerebro. Caminar a diario, nadar o practicar alguna actividad suave puede marcar la diferencia.
- Aprender algo nuevo: un idioma, una receta, una manualidad. Todo aprendizaje nuevo genera conexiones neuronales.
- Comer bien: la alimentación también juega su papel. Una dieta rica en vegetales, pescado, frutos secos y aceite de oliva ayuda a mantener el cerebro en forma.
- Dormir lo necesario: el descanso consolida lo aprendido durante el día. Dormir mal o poco afecta directamente a la memoria.
- Controlar enfermedades crónicas: La hipertensión, la diabetes o el colesterol alto impactan en la salud cerebral. Tenerlos bajo control es clave.