Lo haces a diario y no le prestas atención: una psicóloga desvela el mejor ejercicio para mejorar la reserva cognitiva

A simple vista parece poca cosa, pero encierra un valor enorme para la salud mental

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Recreación de una mujer sonriendo.

Según van pasando los años, cada vez más gente se fija en cómo envejece su cuerpo, pero también empieza a mirar de cerca lo que ocurre en la cabeza. No se trata sólo de la memoria, la reserva cognitiva, esa especie de colchón que permite al cerebro resistir mejor el paso del tiempo, empieza a ocupar el lugar que le corresponde.

Aunque no lo parezca, hay un ejercicio que no requiere gimnasio, ni equipamiento, ni apps. Se hace cada noche, en silencio, y sin darte cuenta. Es tan cotidiano que lo pasamos por alto, pero los expertos aseguran que es el mejor entrenamiento para tu mente.

Este es el ejercicio más potente para tu cerebro, según la psicología

El mejor entrenamiento cerebral es dormir. Así lo afirma la doctora Ana Asensio, psicóloga y neurocientífica autora de los libros Neurofelicidad y Escucha a tu intuición, que lo define como el motor silencioso que mantiene todo en marcha.

Mientras dormimos, el cerebro no se desconecta, sino que trabaja limpiando toxinas, reparando circuitos neuronales y consolidando lo que hemos aprendido durante el día. Es decir, reordena, limpia y refuerza.

Un sueño de calidad (entre siete y nueve horas diarias) ayuda a eliminar residuos que pueden dañar el cerebro, fortalece la memoria y protege frente al deterioro cognitivo. Dormir mal, por el contrario, se relaciona con acumulación de placas beta-amiloides, uno de los factores de riesgo más estudiados en el desarrollo del alzhéimer.

Por eso, dormir bien no es un lujo, sino que es una necesidad vital. Igual que cuidamos lo que comemos o nos movemos para mantener el cuerpo en forma, toca entender que el descanso es lo que pone a punto la mente.

¿Qué es la reserva cognitiva y por qué importa?

La reserva cognitiva es la capacidad del cerebro para adaptarse a cambios, compensar daños y seguir funcionando con normalidad incluso cuando algo no va bien. Es como una cuenta de ahorro mental, cuanto más la llenas con experiencias, aprendizajes y conexiones, más resistencia construyes frente al deterioro.

Cuando acumulamos estrés, dormimos mal, caemos en rutinas repetitivas o nos aislamos, la reserva se debilita. Es como si el cerebro entrara en piloto automático. La doctora Ana Asensio lo explica: «Cuando vivimos desconectados, sin estímulos y sin descanso real, el cerebro se va apagando poco a poco».

Cómo mejorar el sueño y proteger la reserva cognitiva

Dormir no es sólo cerrar los ojos. Hay que preparar el cuerpo y la cabeza para hacerlo bien. La rutina importa, y mucho. Irte a la cama a la misma hora cada día, incluidos fines de semana, ayuda a estabilizar el reloj interno. También influye el ambiente: dormitorio oscuro, fresco y sin ruidos, con una cama cómoda.

Antes de dormir, evita pantallas, cenas pesadas o bebidas estimulantes. Mejor apuesta por algo tranquilo: una ducha, un libro, música suave. Y si te desvelas, no te obsesiones: levántate, haz algo relajante y vuelve a la cama cuando te entre el sueño.

Por otro lado, moverse durante el día mejora el descanso nocturno. Y no hablamos de correr una maratón, caminar, bailar o hacer algo de ejercicio suave ya basta para activar el cuerpo y facilitar el sueño por la noche.

También puedes probar técnicas de respiración, como la 4-7-8: inhalas cuatro segundos, mantienes siete, sueltas en ocho. No hace magia, pero calma.

Si a pesar de todo no logras descansar, es importante pedir ayuda profesional.

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