Contenido
- 0.1 Llega a España la misogamia: la nueva tendencia que rompe los esquemas de las relaciones
- 0.2 Cómo decir no sin sentir culpa: el consejo clave de una experta que funciona
- 0.3 El truco de Marian Rojas para acabar con la ansiedad: «El mejor antídoto…»
- 1 Por qué revisas varias veces si has cerrado el coche
En el ajetreo diario, es común experimentar la necesidad de volver a mirar si hemos cerrado el coche, incluso cuando recordamos haberlo hecho minutos antes. Este comportamiento, aunque puede parecer irracional, tiene una base psicológica bien fundamentada. Según los expertos, este tipo de acciones repetitivas suelen estar relacionadas con la ansiedad y la búsqueda de seguridad. El cerebro, ante situaciones de estrés o distracción, puede generar dudas persistentes, llevándonos a comprobar una y otra vez algo que, en realidad, ya hemos realizado. Este fenómeno no siempre indica un trastorno, pero en algunos casos puede ser un síntoma de condiciones como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
La psicología cognitiva explica que estos comportamientos son el resultado de un fallo en la memoria de trabajo, la cual se encarga de retener información a corto plazo. Cuando estamos distraídos o bajo presión, nuestra capacidad para recordar acciones recientes se ve afectada, lo que nos lleva a dudar de nosotros mismos. Además, factores como el perfeccionismo o una personalidad meticulosa pueden exacerbar esta tendencia. Un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que aproximadamente un 2% de la población mundial experimenta síntomas de TOC, aunque no todos los casos implican un diagnóstico clínico. Por otro lado, investigaciones de la Universidad de Cambridge destacan que estos comportamientos de verificación excesiva pueden ser más frecuentes en entornos urbanos, donde el ritmo de vida es más acelerado y las necesidades cognitivas son mayores.
Por qué revisas varias veces si has cerrado el coche
La ansiedad juega un papel crucial en este tipo de conductas. Cuando una persona siente inquietud o miedo —por ejemplo, a que le roben el coche—, su cerebro activa mecanismos de protección que la llevan a buscar certeza mediante la repetición. Esto crea un círculo vicioso: cuanta más importancia se le da al pensamiento («¿cerré el coche?»), más frecuente y angustiante se vuelve la duda.
Según un informe de la Asociación Americana de Psicología (APA), la ansiedad por seguridad es un fenómeno ampliamente estudiado en psicología clínica. El cerebro humano está programado para priorizar la detección de amenazas, un rasgo evolutivo que nos ha ayudado a sobrevivir. Sin embargo, en la vida moderna, este mecanismo puede volverse disfuncional, especialmente en personas con tendencia a la hipervigilancia.
Además, la ansiedad no solo provoca comportamientos de verificación, sino que también puede alterar la percepción de la realidad. Un estudio publicado en el Journal of Anxiety Disorders concluyó que las personas con altos niveles de ansiedad tienden a subestimar su capacidad de recordar acciones cotidianas, y esto las lleva a compensar con comprobaciones excesivas. Y por esto sucede que buscamos siempre y comprobamos si hemos cerrado el coche
Diferencias entre hábito y trastorno
No todas las comprobaciones son patológicas. De hecho, muchos las realizamos ocasionalmente sin mayores consecuencias. Sin embargo, cuando estas acciones interfieren con la vida diaria o consumen mucho tiempo, podrían indicar un problema más serio. Como se mencionó anteriormente, según la OMS, el TOC se diagnostica cuando los comportamientos repetitivos ocupan más de una hora al día y causan un malestar significativo.
Es importante distinguir entre un hábito molesto y un trastorno clínico (como haber cerrado el coche). Por ejemplo, volver a revisar el coche una vez puede ser normal, pero hacerlo diez veces antes de irse o incluso volver a casa para comprobarlo ya indica un problema más profundo.
La Clínica Mayo señala que otros síntomas asociados al TOC incluyen lavarse las manos compulsivamente, contar objetos o repetir frases mentalmente para aliviar la ansiedad.
En este caso, las autoridades del Instituto de Trastorno Obsesivo Compulsivo explican que la persona que comprueba sabe que ha cerrado, pero cree que es importante volver a hacerlo.
«La persona puede comprobar las cerraduras de las puertas, los pestillos de las ventanas o las cerraduras de las puertas del coche», afirman. En este sentido, sostienen que el miedo está presente en que alguien entre y robe cosas, el propio coche o cause daños, y que la persona con TOC sea responsable de no haber comprobado la cerradura al principio.
En conclusión, aclaran que dicha compulsión es común en personas que presentan un TOC desencadenado por un acontecimiento traumático como una violación o un robo y también puede ser un síntoma de trastorno de estrés postraumático. Y un ejemplo es si solemos pensar en si hemos cerrado el coche.
El papel de la memoria y la atención
La memoria humana no es infalible, y pequeños lapsus son completamente normales. Sin embargo, cuando la duda se convierte en una obsesión, puede deberse a un fallo en lo que los psicólogos llaman ‘memoria prospectiva’ —la capacidad de recordar acciones futuras—. Un artículo de la Universidad de Oxford explica que factores como el estrés, la fatiga o la multitarea pueden deteriorar esta función, aumentando la necesidad de verificar.
La atención también es clave. Si cerramos el coche mientras hablamos por teléfono o pensamos en otra cosa, es más probable que luego dudemos de haberlo hecho. Esto se debe a que el cerebro no codificó correctamente la acción en la memoria. Pero es un hecho o hábito bastante normal.
Estrategias para reducir la necesidad de comprobar si hemos cerrado el coche
Reforzar la confianza en la memoria
Anotar mentalmente o en un papel la acción de cerrar el coche puede ayudar a consolidar el recuerdo. Un truco útil es decir en voz alta: «He cerrado el coche», lo que refuerza la codificación de la memoria.
Técnicas de relajación
La meditación y la respiración profunda disminuyen la ansiedad que alimenta estas compulsiones. Practicar mindfulness puede ayudar a estar más presente en el momento, reduciendo los olvidos.
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Este enfoque es eficaz para romper el ciclo de pensamientos obsesivos y conductas repetitivas. La TCC enseña a cuestionar los pensamientos catastróficos («Si no cierro el coche, lo robarán») y a tolerar la incertidumbre.
Establecer un límite de comprobaciones (como si has cerrado el coche)
Permitirse verificar una o dos veces, pero no más, ayuda a romper el ciclo. Con el tiempo, el cerebro aprende que no es necesario repetir la acción.
Otra manera es mediante técnicas fisiológicas de relajación o desactivación física. Y, por último, empleando técnicas motoras como control estimular, autocontrol y habilidades sociales.
Cuando debemos buscar ayuda profesional
Si las comprobaciones generan angustia, afectan tu productividad o relaciones, es recomendable consultar a un psicólogo. La OMS enfatiza que el TOC y otros trastornos de ansiedad son tratables, y buscar ayuda antes puede llegar a mejorar significativamente la calidad de vida.