Contenido
- 0.1 El secreto de la felicidad está en un hábito que no lleva más de 10 minutos al día, y lo respalda un estudio científico
- 0.2 Si tienes ansiedad, tienes estos 3 rasgos de personalidad, según la psicóloga Ángela Fernández
- 0.3 Si no soportas hacer cola en las tiendas la psicología dice esto de ti
- 1 La costumbre indispensable para estar más sanos después de los 65, según un estudio científico
- 2 Los hombres y las mujeres no somos iguales: la costumbre que cambia a partir de la tercera edad
- 3 Los pequeños gestos que transforman el bienestar emocional pasados los 65 años
Sabemos que hacer deporte o tener una buena alimentación es fundamental para mantenernos sanos pasados los 65 años. Sin embargo, siempre olvidamos otro factor fundamental: las relaciones sociales. En ese sentido, un nuevo estudio de la Universidad de Michigan ha dado con una costumbre clave.
No hace falta recurrir a grandes terapias ni rutinas complicadas para mejorar el estado de ánimo en la vejez. Los investigadores han identificado una costumbre cotidiana, sencilla y humana que eleva el bienestar emocional de las personas mayores de 65 años: ayudar a los amigos.
Según la investigación publicada en la revista The International Journal of Aging and Human Development, esos pequeños gestos de apoyo marcan una gran diferencia en el día a día.
La costumbre indispensable para estar más sanos después de los 65, según un estudio científico
El estudio, liderado por la investigadora Crystal Ng del University of Michigan Survey Research Center, analizó a 180 adultos mayores que vivían en la zona de Austin (Texas).
Durante varios días, los participantes registraron su estado de ánimo cada pocas horas y detallaron cualquier forma de ayuda que ofrecieran a sus amigos.
Las acciones se clasificaron en tres tipos: apoyo emocional, consejos y tareas prácticas como hacer recados o ayudar en el hogar. Los resultados fueron claros. Al parecer, los días en los que los participantes ayudaron con tareas o recados, su estado de ánimo fue más positivo.
Estas actividades, al ser tangibles y con resultados visibles, generaron una sensación de utilidad y competencia, lo que se tradujo en una mayor satisfacción personal.
Una conclusión a la que llegaron los investigadores es que este tipo de ayuda práctica puede ser una fuente constante de bienestar. El apoyo emocional supone una carga emocional demasiado intensa, pero los actos concretos permiten a los mayores de 65 años contribuir sin sentirse abrumados.
Los hombres y las mujeres no somos iguales: la costumbre que cambia a partir de la tercera edad
El estudio también detectó diferencias de género en la forma de prestar ayuda. Según los datos, los hombres mayores eran menos propensos que las mujeres a brindar apoyo emocional, como escuchar o hablar sobre sentimientos. Además, cuando lo hacían, su estado de ánimo tendía a ser algo más bajo ese día.
Los investigadores creen que esto podría deberse a que expresar empatía o discutir emociones entra en conflicto con los roles tradicionales de masculinidad, lo que genera incomodidad. En cambio, los hombres suelen sentirse mejor al ofrecer apoyo basado en la acción, como ayudar con tareas o actividades.
En mujeres, el efecto fue el contrario. Brindar apoyo emocional a sus amigas no afectó negativamente su estado de ánimo, lo que demostraría que la forma en que se da la ayuda influye tanto como el acto en sí.
Los pequeños gestos que transforman el bienestar emocional pasados los 65 años
Hay expertos que consideran que las personas mayores de 65 años son más felices, pero también es cierto que el aislamiento y la pérdida de facultades provoca que, para muchos, sea la etapa más dura de la vida.
Para paliar esa tristeza, una buena alternativa es ayudar a los amigos. No sólo beneficia al otro, sino que esta costumbre puede aportarte un gran bienestar emocional, más incluso que pasar tiempo socializando sin propósito.
Por ello, el estudio ha pedido que se fomenten las oportunidades para que los mayores puedan colaborar en tareas sencillas. Por ejemplo, haciendo recados o ayudando en actividades comunitarias.
En todo caso, también han advertido que no se ha demostrado una relación causal entre ayudar y sentirse mejor, pero sí confirma un patrón sólido.






