Contenido
- 0.1 Ni tele ni sudokus: el pasatiempo que todos los mayores de 65 deben practicar para mejorar su físico y su mente
- 0.2 Ni sopas de letras ni crucigramas: las 6 mejores apps para que los mayores de 60 mantengan la memoria activa
- 0.3 Ni pintura ni jardinería: el ‘hobby’ recomendado a los mayores de 65 años para evitar la soledad y el aislamiento
- 1 Este es el mejor pasatiempo para que los jubilados liberen su creatividad
- 2 ¿Por qué es tan bueno que los jubilados se metan en la cocina?
Al jubilarse, queda tiempo para todo aquello que durante años se pospuso por falta de horas. Es el momento de disfrutar de los nietos, leer con calma, pasear sin prisa. Pero también es una vida nueva. La rutina se vuelve más lenta y, después de una vida entera de trabajo, llega la pregunta inevitable: ¿y ahora qué?
Los primeros días se disfrutan, pero, tras ese pequeño paréntesis, aparece un enemigo común: el aburrimiento. Aburrirse en casa viendo la televisión puede convertirse en una trampa silenciosa que lleva al sedentarismo, y de ahí a estados de ánimo bajos o incluso a la depresión.
Por eso, moverse, salir, tener pasatiempos que den sentido a los días, es clave. Algunos hacen crucigramas, otros jardinería o paseos diarios. Pero hay uno que casi siempre pasa desapercibido y que, sin embargo, despierta la mente y el corazón: cocinar.
Este es el mejor pasatiempo para que los jubilados liberen su creatividad
La cocina, esa actividad cotidiana que muchos consideran una obligación, puede convertirse en un terreno para la creatividad y la conexión personal. No se trata de preparar un banquete de cinco estrellas, sino de experimentar, probar, recordar y compartir. Cocinar devuelve a muchos mayores a momentos importantes de su vida: una receta heredada, un plato que cocinaban para sus hijos, una salsa que les enseñó su madre… las opciones son muchísimas.
En centros como El Cel Rubí, la cocina se ha convertido en una herramienta terapéutica. Con talleres quincenales donde los residentes preparan platos sencillos, no sólo se trabaja la motricidad y la memoria, sino que también se rescatan historias que casi no se tienen presente.
¿Por qué es tan bueno que los jubilados se metan en la cocina?
Desde lo físico hasta lo emocional, sus beneficios tocan muchas áreas importantes para el bienestar de las personas mayores.
- Mejora el apetito: cocinar, oler, tocar los alimentos, despierta el hambre de forma natural. Además, al participar en la elaboración, uno se entusiasma más por comer lo que ha preparado. Esto es vital en edades donde la pérdida de apetito es común.
- Estimula la mente: Seguir una receta, medir, cortar, mezclar… todo eso exige concentración, memoria y coordinación. Y como cualquier músculo, el cerebro necesita ejercicio. La cocina, en este sentido, es un gimnasio creativo.
- Potencia la autoestima: Terminar un plato, servirlo, verlo en la mesa, compartirlo… produce una satisfacción enorme. Es un logro, por sencillo que sea.
Por otro lado, cocinar es una excusa perfecta para socializar. Preparar algo con otros, charlar mientras se revuelve una salsa o se pelan patatas, genera momentos de conexión humana que se echan en falta cuando se pasa mucho tiempo en casa.
Lo mejor de todo es que no hace falta ser Arguiñano. Para arrancar, basta con algo tan simple como una tortilla de patatas al estilo de siempre o una sopa que traiga buenos recuerdos.
No hay reglas que seguir, sólo se necesitan ideas y ganas de pasar un buen rato en la cocina, lo que seguramente hará que lavar los platos no sea una tarea tan tediosa.