Contenido
- 0.1 Deshincha la tripa y te hace sentir más ligera: la infusión que debes tomar antes de dormir
- 0.2 Así puedes reconocer si te están manipulando con la técnica más peligrosa, según los psicólogos
- 0.3 Si firmas así eres una persona narcisista y no hay discusión: lo dice la psicología
- 1 Este es el mejor pasatiempo que pueden hacer los mayores de 65 años para activar la memoria
- 2 Beneficios de este pasatiempo para mayores de 65 años
A los 65 años es habitual que la memoria empiece a fallar. No hablamos de grandes lagunas, sino de esos pequeños despistes del día a día: no recordar a qué venías a la cocina, olvidar una cita o quedarte en blanco al intentar decir un nombre. Son detalles que, aunque comunes, no hay que tomar a la ligera.
Frente a esta realidad, dejarlo pasar no es la mejor opción. Es el momento de intervenir, de poner en marcha el cerebro y mantenerlo en forma. Juegos de mesa, crucigramas, lectura, sudoku… todos pueden ayudar. Pero hay un pasatiempo menos conocido que, además de ser sencillo, económico y accesible, puede marcar una gran diferencia.
Este es el mejor pasatiempo que pueden hacer los mayores de 65 años para activar la memoria
Este pasatiempo es el origami, aunque en español es más habitual decir papiroflexia. No necesita más que papel y algo de paciencia. Pero sus beneficios van mucho más allá de lo que parece.
Doblamos una hoja, seguimos unos pasos, y de pronto aparece una figura: una grulla, una caja, una flor. Al final, lo que podría parecer sólo un entretenimiento infantil, se ha convertido en una herramienta poderosa para cuidar la salud mental en la vejez.
Practicar origami implica concentración, coordinación, memoria y creatividad. Y eso es precisamente lo que hace que funcione tan bien para mantener la mente despierta. Esto fortalece la memoria a corto plazo, mejora la precisión y estimula las conexiones cerebrales.
Beneficios de este pasatiempo para mayores de 65 años
Pocos pasatiempos reúnen tantas ventajas como el origami. Al ser una actividad que se hace con las manos, mejora la motricidad fina y la coordinación ojo-mano, dos habilidades que tienden a deteriorarse con el tiempo.
Además, reduce el estrés. Concentrarse en una figura permite desconectar de las preocupaciones, entrar en un estado de calma y disfrutar del proceso creativo.
No hace falta ser un artista ni tener experiencia previa. Se puede empezar con figuras sencillas como un barco, una mariposa, una caja. Con el tiempo, se puede ir subiendo el nivel: flores, pájaros, ranas, incluso estructuras más complejas.
Además, si se hace en grupo, mejor. Los talleres de origami ya están en centros de mayores y asociaciones como una actividad terapéutica que fomenta la socialización.
Otro punto a favor es que eleva la autoestima. Ver cómo de tus manos sale una figura bonita, útil o sorprendente, da una satisfacción real. Algo tan simple como una hoja de papel puede transformarse, y eso también tiene un eco simbólico.
Por todos esos beneficios, no es casualidad que el origami se haya empezado a usar en terapias para personas con demencia o Alzheimer. Ayuda a mantener activas áreas clave del cerebro, y aunque no es una cura, sí puede ralentizar el deterioro. Incluso en quienes no presentan síntomas, incorporar esta actividad de forma habitual tiene un efecto preventivo.
Hay vídeos, libros, guías descargables y tutoriales para todos los niveles. También hay papel específico para origami, pero no es imprescindible. Basta con cualquier hoja cuadrada. A partir de ahí, las posibilidades son infinitas.