El éxito, la fama y el dinero. Puede que esos sean algunos de los conceptos que solemos asociar con la felicidad. Sin embargo, las personas realmente felices no siempre son las más ricas ni las más conocidas, sino aquellas que han aprendido a mirar la vida de otra manera.
Susana Rodríguez Gacio es una médica y triatleta paralímpica española con una carrera fuera de lo común: campeona paralímpica, referente mundial en su disciplina, Premio Nacional del Deporte y primera deportista con discapacidad en recibirlo. Ha sido portada de la revista TIME, Mattel la eligió como Barbie Role Model y, a fecha de diciembre de 2025, ocupa el número uno del ranking mundial de World Triathlon en la categoría PTVI femenina.
Con tantos logros, podría pensarse que ahí está la clave de su felicidad. Sin embargo, el hábito que ella destaca no tiene nada que ver con medallas ni títulos, sino con algo mucho más mundano que cualquier persona es capaz de hacer.
Este es el sencillo hábito que comparten las personas más felices, según Susana Rodríguez
Con su trayectoria deportiva y su formación médica, muchos esperarían una respuesta compleja o ligada al rendimiento. Sin embargo, Susana Rodríguez explica que para ella, la felicidad se sostiene en algo mucho más básico: apreciar las pequeñas cosas.
En declaraciones a OkDiario, explica que «la felicidad definitivamente está en las pequeñas cosas del día a día. Los grandes logros son muy bonitos porque cuesta mucho trabajo, mucho tiempo y mucha implicación llegar a ellos, pero con lo que uno se mantiene y puede alcanzar esos grandes logros es con estar bien en el día a día».
La idea rompe con esa creencia tan extendida de que la felicidad llega cuando se alcanza una meta importante. Según su experiencia, ocurre justo lo contrario. Si el día a día pesa, si todo se vive como una carrera constante hacia el siguiente objetivo, los logros terminan vacíos. «Si no estás bien en el día a día, si no disfrutas de los entrenamientos, de los amigos, de la familia o de un trabajo que te motive, lo demás no es posible», añade.
Lo que plantea es entender que los grandes momentos se sostienen sobre una base sencilla, la de encontrarse a gusto en lo ordinario.
Cómo empezar a vivir como las personas felices
Apreciar las pequeñas cosas suena sencillo, pero al principio no siempre se sabe cómo hacerlo. Aun así, hay algunos gestos que pueden ayudar a empezar a mirar la vida desde esa mentalidad.
- Empieza la mañana sin el móvil. Evitar las notificaciones nada más despertar reduce la sensación de prisa incluso antes de salir de la cama.
- Cuida lo básico. Beber agua al levantarse, moverse un poco, estirar el cuerpo o salir a dar un paseo corto ayuda a activar la mente sin saturarla.
- Muévete para despejar la cabeza. Caminar, subir escaleras o estirar unos minutos basta para romper la inercia del día.
- Come sin pantallas. Elegir al menos una comida al día sin móvil, series ni redes sociales devuelve atención a algo tan sencillo como sentarse a la mesa.
- Saborea un café con calma. Tomarte unos minutos sin hacer nada más parece irrelevante, pero cambia el ritmo de la jornada.
- Escucha con más atención. Dejar el móvil a un lado cuando alguien habla mejora las conversaciones y fortalece los vínculos.
- Limita redes sociales y noticias. Reducir su consumo evita vivir en un estado constante de alerta que termina agotando.
- Fíjate en pequeños detalles. Durante un trayecto o un paseo, observar algo distinto rompe el piloto automático.
- Anota un buen momento del día. No hace falta escribir mucho, basta con dejar constancia de algo que haya merecido la pena.
- Desconecta antes de dormir. Apagar notificaciones y dedicar ese rato a leer o a una actividad tranquila facilita el descanso.
Con pequeños cambios, es posible sentirse más feliz y más pleno con la vida que se tiene.
