Contenido
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- 0.2 Soy psicóloga y esta es la razón por la que tu pareja está en peligro en verano: «Es la época con más infidelidades»
- 0.3 Qué significa desviar la mirada al hablar con alguien: esto es lo que dice la psicología
- 1 Los hábitos de los baby boomers que no gustan a los jóvenes
Las diferencias generacionales son inevitables, pero en ocasiones se convierten en verdaderas fuentes de conflicto o incomodidad. En este sentido, lo que para unos representa cortesía, preocupación o experiencia, para otros puede parecer una invasión de la privacidad, una actitud condescendiente o simplemente una molestia innecesaria. Estos conflictos pueden verse agravados cuando conviven varias generaciones juntas, en especial en el ámbito laboral, donde boomers y generación Z. Hay hábitos que los baby boomers tienen interiorizados que no gustan tanto a los más jóvenes. En realidad, no se trata solo de una cuestión de edad, sino de una diferencia en los códigos culturales, en la manera de relacionarse con el mundo y con los demás.
Las redes sociales, la tecnología y una nueva mirada sobre la autonomía personal marcan una clara frontera entre generaciones. Por lo tanto, gestos que antes eran normales hoy se perciben como intrusivos o fuera de lugar. Entre los hábitos más cuestionados por los jóvenes se encuentra uno que, para muchos boomers, representa la forma más directa y genuina de comunicación: llamar por teléfono sin previo aviso. Esta práctica, que en tiempos pasados era cotidiana, hoy puede generar ansiedad o rechazo. En la era de los mensajes escritos, una llamada inesperada se interpreta como una intromisión o incluso una falta de consideración. Lo mismo ocurre con los consejos no solicitados: muchos baby boomers creen estar ayudando, pero los más jóvenes lo perciben como una falta de confianza en su criterio. También está el hábito de comentar la apariencia física como decir “estás más flaco” o “¿no te vas a peinar?”, lo que suele resultar incómodo o incluso ofensivo. Estos y otros hábitos, como insistir en visitas presenciales sin coordinar, dar regalos que no se pidieron o compartir cadenas de WhatsApp, generan fricción en la convivencia intergeneracional.
Los hábitos de los baby boomers que no gustan a los jóvenes
Llamar sin avisar: un gesto malinterpretado
Uno de los hábitos más emblemáticos que enfrentan las generaciones es el de realizar llamadas telefónicas sin aviso previo. Mientras que los boomers crecieron en un mundo donde el teléfono era el principal medio de comunicación rápida e íntima, los jóvenes actuales priorizan el texto, los audios cortos y la comunicación asincrónica.
Para los más jóvenes, una llamada inesperada puede generar estrés, al punto que se pregunten: ¿ocurrió algo grave? ¿por qué no me avisó antes? ¿puedo rechazarla sin parecer descortés?
Según el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF), los menores de 30 años valoran la posibilidad de gestionar sus tiempos y espacios de forma autónoma, y esto incluye cuándo y cómo responder a un contacto. Así, lo que para una generación representa cercanía y resolución de problemas al momento, para otra puede ser una violación de límites personales.
Los consejos no solicitados: buenas intenciones, pero malos resultados
Los consejos espontáneos, especialmente cuando no han sido pedidos, son otra fuente frecuente de tensión. Para muchos boomers, compartir su experiencia es una forma de demostrar cariño o apoyo. Sin embargo, para las nuevas generaciones, recibir recomendaciones no deseadas puede ser interpretado como una subestimación de sus capacidades.
Según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, los jóvenes actuales valoran especialmente la autodeterminación, la exploración personal y el aprendizaje por experiencia propia.
«Cuando un adulto interviene con opiniones sobre decisiones de vida, carrera o pareja, puede despertar resistencia o incomodidad. El respeto por los procesos individuales se ha convertido en una bandera de las nuevas generaciones», afirman los expertos.
Comentarios físicos: el cuerpo no es tema de conversación
Otra práctica habitual entre los boomers que suele chocar con los jóvenes es la de opinar sobre el aspecto físico. Frases como “te veo más gordito” o “esa ropa no te queda bien” eran, en generaciones anteriores, parte del repertorio cotidiano de interacción. Hoy, estas expresiones se consideran poco respetuosas, aunque vengan sin mala intención.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan la importancia del respeto a la imagen corporal y el impacto negativo de los comentarios físicos, incluso entre familiares.
«En contextos donde se busca la aceptación de la diversidad y la salud mental es una prioridad, estas observaciones pueden causar daño emocional y profundizar la brecha entre generaciones», según la OMS.
El dilema de las cadenas, los regalos y las visitas sorpresa
Los jóvenes también rechazan otras costumbres como enviar cadenas de WhatsApp con mensajes religiosos, alarmistas o sin verificación; regalar objetos que no necesitan ni desean; o llegar de visita sin previo aviso.
Estos comportamientos, para muchos boomers simbolizan afecto, pero en un entorno más digitalizado y minimalista, tienden a ser vistos como innecesarios, invasivos o desconectados de la realidad actual.
Los miembros del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP) destacan que las nuevas generaciones desarrollan habilidades de adaptación y selección frente al exceso de información, priorizando interacciones útiles, claras y pertinentes.