Contenido
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que acompaña a quienes la padecen a lo largo de la vida. Sus efectos pueden percibirse en áreas esenciales del funcionamiento diario, como la concentración, la organización, el control del tiempo y la memoria. Según la Asociación del Trastorno por Déficit de Atención (ADDA), sin un diagnóstico ni apoyo adecuados, esta afección puede impactar de manera negativa tanto en la vida profesional como en las relaciones sociales y familiares. Muchas veces, lo que odian las personas con TDAH tiene que ver con una simple preferencia personal, sino con la forma en que su cerebro procesa la información y responde a los estímulos.
En ese sentido, lo que para una persona neurotípica puede ser un detalle sin importancia, para alguien con TDAH puede resultar frustrante, agotador y generarle ansiedad. Por lo tanto, resulta esencial comprender qué les incomoda a las personas con esta afección para fomentar la empatía y ofrecer un entorno más inclusivo. Se trata de necesidades vinculadas con el modo en el que funciona su atención y su memoria de trabajo. según WebMD, el TDAH no es un defecto de carácter, sino un trastorno del desarrollo cerebral que hace que las personas que lo sufren tiendan a distraerse con facilidad, a sentirse abrumadas por rutinas poco estimulantes y a buscar entornos que les den claridad. «Lo que no les gusta está directamente relacionado con las dificultades para manejar estímulos excesivos, instrucciones poco precisas, situaciones caóticas o dinámicas sociales que resultan confusas para su manera de procesar la información», explican desde la ADDA.
Lo que odian quienes tienen TDAH
Mensajes de voz largos
La cuenta de TikTok “Vivir con TDAH” menciona que una de las incomodidades que más sufren quienes tienen tal afección recibir mensajes de voz que superan los treinta segundos.
«Al ser tan extensos, el cerebro deja de procesarlos de manera eficiente y se genera una especie de bloqueo», explican. Por lo tanto, prefieren mensajes cortos, directos y, si es posible, escritos, porque así pueden releerlos y asegurarse de no olvidar información importante.
Grupo en masa
Para quienes tienen TDAH, la necesidad de movimiento rápido y fluido es esencial. Encontrarse atrapado detrás de un grupo que camina lentamente y ocupa todo el espacio disponible puede generarles desesperación o incluso ansiedad. Es un comportamiento que se basa en percibir que pierden el tiempo y, además, tienen una gran dificultad para tolerar obstáculos innecesarios en su camino.
Planes y fechas poco concretas
Cuando alguien propone “dime cuándo estás libre”, para una persona con TDAH la frase suele traducirse como un “nunca”. «Son personas que necesitan fechas, horas y lugares concretos porque, de lo contrario, la idea se archiva como un concepto abstracto en su mente y queda olvidada», explican.
Por lo tanto, la falta de estructura en los planes sociales hace que, muchas veces, pierdan oportunidades de encuentro simplemente porque no hubo claridad al organizarlo.
Otro aspecto que no les gusta nada a quienes sufren tal problema son las instrucciones imprecisas e incompletas. En este sentido, si no se les ofrecen instrucciones concretas, es posible que se sientan desconcertadas en el procedimiento que deben realizar.
«Si la información no es precisa, aumenta la confusión y el estrés, lo que puede llevar al bloqueo y a la frustración», afirman miembros de la ADDA. A su vez, señalan que una de las estrategias más efectivas para apoyar a quienes tienen TDAH es ofrecer instrucciones claras y segmentadas.
Cambiar los objetos de lugar
Si bien para alguien que observa la situación puede parecer caótico y desordenado, muchas personas con TDAH tienen un sistema propio para organizar sus pertenencias. Una de las cosas que no les gusta es cuando otra persona decide “poner orden” y cambiar los objetos de lugar.
«Se rompe ese esquema mental y pierden la referencia espacial que les permitía ubicarlos. Este tipo de situaciones genera una sensación de descontrol y pérdida de funcionalidad que les resulta muy molesta», comentan expertos.
Tareas poco estimulantes
A su vez, las tareas rutinarias, poco estimulantes y sin variedad son especialmente difíciles para los adultos con TDAH. Según WebMD, estas personas anhelan una estimulación constante, por lo que actividades como rellenar formularios o realizar trámites burocráticos les resultan tediosas y agotadoras.
La impuntualidad
La gestión del tiempo es uno de los grandes retos para las personas con déficit de atención. Muchas llegan tarde no por falta de interés, sino por lo que se conoce como “ceguera temporal”. Se trata de una dificultad para calcular cuánto se tardará en realizar una tarea.
Según las autoridades de la ADDA, esta situación les genera incomodidad porque, aunque no lo deseen, suelen ser vistos como irresponsables o descuidados, lo cual afecta su autoestima.
«Lo que no les gusta a las personas con TDAH no debe interpretarse como una cuestión de carácter, sino como la expresión de cómo funciona su cerebro», aseguran.