Contenido
- 0.1 Un endocrino experto alerta a España por la cantidad de fruta que comemos al día: «Es una locura…»
- 0.2 La razón por la que las personas de más de 70 años pierden el apetito o comen menos que antes, según los expertos
- 0.3 Éstas son las personas que no deberían de volver a comer sandía
- 1 Los mariscos son una fuente de proteína magra y de fácil digestión
La llegada del verano suele generar cambios en nuestro apetito para elaborar platos más frescos, se buscan comidas más ligeras y fáciles de digerir. En este contexto, el marisco se considera una de las mejores fuentes de proteína para la temporada estival. No solo es bajo en grasas saturadas y rico en nutrientes esenciales, sino que además es muy versátil a la hora de cocinar. Desde ensaladas frías hasta ceviches, pasando por sopas o platos a la plancha, el marisco ofrece opciones saludables y sabrosas para todos los gustos. Pero más allá de su sabor, su verdadero valor radica en su perfil nutricional, que lo convierte en un alimento funcional para cuidar la salud y mantenernos activos ante las altas temperaturas.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el consumo moderado de marisco forma parte de una dieta equilibrada, especialmente en los meses más cálidos cuando el cuerpo necesita alimentos con alto valor nutricional. «Es importante que el organismo reciba proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos omega-3, vitaminas del complejo B y minerales esenciales como el zinc, el yodo, el calcio y el selenio», según miembros de la AESAN. Además, comer mariscos ayuda a mantener niveles adecuados de energía durante el verano, un beneficio respaldado por especialistas como la doctora Brooke Scheller, de la Compañía Wild Alaskan, quien destaca su contenido en nutrientes energéticos y antiinflamatorios. «Al incorporar mariscos en la alimentación veraniega, se refuerza la salud cardiovascular, el sistema inmunológico y favorece la vitalidad mental y física», asegura la profesional.
Los mariscos son una fuente de proteína magra y de fácil digestión
Una de las principales ventajas del marisco es que se trata de una fuente de proteína magra, es decir, aporta proteínas de excelente calidad con un bajo contenido en grasas saturadas.
Esto lo convierte en una opción ideal para quienes buscan mantener una alimentación saludable sin sobrecargar al organismo con comidas pesadas. En verano, cuando el calor puede reducir el apetito, las proteínas más ligeras como las del marisco permiten mantener el equilibrio nutricional sin generar sensación de pesadez.
Además, su digestión suele ser más rápida en comparación con otras fuentes animales, como la carne roja, lo que contribuye a una mayor comodidad digestiva, especialmente durante las altas temperaturas.
Según la Asociación de Nutrición de Productos del Mar, los mariscos proporcionan proteínas completas que son fundamentales para el desarrollo y reparación de tejidos, así como para el mantenimiento de la masa muscular, un aspecto clave en la época estival donde la actividad física suele incrementarse.
Un alimento que aporta energía natural
La doctora Brooke Scheller, especialista en nutrición, explica que algunos de los nutrientes energéticos más eficaces para los meses cálidos se encuentran en los mariscos.
Entre ellos, destaca las vitaminas del complejo B, especialmente la B12, que intervienen en la producción de energía tanto física como mental. Por ejemplo, el salmón coho es particularmente rico en B12, aunque otras especies como los mejillones, las almejas y los langostinos también son buenas fuentes.
«Muchas variedades de mariscos contienen ácidos grasos omega-3, concretamente los tipos EPA y DHA. Estos compuestos son fundamentales para el buen funcionamiento del cerebro, la reducción de la inflamación sistémica y la protección de las articulaciones», explica Scheller.
La nutricionista asegura que su consumo regular no solo mejora la claridad mental y el rendimiento cognitivo, sino que también ayuda a prevenir el agotamiento físico durante las jornadas más exigentes del verano.
Los minerales esenciales para una salud integral
El marisco no solo es rico en proteínas y ácidos grasos saludables, también aporta minerales esenciales que cumplen funciones clave en el organismo. El zinc, el yodo y el selenio están presentes en cantidades importantes en crustáceos y moluscos, mientras que los berberechos, almejas y mejillones son particularmente ricos en calcio y hierro, tal como señala el Hospital San Joan de Déu.
«Son minerales que participan en procesos tan variados como la función tiroidea, la producción de glóbulos rojos, la regulación del sistema inmunológico y el fortalecimiento óseo», mencionan los especialistas.
Incluir mariscos en la dieta, al menos dos veces por semana, también ayuda a cubrir las necesidades de vitamina D, que se encuentra en pescados como el salmón, el atún y algunos moluscos. Es una vitamina clave para la absorción de calcio y la salud del sistema inmunológico, especialmente en personas mayores o con exposición solar limitada.
Proteína para reducir el riesgo cardiovascular
Desde una perspectiva preventiva, los mariscos también juegan un papel relevante en la reducción de enfermedades crónicas. El Centro Oncológico Integral Roswell Park recomienda consumir unos 225 gramos semanales de mariscos variados, dado que generan una disminución del riesgo de enfermedades cardíacas e incluso de algunos tipos de cáncer, como el de colon y mama. Esto se debe, en gran parte, a los efectos antiinflamatorios y protectores de los omega-3 presentes en estas especies marinas.