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Consumir alimentos saludables es fundamental para mantener un buen estado de salud y prevenir enfermedades a largo plazo. Una dieta equilibrada debe incluir frutas, verduras, cereales integrales y fuentes de proteína de calidad, entre las que destacan los pescados. Estos aportan nutrientes esenciales como proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales. Dentro de este grupo, el atún ocupa un lugar relevante por su versatilidad, su accesibilidad y su amplio consumo. Elegir correctamente el tipo de atún que comemos puede marcar una diferencia importante en nuestra alimentación cotidiana diaria y consciente para toda la familia y futura.
Existen diversas variedades de atún utilizadas en conserva, entre las más conocidas se encuentran el atún rojo o atún claro, y el listado. Cada una presenta diferencias en tamaño, sabor, textura y contenido de grasa. Estas características influyen también en la cantidad de mercurio que pueden acumular, siendo generalmente mayor en especies grandes y longevas. Las latas en las que aparece sólo “atún”, también conocido como listado, es la más recomendada por los especialistas por sus bajos niveles de mercurio. La nutricionista Blanca García-Orea Haro, recomienda: «Escoge las latas de atún cuya denominación sea “atún” y no “atún claro”, es la especie que menos metales pesados contiene».
El peligro al comprar este tipo de latas de atún
Conocer las variedades resulta clave para tomar decisiones informadas y responsables al momento de consumir atún enlatado de forma habitual y proteger la salud sin renunciar a sus beneficios nutricionales ni a la sostenibilidad de los recursos marinos para generaciones futuras responsables también.
Las latas más recomendadas para consumir
A la hora de elegir la mejor lata de atún, es importante fijarse en la denominación del producto. Las opciones más recomendables son:
Lata etiquetada solo como “atún”
La opción más recomendable es la lata que en su etiqueta indica únicamente “atún”, sin el calificativo de “claro” o “blanco”. «Es un pez de menor tamaño, tiene un peso de 35kg y el más frecuente es el listado, que se denomina “pelamis», explica Blanca García-Orea Haro.
Gracias a su menor tamaño y tiempo de vida, el atún listado acumula menos mercurio, lo que lo convierte en la mejor alternativa para un consumo regular. Esta característica lo hace especialmente adecuado para personas que incluyen atún en su dieta de forma habitual.
Atún al natural
Es otra de las opciones más recomendadas. Al estar conservado en agua y sal, mantiene mejor sus propiedades nutricionales sin añadir calorías innecesarias ni grasas de baja calidad.
Este tipo de lata de atún es ideal para personas que siguen dietas hipocalóricas, buscan controlar el colesterol o desean un alimento más ligero. Además, permite aprovechar el sabor natural del atún y combinarlo fácilmente con otros ingredientes saludables.
Por el contrario, el atún claro suele ser una especie más grande y longeva, que tiende a acumular más mercurio. Por ello, su consumo debería ser más ocasional, especialmente en niños, mujeres embarazadas y personas que consumen atún con frecuencia.
Las variedades de atún que existen
Existen varias especies que se utilizan tanto para consumo fresco como en conserva. Las principales son:
- Atún rojo: de gran tamaño y muy apreciado gastronómicamente, aunque no suele encontrarse en lata común.
- Claro: muy usado en conservas, de carne clara y sabor suave.
- Atún patudo: similar al rabil, también puede aparecer en conservas.
- Listado: más pequeño y de ciclo de vida corto, es el más habitual en latas etiquetadas simplemente como “atún”.
Otras características para tener en cuenta de los atunes recomendables
Además de la especie, hay otros factores importantes a considerar al elegir una lata saludable:
- Envase de vidrio: es preferible frente a las latas metálicas, ya que evita la migración de sustancias al alimento.
- Conservación al natural o en escabeche: opciones más saludables que el atún en aceites refinados.
- Bajo contenido de sal: ideal para cuidar la salud cardiovascular.
- Pesca sostenible: elegir marcas que indiquen métodos de pesca responsable.
Los beneficios de consumirlo para la salud
Aporta múltiples beneficios cuando se integra adecuadamente en la alimentación:
- Proteínas de alto valor biológico, esenciales para los músculos y tejidos.
- Ácidos grasos omega-3, que ayudan a cuidar el corazón y el cerebro. La Academia Española de Nutrición y Dietética explica que «es un pescado graso que proporciona ácidos grasos poliinsaturados omega-3, conocidos por sus beneficios para la salud».
- Vitaminas del grupo B, importantes para el metabolismo energético.
- Vitamina D, clave para la salud ósea.
- Bajo contenido calórico, ideal para dietas equilibradas.
Consejos y recomendaciones para elegirlo
Para consumirlo de forma segura y saludable, ten en cuenta los siguientes consejos:
- Lee siempre la etiqueta y verifica la especie utilizada.
- Prioriza latas que solo digan “atún” en lugar de “atún claro”.
- Altérnalo con otros pescados como sardinas o caballa.
