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Mantener una alimentación equilibrada, saludable y adecuada a las necesidades de cada persona es fundamental para conservar una buena energía, prevenir enfermedades y favorecer el correcto funcionamiento del organismo. La calidad de los alimentos que consumimos influye directamente en nuestra salud metabólica, hormonal y digestiva. Por eso, elegir fuentes nutritivas y evitar excesos se vuelve esencial en un estilo de vida preventivo. Pero, ¿hay un consumo excesivo de proteínas?
En este contexto, las proteínas han sido tema de debate durante años, especialmente por el mito de que pueden dañar los riñones. Sin embargo, una nutrición bien estructurada demuestra que este temor carece de fundamento en personas sanas. Según el Dr Górriz, en una entrevista con Isabel Viña, doctora y conductora del podcast Tus Amigas Las Hormonas, «las proteínas son fundamentales para muchiísimas miisiones de nuestro cuerpo; las proteínas en las personas sanas no producen problemas». En este sentido, tanto las provenientes de alimentos como la proteína en polvo, no dañan los riñones en individuos sin enfermedad renal previa.
¿Consumimos muchas proteínas?
Este mito surge de la confusión entre personas sanas y aquellas con patologías renales diagnosticadas, quienes sí requieren un control más estricto de la ingesta proteica. Para la población general, consumirlas de calidad es esencial para la formación de músculo, la reparación tisular, la producción de hormonas y enzimas, así como para el mantenimiento de la saciedad.
Se encuentran en alimentos como carnes magras, huevos, lácteos, legumbres, tofu, frutos secos y semillas. Lo que realmente afecta la salud renal son factores como el exceso de grasa corporal, la hipertensión, la resistencia a la insulina, la glucosa mal controlada, el exceso de sal, la baja ingesta de potasio, la mala hidratación, el alcohol, el tabaco y el abuso de analgésicos o antiinflamatorios. Cuidar estos aspectos es fundamental para unos riñones fuertes y funcionales.
Proteínas y riñones: ¿por qué no dañan la función renal?
Ni las proteínas provenientes de los alimentos ni la en polvo afectan negativamente la función renal cuando se consumen dentro de un estilo de vida saludable. «Las proteínas en el riñón abren las arterias (las arteriolas aferentes o las microarterias) traen sangre al riñón. La persona sana tiene una capacidad que se llama “reserve functional” de actuar ante esa hiperfiltración dentro del glomerulo», explica el Dr Górriz, en la entrevista del podcast Tus Amigas Las Hormonas con Isabel Viña.
Las proteínas son un macronutriente esencial y cumplen funciones vitales en el cuerpo humano:
- Reparación y crecimiento de tejidos.
- Construcción de masa muscular.
- Producción de enzimas, hormonas y anticuerpos.
- Regulación de la saciedad y control del apetito.
- Mantenimiento de la estructura celular.
Consumirlas en cantidades adecuadas, e incluso mayores en personas activas, deportistas o en etapas de pérdida de grasa, es completamente seguro para los riñones siempre que estos se encuentren sanos.
Alimentos ricos en proteínas y sus beneficios
Tales biomoléculas provienen tanto de fuentes animales como vegetales. Entre los alimentos más ricos en este macronutriente se encuentran:
- Carnes magras (pollo, pavo, ternera): ricas en aminoácidos esenciales.
- Huevos: una de las fuentes proteicas de mayor calidad biológica.
- Pescados: y de ácidos grasos omega-3.
- Lácteos (yogur, queso, leche): combinan proteínas con calcio.
- Legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles): ricas en fibra y proteínas vegetales.
- Frutos secos y semillas: aportan proteínas, grasas saludables y micronutrientes.
Los beneficios de consumirlas son numerosos: ayudan a mantener la masa muscular, favorecen la recuperación tras el ejercicio, aumentan la saciedad, estabilizan la glucosa, mejoran el metabolismo y contribuyen al mantenimiento del sistema inmune.
Los factores que sí dañan los riñones
Aunque las proteínas no representan un riesgo para los riñones en personas sanas, existen numerosos factores que sí pueden comprometer su función a lo largo del tiempo. Entre ellos destacan:
- Exceso de grasa corporal.
- Hipertensión arterial.
- Resistencia a la insulina.
- Glucosa mal controlada.
- Exceso de sal añadida en la alimentación.
- Baja ingesta de potasio.
- Hidratación insuficiente.
- Consumo frecuente de alcohol.
- Tabaquismo.
- Abuso de antinflamatorios y analgésicos (como ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco, entre otros).
- Sedentarismo.
- Dietas muy altas en ultraprocesados.
Estos factores, especialmente cuando se combinan, pueden deteriorar la función renal, afectar los vasos sanguíneos, elevar la presión arterial y promover un entorno inflamatorio que daña progresivamente los riñones.
Consejos y recomendaciones para cuidar la salud renal
Para mantener unos riñones sanos y funcionales durante toda la vida, es fundamental adoptar hábitos saludables que protejan tanto la función renal como el sistema cardiovascular y metabólico. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Mantener un peso saludable mediante una alimentación equilibrada.
- Consumir proteínas de calidad, tanto animales como vegetales, sin miedo a su efecto en los riñones.
- Asegurar una hidratación adecuada, ajustada al clima y la actividad física.
- Reducir el consumo de sal y evitar alimentos ultra procesados ricos en sodio.
- Priorizar alimentos ricos en potasio (según tolerancia individual), como frutas, verduras y legumbres.
- Controlar la presión arterial y la glucosa en sangre.
- Limitar el consumo de alcohol y evitar totalmente el tabaco.
