Contenido
- 0.1 La razón por la que las personas de más de 70 años pierden el apetito o comen menos que antes, según los expertos
- 0.2 Éstas son las personas que no deberían de volver a comer sandía
- 0.3 La dieta del cocinero español Dani García con la que podrás adelgazar 6 kilos en 2 semanas
- 1 Qué alimentos nunca comen los expertos en longevidad
La alimentación saludable es esencial para lograr un desarrollo eficiente y regular en el funcionamiento del organismo. En este sentido, las personas adultas deben considerar que la longevidad no es únicamente una cuestión genética, sino que lo que comemos también influye de forma decisiva. A pesar que no existe una fórmula mágica para vivir más, científicos e instituciones académicas que investigan el envejecimiento saludable coinciden en que evitar ciertos alimentos puede marcar una diferencia importante en la calidad y duración de vida. Diversos estudios señalan que los centenarios del mundo, especialmente aquellos de las llamadas Zonas Azules: Okinawa, Cerdeña o Nicoya, tienden a seguir patrones alimentarios que excluyen productos comunes en la dieta occidental moderna.
Las personas que estudian el envejecimiento saludable, como los expertos en medicina preventiva, gerontología y nutrición clínica, no solo analizan estos patrones, sino que también adaptan sus propios hábitos en función de la evidencia. Una revisión de la Universidad de Navarra publicada en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética destaca cómo ciertos alimentos procesados afectan los marcadores de inflamación, aceleran el estrés oxidativo y deterioran funciones clave como la cognitiva y la cardiovascular. Por ello, profesionales que dedican su carrera a estudiar cómo vivir más y mejor evitan algunos productos casi por completo. No se basa únicamente en prohibiciones, sino en sustituir lo nocivo por opciones más saludables, priorizando siempre lo natural, local y mínimamente procesado. De esa manera, veremos cuáles son esos alimentos que los expertos en longevidad excluyen de su dieta y por qué.
Qué alimentos nunca comen los expertos en longevidad
Bollería industrial: azúcares, grasas trans y envejecimiento
La bollería industrial es una de las primeras categorías que desaparece de la dieta de quienes estudian y promueven la longevidad. Entre las opciones, se desestiman las magdalenas empaquetadas, croissants, donuts y otros productos similares que contienen una combinación peligrosa de azúcares añadidos, grasas trans y harinas refinadas.
«Estos tres ingredientes tienen un efecto proinflamatorio y están estrechamente asociados con enfermedades metabólicas y cardiovasculares, dos de las principales causas de muerte en todo el mundo», afirman los expertos.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las grasas trans aumentan el riesgo de cardiopatía coronaria en un 21% y el riesgo de muerte en un 28%. En ese sentido, los especialistas en longevidad prefieren preparar sus propios dulces en casa, usando ingredientes naturales, o simplemente los eliminan por completo de su dieta.
Ultraprocesados: los enemigos silenciosos del cuerpo
Los alimentos ultraprocesados incluyen desde cereales azucarados hasta embutidos, salsas listas para consumir, comidas precocinadas o refrescos. Están diseñados para ser sabrosos, baratos y duraderos, pero su impacto en la salud resulta dañino a largo plazo.
Según el Instituto de Salud Carlos III, una alta ingesta de productos ultraprocesados se asocia con un mayor riesgo de muerte por todas las causas, incluyendo enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes tipo 2.
A su vez, advierten sobre la importancia de concienciar que un simple “snack” diario o una cena rápida puede sumar cientos de ingredientes artificiales, conservantes y aditivos.
«Si bien están aprobados para el consumo, afectan negativamente a la microbiota intestinal, la función hepática y el sistema inmune», explican. Por lo tanto, sostienen que la recomendación es clara: si el alimento tiene una lista de ingredientes larga, con nombres que no reconocerías en tu cocina, es mejor evitarlo.
Los snacks salados
Las patatas fritas, palitos de maíz, galletitas saladas y demás snacks industriales son productos que los especialistas en salud y longevidad suelen excluir radicalmente. Aunque se suelen considerar “menos malos” que los dulces, lo cierto es que también contienen grasas malas, potenciadores del sabor, colorantes y niveles de sal muy superiores a lo recomendado.
«El exceso de sodio contribuye a la hipertensión arterial, un factor de riesgo conocido de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y deterioro cognitivo», según los expertos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Además, estos productos son pobres en fibra, proteínas y nutrientes, lo que genera un efecto de “calorías vacías”: aportan mucha energía, pero casi ningún beneficio nutricional. «El equilibrio entre calorías y nutrientes es fundamental, y estos alimentos nos desequilibran por completo», afirman integrantes de la AESAN.
Azúcares añadidos y bebidas azucaradas: aceleradores del envejecimiento
Otro de los hábitos que resultan perjudiciales para la salud es el consumo de azúcar en bebidas, especialmente los refrescos, tés envasados, zumos industriales y bebidas energéticas.
Estas bebidas no solo aportan calorías vacías, sino que generan picos de glucosa que afectan la sensibilidad a la insulina, aceleran la inflamación crónica y dañan los vasos sanguíneos.
La Escuela de Salud Pública de Harvard comenta que el consumo habitual de bebidas azucaradas está relacionado con una mayor incidencia de obesidad, síndrome metabólico y envejecimiento celular prematuro.