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- 1 Qué hay en la yema del huevo tan importante
La yema del huevo ha sido durante años objeto de debate en el ámbito de la nutrición. Mientras algunos la han evitado por su contenido en colesterol, otros la han defendido por ser una fuente rica en nutrientes esenciales. Sin embargo, en tiempos recientes, nutricionistas y expertos en alimentación han resaltado un componente específico que convierte a la yema en una verdadera joya nutricional. En una publicación reciente de la cuenta @saulnutri en Instagram, se destaca que este componente es la colina, una molécula clave para funciones vitales como la memoria, el metabolismo y la salud celular.
La colina es un nutriente esencial que, aunque el cuerpo puede sintetizar en pequeñas cantidades, debe obtenerse principalmente a través de la alimentación. La yema es una de las fuentes más ricas y biodisponibles de colina, razón por la cual nutricionistas como los mencionados en el post de Instagram citado han empezado a enfatizar su importancia en la dieta diaria. Además de su papel en el funcionamiento cerebral, la colina está involucrada en procesos como la desintoxicación hepática, el desarrollo del sistema nervioso fetal durante el embarazo y la regulación de la homocisteína, un aminoácido que, en niveles altos, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Según datos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, muchas personas no suelen tener los niveles diarios recomendados de colina, lo que podría derivar en deficiencias con implicaciones importantes para la salud a largo plazo.
Qué hay en la yema del huevo tan importante
Qué es la colina y por qué es fundamental
La colina es un nutriente relacionado con el complejo de las vitaminas B. Es esencial para la producción de acetilcolina, un neurotransmisor que participa en el control de la memoria y el movimiento muscular. También es clave en la estructura de las membranas celulares y en el transporte de lípidos desde el hígado al resto del cuerpo.
Este último proceso es vital, ya que una carencia de colina, que hay en la yema del huevo, puede contribuir al desarrollo de hígado graso no alcohólico, una condición cada vez más prevalente en la población general.
Aunque el cuerpo humano produce algo de colina en el hígado, esta síntesis es insuficiente para cubrir las necesidades del organismo. Por esta razón, debe obtenerse a través de fuentes externas. Aquí es donde entra en juego la yema del huevo: un solo huevo aporta aproximadamente 147 mg de colina, lo que representa cerca del 27 % del valor diario recomendado para una mujer adulta, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en su informe sobre valores de referencia dietéticos (EFSA, 2016). Para los hombres, que requieren un poco más, representa un porcentaje también considerable.
Mitos y realidades sobre el colesterol de la yema
Uno de los motivos por los cuales muchas personas eliminan las yemas de su dieta es el contenido de colesterol. No obstante, esta idea ha sido matizada por diversas investigaciones en los últimos años.
La relación entre el colesterol dietético y el colesterol sanguíneo no es tan directa como se creía antes. De hecho, para la mayoría de las personas sanas, el consumo de huevos no está asociado con un aumento significativo del riesgo cardiovascular.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre alimentación saludable señala que los huevos pueden ser parte de una dieta equilibrada, siempre que su consumo se combine con otros hábitos saludables como la ingesta de frutas, verduras y cereales integrales (OMS, 2020). Por tanto, no hay razón para privarse de las yemas, especialmente cuando se consideran todos los beneficios que ofrece la colina y otros micronutrientes presentes como la luteína, la zeaxantina y las vitaminas A, D y B12.
Beneficios en etapas clave de la vida
El consumo adecuado de colina es particularmente importante en ciertas etapas de la vida. Durante el embarazo, por ejemplo, este nutriente contribuye al desarrollo adecuado del sistema nervioso del feto. Varios estudios han demostrado que niveles adecuados de colina durante la gestación pueden mejorar funciones cognitivas en la infancia y reducir el riesgo de defectos del tubo neural, una malformación del sistema nervioso central.
Durante la edad adulta y la vejez, mantener un consumo regular de colina puede contribuir a preservar la memoria y reducir el deterioro cognitivo asociado con la edad. Investigaciones preliminares también sugieren que podría tener un papel protector frente al Alzheimer, aunque aún se necesita mayor evidencia clínica para confirmar estos efectos.
Cómo incluir más colina en la dieta
Aunque la yema es una excelente fuente de colina, también se puede encontrar este nutriente en otros alimentos como el hígado de res, la soja, el salmón, el pollo y el germen de trigo. Sin embargo, debido a la comodidad, accesibilidad y versatilidad del huevo, suele ser la opción preferida para muchos.
Preparaciones como los huevos cocidos, en tortilla o revueltos son formas sencillas de incorporar colina a las comidas diarias. No obstante, es importante no desechar la yema, ya que es justamente ahí donde se concentra la mayor parte de este nutriente.