A pesar de que es uno de los cereales más valorados en la dieta diaria, especialmente entre aquellos que buscan opciones alimenticias saciantes y saludables, hay algunos efectos secundarios de comer avena que tienes que conocer.
Si sabes cuáles son los riesgos de su consumo, es menos probable que sufras entonces las contraindicaciones de la ingesta de avena. Al contrario de lo que se cree, muchos individuos padecen síntomas al comer este cereal.
Los efectos secundarios de comer avena que tienes que conocer
¿A qué le debe su buena fama la avena? La Fundación Española de la Nutrición explica que «es un cereal con un valor energético de 361 kcal por 100 gramos».
Es fuente de proteínas y posee un alto contenido en fibra y, si lo comparamos con otros cereales, presenta un contenido en hidratos inferior al resto y un aporte de lípidos superior al resto. Asimismo, posee un alto contenido en hierro, magnesio, zinc, fósforo, tiamina, vitamina B6 y otros nutrientes esenciales.
Entre sus beneficios podemos citar la capacidad de ayudar a reducir los niveles de colesterol y de azúcar en la sangre, más allá de otros menos relevantes.
Hinchazón de estómago
Aunque no es común en adultos sanos, la avena puede ocasionar cierta inflamación en las paredes internas del estómago que se vuelve prácticamente imposible de soportar. En ciertos casos, este efecto se debe a un cambio repentino en la dieta y no a la avena en sí misma.
Cuando pasamos de consumir escasa cantidad de fibra a suficiente cantidad de fibra, la hinchazón es desencadenada por el proceso de adaptación del cuerpo. Debería curarse enseguida.
¿Cómo evitarlo? Si no estás acostumbrado a comer avena, incorpórala en tu dieta poco a poco para que el organismo asimile los nutrientes que proporciona. Aumentando paulatinamente la cantidad de avena que consumes, ésta no causará molestias.
Si sigues teniendo entonces problemas, puede deberse a una intolerancia. Concretamente Intolerancia a las prolaminas, las proteínas de la avena. Si el problema no es ese, puede que te diagnostiquen una dispepsia crónica.
Acumulación de gases
Hay una idea de que la avena produce acumulación de gases, y si bien eso no le pasa a todo el mundo, tampoco es un fenómeno tan extraño. ¿Por qué pasa? Porque la fibra no se digiere por completo.
Atraviesa el estómago y el intestino delgado, llegando al intestino grueso y más específicamente al colon. Allí, las bacterias Bacteroide y Bifidobacterium descomponen la fibra. Como consecuencia de ello, se generan los gases que pueden condicionar tus actividades.
Para impedir la generación de gases, debes ir añadiendo avena a tu alimentación pasando de una ingesta de 55 gramos diarios a 85 gramos diarios de fibra. Una vez que compruebes cómo responde tu metabolismo, puedes incrementar las raciones de avena.
Otra alternativa por la cual optar es remojar la avena previamente para así desnaturalizar las proteínas más difíciles de digerir, o combinarla con productos de enzimas digestivas que favorecen su asimilación.
¿Quién no debería consumir avena sin consultar a un profesional de la salud?
Los diabéticos
Los pacientes diabéticos deben tomar medidas preventivas a la hora de consumir avena debido a su alto porcentaje de hidratos de carbono. Hecha la aclaración, contribuye a mantener estable el nivel de azúcar en sangre y a reducir los picos de glucosa.
Los anémicos
La anemia ferropénica, que es resultado de la deficiencia de hierro, es un serio obstáculo para la ingesta de avena en forma de salvado de avena, ya que este modo de consumo atenta contra la completa absorción del hierro del tracto intestinal al torrente sanguíneo. Es conveniente recurrir a otras maneras de usarla.
Los celíacos
La Federación de Asociaciones de Celíacos de España menciona una investigación publicada en la revista Gastroenterology, en la que se advierte que es importante continuar profundizando en el tema y recurrir a un nutricionista pero, en principio, la ingesta de avena en pacientes celíacos no parece desarrollar «síntomas de la patología o influir a nivel histológico, inmunitario o serológico». Ésta es una buena noticia ante las diversas restricciones que tienen los celíacos.
Eso sí, no todos los fabricantes respetan un riguroso control de trazabilidad desde el origen hasta la venta que les permite etiquetar la avena como sin gluten.
Esto hace que la avena apta para celíacos pueda ser un poco más cara que la avena apta para todo público.
¿En qué situaciones está prohibida la avena?
Si los anteriores pueden consumir avena consultando antes a un profesional de la salud, hay quienes deben descartarla definitivamente. Los alérgicos, primero que nadie, y los intolerantes a la proteína de avena, en segunda instancia. Estas afecciones no son iguales, ya que la intolerancia no es una reacción automática del sistema inmunológico, como la alergia, sino que se da por la ausencia genética de enzimas especiales para descomponer las proteínas.