Contenido
- 0.1 El único aceite de oliva español que toma un científico de Harvard: «Me fijo en…»
- 0.2 Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si bebes cerveza a diario, según los expertos
- 0.3 Los dos hábitos matutinos que debes adoptar para evitar la inflamación y activar la quema de calorías
- 1 Qué debemos tener en cuenta en las cenas de Navidad
La celebración de las fiestas navideñas invita a que prepares una mesa con comidas, postres y bebidas para reunir a toda la familia y disfrutar. Es un momento de reflexiones, agradecimientos y alegría. También suele ser una jornada donde muchas personas suelen caer en ciertos excesos de alimentos que luego les genera ciertas dificultades y complicaciones de salud. Por eso es sumamente importante seguir una rutina ordenada y estricta para el cuidado de la salud. Entre las precauciones que se recomiendan durante las cenas de Navidad está comer de forma más saludable y menos platos.
Y además solemos chupar las cabezas de los langostinos, pero esto puede tener consecuencias que puede provocarte en el organismo un consumo elevado de las mismas. Una de las razones se encuentra en el incremento que puede provocarte del ácido úrico. La Clínica Universidad de Navarra explica que se trata de un compuesto químico que se forma en el cuerpo humano como resultado del metabolismo de las purinas, que son sustancias presentes en ciertos alimentos y bebidas, así como en las células del organismo. «Las purinas se descomponen en el hígado, produciendo ácido úrico como un subproducto. Normalmente, el ácido úrico se disuelve en la sangre y se elimina del cuerpo a través de la orina, después de ser filtrado por los riñones», detallan los profesionales. A pesar de dicho proceso, existen miles de personas que muestran una serie de problemas por los cuales el ácido úrico no se elimina de manera eficiente.
Dicha condición puede llevar a niveles elevados en la sangre, lo que se conoce como hiperuricemia. En ese sentido, desde Clínica Universidad de Navarra afirman que la hiperuricemia puede ocurrir debido a la producción excesiva de ácido úrico o a la excreción inadecuada del mismo.
Según la Academia Española de Nutrición y Dietética, es aconsejable limitar el consumo de la carne oscura de los crustáceos, localizada en la cabeza, con el objetivo de reducir la exposición de cadmio.
La razón se encuentra en que es un metal que carece de función biológica en nuestro organismo y, aunque no se absorbe demasiado en la digestión, se acumula lentamente en el riñón y el hígado durante 10-30 años. «En el riñón puede llegar a causar disfunciones que alteran la mineralización de los huesos y puede ser factor de riesgo de cáncer», advierten las autoridades.
Durante las cenas de Navidad, en España y otras partes de Europa es frecuente consumir la cabeza de los langostinos además de la parte blanca de los crustáceos. Es importante limitar el consumo porque el cadmio se acumula principalmente en el hepatopáncreas, que forma parte del aparato digestivo de los crustáceos y se localiza en la cabeza.
Desde Badamar, centro de elaboración y transformación de productos de la pesca, advierten que la exposición crónica a metales puede provocar una serie de problemas de salud. Entre ellos, se incluyen trastornos neurológicos, renales y óseos, así como un aumento en el riesgo de cáncer.
¿Cuáles son los aportes nutricionales de los langostinos?
A pesar de la difusión de por qué es mejor no chupar las cabezas de los langostinos en las cenas de Navidad, son una opción recomendada en tu esquema nutricional. Esto se debe a que presentan bajo contenido en grasa y alto valor proteico.
La recomendación de limitar su consumo está dirigida a personas que tienen el colesterol y ácido úrico alto, así como también quienes deben reducir los valores de sodio en su rutina de alimentación.
Los especialistas en nutrición de la academia recomiendan una ingesta de pescados (blancos y azules) y mariscos en personas sanas de 3 a 4 raciones a la semana. «A partir de ahí, se puede ir variando entre pescados magros, grasos o azules y mariscos, entre los que estarían los crustáceos, como las gambas, langostinos, o las quisquillas y cangrejos», detallan.
Entre la composición nutricional, se trata de un alimento con alto contenido de proteínas (más del 20%) y menos de 3% de grasa. De ese porcentaje, se destacan en forma de ácidos grasos poliinsaturados con prevalencia de ácidos grasos omega 3.
A su vez, prevalece el contenido de minerales con gran valor para las funciones y sistemas de tu organismo. En este sentido, el consumo de langostinos brinda un valioso aporte de yodo, fósforo, selenio y calcio. Su contenido vitamínico aporta vitaminas B12 y B3.
Por lo tanto, durante las cenas de Navidad, es recomendable que disfrutes de una cena en la que prevalezca el cuerpo de los langostinos con el acompañamiento que prefieras para pasarlo bien con toda la familia.
Hay que ser precavidos y comprender las razones de por qué es mejor no chupar las cabezas de los langostinos debido a su contenido significativo de cadmio y las consecuencias nocivas que puede ocasionar dicho metal en tu organismo.