Adiós a la tripa cervecera: el truco de un endocrino para beber cerveza sin engordar

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Adiós a la tripa cervecera: el truco de un endocrino para beber cerveza sin engordar

Las reuniones y eventos sociales son momentos para disfrutar entre amigos, compañeros de trabajo y familiares. Uno de los mayores placeres que tienen miles de personas es beber cerveza como acompañante de una comida. También es habitual que surja el temor a ganar peso por la llamada “barriga cervecera”. Es cierto que esta bebida, por su aporte calórico, puede contribuir al aumento de peso si se consume en exceso y sin equilibrio dentro de la dieta. Este es el truco de un endocrino para beber cerveza sin engordar.

Sin embargo, existen formas de disfrutarla sin comprometer la salud ni la figura, prestando atención a la cantidad, el contexto de consumo y los hábitos complementarios que rodean al estilo de vida de cada persona. Según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la cerveza es una bebida fermentada a base de cereales que aporta agua, carbohidratos y una cantidad moderada de alcohol, además de ciertos micronutrientes en pequeñas proporciones. Su aporte calórico varía entre 150 y 200 calorías por cada 500 ml en las versiones tradicionales, mientras que en las cervezas sin alcohol o “light” este valor puede reducirse significativamente. Por lo tanto, no se trata de un alimento prohibido, sino de un producto que debe consumirse con responsabilidad. Además, los factores que producen el aumento de peso se relacionan con hábitos alimentarios generales y un estilo de vida sedentario que con una bebida puntual. Desde la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) indican que el equilibrio energético depende de la relación entre calorías ingeridas y calorías gastadas, lo que significa que incorporar cerveza de manera esporádica y equilibrada no produce directamente un aumento de grasa corporal si se acompaña de actividad física y una dieta saludable.

El truco de un endocrino para beber cerveza sin engordar

Una de las sugerencias más destacadas por especialistas en salud es beber cerveza con moderación, escoger versiones más ligeras y mantener un aporta energético para no poner en riesgo el peso corporal.

El médico endocrinólogo Víctor Bravo explica en su cuenta de Instagram que una lata de cerveza grande contiene 500 kilocalorías y representa una comida más al día. «La clave es pasar a beber cerveza en latas pequeñas, que tiene la mitad de kilocalorías. El único secreto es beber menos alcohol, no prohibirte, pero sí hacerlo con moderación», sugiere.

En ese sentido, el primer paso para beber cerveza sin engordar es controlar la cantidad. “El consumo excesivo de alcohol es perjudicial para la salud y eleva el riesgo de enfermedades, además de añadir calorías innecesarias”, menciona Bravo.

De acuerdo a miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no existe un nivel de consumo completamente seguro, pero la moderación es clave al momento de beber. En términos prácticos, sugieren evitar la ingesta diaria excesiva y priorizar los momentos en los que realmente se disfruta de la bebida, en lugar de convertirla en un hábito rutinario.

Una clave en el consumo: elegir versiones de cervezas más ligeras

El aporte calórico no es el mismo en todas las cervezas. Existen alternativas como las versiones sin alcohol o con menor graduación alcohólica que son una buena opción para quienes desean cuidar su peso.

Por ejemplo, una cerveza sin alcohol de 330 ml puede aportar menos de 100 calorías, mientras que una de mayor graduación puede duplicar esa cantidad. Al elegir versiones de bajo contenido alcohólico puedes reducir el impacto en la ingesta diaria de calorías.

¿Por qué es recomendable combinar con una alimentación equilibrada?

Entre los hábitos menos saludables están acompañar la cerveza con comidas ultraprocesadas, frituras o snacks muy calóricos. Se trata de acompañamientos que suelen ser los verdaderos responsables del aumento de peso, más que la cerveza en sí misma.

Según miembros de la SENC, es preferible optar por tapas saludables, como ensaladas, mariscos, aceitunas o frutos secos naturales. «La combinación de cerveza con alimentos ricos en proteínas y fibra ayuda a mantener la saciedad y evitar excesos», comentan.

A su vez, los expertos sugieren beber despacio, disfrutar del sabor y alternar con agua para moderar su ingesta. Además, la cerveza nunca debe ser el sustituto de una hidratación adecuada, ya que el alcohol tiene un efecto deshidratante. Por eso, se recomienda siempre acompañar el consumo con agua y alimentos nutritivos.

La actividad física regula el peso corporal

La condición física se encuentra directamente relacionada con el balance energético, el cual está determinado tanto por lo que se ingiere como por lo que se gasta. Por lo tanto, la práctica de ejercicio físico de manera regular contribuye a mantener un peso saludable y favorece en lograr un mejor metabolismo del alcohol.

«Salir a caminar, montar en bicicleta o realizar actividades deportivas permite compensar el aporte calórico de una cerveza ocasional. La clave es sostener un estilo de vida activo que mantenga equilibrada la relación entre consumo y gasto energético», sostienen profesionales de la OMS.

 

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